Rafael Gallegos

Con Chevron o sin Chevron

Con el retorno de Chevron a Venezuela el gobierno de Trump realizó un sorpresivo “vuelvan caras” que dislocó a muchos analistas. ¿Por qué retornó la empresa al país? Hay muy variadas opiniones: los que se sienten traicionados y desconcertados, los que hablan de un triunfo estratégico de USA, y hasta de – habrase visto – de un caballo de Troya; y finalmente los que celebran la medida. La verdad, habrá que preguntarle al Departamento de Estado. Lo único que aquí se puede afirmar – para los oídos de tanto inocencio – es que el dólar no tiene amigos sino intereses, como lo corroboran tantos ejemplos en la historia de América Latina. Y además que el MAGA de Trump significa primero EEUU, segundo EEUU, y tercero EEUU. O sea…  IMPACTO DE CHEVRON Sin entrar en consideraciones políticas, podemos afirmar que las divisas generadas por la operación de esta empresa en Venezuela en 2023 redundaron, entre otros efectos, en un valor del bolívar respecto al dólar más o menos estable. Luego, la sola expectativa de la salida de Chevron, aceleró la devaluación del signo monetario, que provocó altas tasas de inflación, disminución del poder adquisitivo, ralentización de la ya decaída economía y más escasez y hambre. Adicionalmente, hizo temer por un retorno a la hiperinflación. Se presume que el retorno de la petrolera, por lo menos contribuirá a estabilizar el signo monetario.   CHEVRON, ¿LE PAGA O NO LE PAGA AL GOBIERNO? Al igual que en 2023 cuando el primer retorno de Chevron, los expertos dicen que la empresa no pagará impuestos. Y están en lo cierto, a Chevron como accionista de empresas mixtas como por ejemplo Petroboscán y Petropiar, no le corresponde pagar impuestos. Ese es rol de las empresas mixtas, que legalmente deben cancelar el 30 % de la venta en regalías y el ISRL con una tasa de 50 %. El monto de estos desembolsos puede ascender a más de 2.000 millones de dólares al año, que no es poca cosa. Las condiciones de la negociación para el nuevo retorno no son públicas (“restringidas”), por ahora. Algunos especulan que los pagos al estado se harán en petróleo, o en diluentes, tan necesarios para la explotación de la Faja. La verdad es que eso podría hacer alguna diferencia con el pago en dólares, debido a los descuentos en venta de hidrocarburos de Venezuela, por efecto de las sanciones. Pero debe quedar fuera de toda discusión, que los hidrocarburos extraídos por Chevron, sí generarán recursos financieros al estado, y claro, algunas consecuencias sociales y económicas.  DESENFOQUE El nuevo retorno de Chevron estabiliza y aumenta la producción de petróleo en Venezuela, aunque de ninguna manera significa un repunte serio hacia los niveles que requiere el país, en línea con sus potencialidades. Aspecto que no sucedería ni siquiera con el retorno de Eni y Repsol y otras que podrían estar en la impredecible agenda de Trump. Algunos analistas fantasean que con el retorno de Chevron, se incrementarán las probabilidades de que la producción venezolana llegue hasta millón y medio de barriles a fin de año, y luego a dos. Les pregunto a ellos cómo lograrán esa meta sin taladros, en Venezuela hay si acaso dos o tres. Cuando Pdvsa producía unos tres millones de barriles, había más cien taladros. La verdad es que la producción de Venezuela ni siquiera ha llegado – según las cifras secundarias de la OPEP, que sí sabe de petróleo porque es su especialidad – al millón de barriles. Para llegar a millón y medio a fin de año, deberían generar en el mejor de los casos 100.000 barriles mensuales, lo que en estas condiciones se podría catalogar de milagro petrolero. De todas formas, el millón de barriles no debe – ni de lejos- ser el enfoque de la discusión petrolera en Venezuela. Ni siquiera la presencia o no de Chevron en el país. Eso equivaldría a imitar a los intelectuales de Bizancio discutiendo acerca del sexo de los ángeles, o del tamaño de los pelos del pubis, mientras los otomanos tumbaban los muros de Constantinopla. Hay que enfocarse en lo fundamental: ¿Qué debemos hacer los venezolanos para desarrollar una industria petrolera de nivel mundial que sirva de pivote y catalizador al desarrollo de nuestro país? O dicho en otras palabras, ¿qué debemos hacer para dejar de ser un limosnero sentado en un barril?  LA FÓRMULA -¿Qué necesitamos?… Una industria petrolera que produzca tres o cuatro millones de barriles por día y genere divisas para el desarrollo del país; con una refinerías que manufacturen más de un millón de barriles por día, garanticen la seguridad energética de los venezolanos y estén interconectadas con Citgo, a la que es imprescindible retener; que triplique la producción de gas, lo industrialice, y exporte gas licuado a cualquier parte del mundo, y que además facilite el desarrollo de una petroquímica de primera. -¿Hay condiciones?… sí, un horizonte del negocio petrolero de más de treinta años, gigantescas reservas de petróleo y gas. Si produjéramos cuatro millones de barriles de petróleo durante 20 años, gastaríamos menos de 30.000 millones de barriles, y tenemos mucho, pero muchísimo más. No hay excusa para no convertirnos en una potencia petrolera generadora de dividendos que sean utilizados para ayudar a transformar a Venezuela en el país que nos merecemos. Ya está bueno de ser el país de las oportunidades perdidas. -¿Cómo?… Un nuevo modelo de país que de Seguridad a los inversionistas. Se requieren entre 15 y 20.000 millones de dólares al año durante por lo menos diez años. Si los inversionistas no sienten seguridad para sus inversiones, se van para Guyana, Brasil, Argentina o vaya usted a saber. Así de simple. La Seguridad se origina en respeto, imagen gubernamental, separación de poderes, percepción de respeto…democracia. Y en una moderna Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH) que contemple Agencias de Energía , Rondas de Licitación de paquetes de energía pre seleccionados con flexibilidad en las condiciones fiscales, y un Estado que diseñe la política petrolera y regule y oriente

Petróleo y Luis Herrera Campins

El 5 de mayo el presidente Luís Herrera Campíns (LHC) cumpliría cien años. Buen momento para analizar el significado de su trayectoria, su legado, sus aciertos, sus reveses. Y hacerlo más allá de la polarización, que tanto nos perjudica la capacidad de extraer lecciones que alimenten estrategias para nuestro futuro. Abogado, preso político de la dictadura perejimenista, diputado, senador y presidente de la República. Tal vez el presidente con mayor bagaje cultural que ha tenido Venezuela. Ganó las elecciones presidenciales de 1978, derrotando al favorito Luís Piñerúa Ordaz. “RECIBO UN PAÍS HIPOTECADO” Esa frase marcó su primer discurso como presidente. Realmente recibió una deuda pública de más de 13.000 millones de dólares, la denunció… y lamentablemente la duplicó durante su gobierno, con el agravante que la mayor parte de esa deuda se vencía a corto plazo, aspecto que aceleró el llamado viernes negro. En su descargo, es necesario recordar que más que un país hipotecado, el gobierno de LHC recibió la inercia de la llamada Gran Venezuela de Carlos Andrés Pérez, quien a pesar de haber redimensionado al país con magníficas obras durante su gobierno 1974-79, no supo administrar la avalancha de dinero producto de la multiplicación de los precios del petróleo. Más bien multiplicó por seis el gasto público, duplicó la burocracia, generó el llamado capitalismo de estado y protegió excesivamente a la producción nacional. Y cuando el dinero no alcanzó, recurrió a una gigantesca deuda. Tanto dinero fácil aflojó los resortes morales, y generó un estado gigantesco e inviable, donde era más beneficioso estar a su sombra, que competir basado en la productividad. LHC intentó enfriar la economía, y provocó una incesante fuga de divisas. También continuó incrementando el gasto público, un 70 %. Finalmente llevó la deuda pública hasta 28 mil millones de dólares. PROFUNDIZACIÓN DE LA NACIONALIZACIÓN DEL PETRÓLEO Ese fue el lema de su política petrolera, dirigida fundamentalmente por el Dr. Humberto Calderón Berti, quien estuvo los primeros cuatro años al frente del Ministerio de Minas, y en agosto de 1983 sustituyó al general Rafael Alfonso Ravard, quien ocupaba la presidencia de Pdvsa desde 1976. En 1979, a los pocos meses del gobierno de LHC, el Ayatola Komeini derrocó al Sha de Irán, aliado de Estados Unidos y policía del petróleo de la zona. El armamento que administraba el Sha pasó a manos del profundamente antinorteamericano Komeini. De entrada, éste paralizó sus exportaciones petroleras iraníes (unos 5 millones de barriles diarios), lo desestabilizó al mercado y casi triplicó de los precios del petróleo hasta casi 30 $ el barril. En medio de ese escenario, el gobierno de LHC desarrolló programas exploratorios de petróleo y gas, que revirtieron la decadencia de las reservas. Las de petróleo se incrementaron desde 18.000 millones de barriles hasta 30.000. Se descubrieron importantes reservas de gas en el Caribe. Igualmente se dio inició el desarrollo de la Faja, perforando más de 900 pozos en las áreas Machete, Zuata, Hamaca y Cerro Negro. LHC también ejecutó el Cambio de Patrón de Refinación. Cuando se nacionalizó el petróleo, las refinerías venezolanas estaban consideradas como de residuales por las transnacionales. El cambio de patrón permitió producir más de 100.000 barriles diarios adicionales de gasolina y destilados, utilizando el mismo volumen de petróleo. Venezuela se convirtió en exportador de gasolina. También el gobierno de LHC acometió la Internacionalización del Petróleo, que consistió en comprar refinerías en Europa y Estados Unidos para procesar nuestros crudos pesados. Es decir, llevar los crudos pesados venezolanos desde los pozos hasta los tanques de gasolina de los vehículos en los principales centros de consumo de gasolina del mundo. De la vaca a la boca. Sólo en Estados Unidos, las refinerías estaban asociadas a más de 15.000 estaciones de servicios. Este conjunto de acciones, más que comprar refinerías, consistió en comprar mercados. La capacidad de refinación de Venezuela se incrementó hasta 3 millones de barriles diarios. La política petrolera de LHC prácticamente completó la nacionalización. Pdvsa fue considerada como una de las mejores empresas petroleras del mundo. La industria petrolera venezolana pasaba, de ser una “saca tubos y mete tubos”, a un emporio energético. LAS CUOTAS DE PRODUCCIÓN Todo lo que sube baja, y más en un negocio como el petrolero. En 1981 se comenzaron a debilitar los precios del petróleo. En 1982 la OPEP estableció las cuotas de producción, lo que significó para Venezuela serios recortes. Cuando las divisas no cubrían el nivel de gasto que se había dado el gobierno, LHC hizo varios esfuerzos infructuosos que afectaban la gestión de Pdvsa, como la centralización de las divisas de Pdvsa en el instituto emisor, y algunos “arañazos” a los dividendos. VIERNES NEGRO La disminución de ingresos quebró el modelo. La brecha fiscal, que era de más de 13.000 millones de bolívares, la moneda sobrevaluada, la fuga de divisas y el decrecimiento del PIB, obligaron al gobierno a tomar medidas. Las cuentas no daban. El gobierno anunció la devaluación del signo monetario (adiós al 4,30), y el control de cambio. Lo demás es historia. En diez años (CAP/LHC), se había transformado la gigantesca bonanza petrolera en deuda, inflación y desmoralización. Sin darnos cuenta, los venezolanos navegamos en la abundancia hundiéndonos, como si fuera arena movediza. Iniciaríamos, con altibajos, una ruta decadente que hoy está muy lejos de finalizar. EPÍLOGO LHC fue un demócrata, realizó las primeras elecciones municipales independientes de regionales y presidenciales desde 1958, inauguró el Metro, el Teatro Teresa Carreño, el Hipódromo de Valencia, 19 institutos de educación superior, 2250 camas de hospitales, 183 bibliotecas, 1400 kilómetros de carreteras. Respetó las libertades. No se trata de estigmatizarlo. Tuvo grandes logros, pero no supo salir de la vorágine de la mala administración de la abundancia. Debemos, sin polarizaciones ni simplonerías, analizar y extraer lecciones de aquellos momentos para cuando se reconstruya nuestra desvencijada industria petrolera, y por ende el país. Luis Herrera Campíns fue un hombre honesto, capaz y bueno. Murió en la inopia luego de administrar miles de millones de dólares. ¿Digno de Ripley? Es la hora de

Venezuela Gasífera

Venezuela debe agregar a su condición de país petrolero, la de país gasífero. Ya quedaron atrás los años en que el gas era la hermanita pobre del petróleo. Su demanda crece para utilizarlo como combustible, en la generación de electricidad y en múltiples productos químicos. Además, tenemos mucho gas y es imperativo que lo aprovechemos. El gas es un puente hacia la transición energética, ya que es la mitad de contaminante que el carbono y la tercera parte respecto al petróleo. En Europa lo han tipificado como energía limpia, al igual que la hidráulica, la solar y la eólica, entre otras. Su demanda se ha incrementado en más de cincuenta por ciento en los últimos 20 años. MOVIMIENTOS GEOPOLÍTICOS La invasión de Rusia a Ucrania modificó sustancialmente la geopolítica del gas. Europa tomó conciencia de que no podía depender significativamente para sus requerimientos energéticos de un potencial enemigo. Sí, como se oye, de un potencial enemigo. Ya finalizó el ciclo de la tensa paz de Europa OTAN vs Pacto de Varsovia. Hoy las potencias se reacomodan. La repartición del mundo de los tres grandes en Yalta, ha quedado obsoleta. Hoy los tres grandes son Xi Jinping, Putin y Trump y se intentan repartir el mundo marginando a Europa, que a su vez diseña estrategias para salir airosa en esta nueva realidad. En este escenario, Europa busca alternativas al gas ruso, lo que le cae de perlas a Estados Unidos. que con el llamado gas de lutita ha duplicado su producción de gas hasta alrededor de cien mil millones de pies cúbicos diarios. La exportación de gas requiere para atravesar grandes distancias y océanos, de metaneros que transporten gas natural licuado (GNL). Para obtener el GNL se enfría el gas metano a menos 161 grados centígrados, y luego se embarca en metaneros, que pueden transitar a cualquier parte del mundo. En su destino, ese líquido debe ser regasificado para incorporarlo a los gasductos y llevarlo a los consumidores. El GNL es cuatro o cinco veces más costoso que el gas natural. Sin embargo Europa – necesidad obliga – lo compra. La insaciable necesidad de energía del mundo no puede ser satisfecha por las llamadas energías alternas, que se posicionan a una velocidad mucho menor que la esperada. Las proyecciones del gas en las matrices energéticas muestran importante crecimiento para las próximas décadas. EL GAS EN VENEZUELA, UN NEGOCIO CASI VIRGEN Venezuela posee la octava reserva de gas del mundo. Y eso sin explorar desde hace muchos años. Si se reanuda la exploración del gas, Venezuela podría estar en el top cinco de reservas de gas. Lamentablemente estamos a años luz de aprovechar estas oportunidades. Gerenciando bien el negocio, se pueden explotar muchísimas oportunidades en el mercado interno y además exportar GNL. Las reservas en tierra están en Yucal Pacer, Norte de Monagas, la Faja, Anaco, Quiriquire, Zulia y otras áreas. Y en nuestro mar Perla, Patao, Mejillones, Dragón y otras. Además, hay infraestructura para extraer y fraccionar el gas. Y finalmente, una Ley Orgánica del Gas que permite inversiones 100 % privadas a lo largo de todo el proceso. Pero estas potencialidades están despilfarradas. De más de siete mil millones de pies cúbicos diarios, hemos pasado a menos de cuatro, de los que se queman o se arrojan a la atmósfera un 40%, equivalentes a tres o cuatrocientos millones de dólares al año. El gas utilizado es muy deficitario para cubrir las necesidades de la electricidad, las industrias de Guayana, la petroquímica, los hogares y la industria en general. Estamos despilfarrando la oportunidad de construir una industria gasífera de primer mundo, esto conlleva a marasmo industrial, malos servicios, menores divisas, y en general contribuye a reforzar este cuadro de bajísimo poder adquisitivo, hambre, desempleo y un largo etcétera. OPORTUNIDADES PARA VENEZUELA Como siempre, estamos llenos de oportunidades que se quedan en el tintero. No nos cansamos de repetir que para arrancar esta industria hace falta por lo menos voluntad política, planes, y seguridad para los inversionistas. Hay un rico portafolio, que se podría satisfacer incrementando la producción y procesamiento del gas: Demanda interna: Electricidad, hierro, siderurgia, aluminio, petroquímica, cemento, gas para vehículos que permitiría ahorros y liberar gasolina para exportación. En Venezuela apenas el 8% de la demanda de gas para hogares se satisface con gas directo, y el 90 % con bombonas de propano, que agregarían mucho más valor en la petroquímica generando productos como el propileno y muchos plásticos de alta y baja densidad. Y mientras se sustituye paulatinamente un alto porcentaje del gas de bombonas (propano), hay que ofrecerlas a los hogares cargadas, continuas y seguras. Operaciones: Es necesario (y un gran negocio) minimizar quema de gas en Norte de Monagas, reparar fugas a lo largo de todo el sistema de gas, recuperar capacidad de extracción y fraccionamiento de gas. Exportar gas a Colombia por oleoducto binacional actualmente inactivo. Igualmente hacer un ganar- ganar en el negocio de campo Dragón con Trinidad. GNL: En el Caribe, el gas que no vaya al consumo interno – pueden ser apreciables cantidades, hay la oportunidad de transformarlo en GNL, mediante pingues y atractivas inversiones a mediano plazo. El mercado sería países de América con regasificadores como Chile, Panamá, Colombia, o países de Europa y otras partes del planeta. Este portafolio, seguramente incompleto, nos indica que poseemos muchísimas oportunidades para aprovechar nuestras reservas de gas, que requieren inversiones nacionales e internacionales que generarían empleos, capacidad de consumo y sobre todo calidad de vida para los venezolanos. Obviamente las inversiones no salen de un sombrero de un mago, para materializarse requieren de respeto, confianza, seguridad jurídica y una serie de condicionantes por ahora negadas, sin las cuales no se superará tanto marasmo e improductivad. ¿Hasta cuando seguiremos siendo el país de las oportunidades perdidas? ¿Cuántos países pueden visualizar estos portafolios? Es la hora de la Visión Compartida. Luz más luz como dijo Goethe. ¿Un sueño? Más bien una proyección de imperiosa realización para el futuro de Venezuela. Y en caso tal, hay

24 de noviembre, cayó Gallegos y cayó “Doña Bárbara”

Por Rafael Gallegos El 24 de noviembre de 1948 fue derrocado el novelista Don Rómulo Gallegos. Pocos golpes militares han resultado tan enemigos de la cultura. Con Don Rómulo cayeron el canciller poeta Andrés Eloy Blanco, y nada menos que el gran José Rafael Pocaterra, quien en ese momento fungía como Embajador en Estados Unidos. ¿Qué tal? El derrocamiento de Rómulo Gallegos en 1948 fue un golpe a la literatura venezolana. Hay que aclarar que Pocaterra aceptó de los golpistas la Embajada en Brasil, a la que renunció dos años después, luego del asesinato de Delgado Chalbaud. Gallegos fue exiliado hacia Cuba. Es de imaginar que Don Rómulo habrá pensado en el avión que lo trasladaba hacia La Habana, cómo la inclemente realidad le tergiversó su obra “Doña Bárbara”, cuya interpretación más común era la lucha de la civilización contra la barbarie, y ya desde esos tiempos se podía hacer equivalencia con democracia vs autoritarismo. Tal vez mientras volaba sobre el Caribe, el gran escritor pensaba que su alter ego Santos Luzardo, representante de la civilización (o democracia) en su novela, había sido derrotado. Que ese llanero estudiado y valiente – que regresó de Caracas a la llanura de Apure para hacer valer sus derechos en lo que quedaba de su Hato Altamira, mediante el guáramo y la ley, que en la novela se enfrentó con éxito a los bandidos como Balbino Paiva, a los funcionarios complacientes y correveidiles como Mujiquita, a la nulidad engreída y autoritarismo de jefes civiles como Ño Pernalete, a las bandas de malandros como los Mondragón – había resultado simplemete una ficción. Que la Marisela recogida desde el mismo barro en un estado semisalvaje y convertida en una dama por efecto de la educación con que el mismo Santos Luzardo le había encendido el alma, y que para el novelista representaba a ese pueblo venezolano analfabeta y marginal imprescindible rescatar, seguiría en la realidad hundida en su ignorancia y miseria por efecto de la barbarie militarista. Y pensaría Gallegos en su personaje Doña Bárbara, aquella quinceañera Barbarita, hermosa y enamorada de Asdrúbal, que fue violada – uno tras otro- por varios tripulantes de la nave que surcaba el río Arauca hasta dejarla inconsciente. Pensaría en la Barbarita que a partir de allí iniciaría su metamorfosis hasta convertirse en la dañera, en la cacica del llano, en la devoradora de hombres. En la novela, Don Rómulo logró hacer que a esa mujer tan dura – que absorbía el espíritu de sus amantes hasta convertirlos en piltrafa, que todas las noches pedía consejos al “Socio” en actos de magia negra, que ni siquiera quiso reconocer en la notaría a su hija Marisela – le afloraran a partir una gran admiración por Santos Luzardo, el deseo de cambio, el amor por su hija, y decidiera darle paso a ella, desapareciendo en lontananza o tal vez tragada por un tremedal. A Gallegos le habrá pasado por la mente que esa ficción era apenas un deseo, un fallido sueño de justicia social. Tal vez pensaba Don Rómulo que ha debido hacer una novela más realista, con Marisela analfabeta y arisca, con Doña Bárbara continuando su reino del terror mandando a mover linderos para apropiarse de tierras, a ensogar ganado ajeno y mujiquitas, y ño Pernaletes, con sus mondragones. Y con un Santos Luzardo miedoso y evasivo tragado por el tremedal luego de caer en los brazos de Doña Bárbara. Y por su parte el poeta Andrés Eloy Blanco, desde su destierro en México, habría pensado que en el nuevo gobierno de los militarotes, estos se empeñarían en que su petición de “aunque la virgen sea blanca píntame angelitos negros”, fuera denegada. Y Pocaterra, luego de renunciar a la Embajada tras el asesinato de Delgado Chalbaud, se habrá cerciorado que con las dictaduras a sus “Panchito Mandefuá” no les salía en Navidad cenar con el Nino Jesús, sino seguir como siempre hambrientos, con su barriguita llena de parásitos y una infinita tristeza en los ojos mientras (otra vez Andrés Eloy) observaban las vitrinas “como el niño pobre ante el juguete caro”. Y de paso Pocaterra habrá verificado lo repetitivo de las terribles cárceles de Gómez (con sus Nereos Pachecos y todo), narradas en su monumental “Memorias de un venezolano de la decadencia”, que ahora se llamaban Seguridad Nacional y tenían nuevos esbirros, tan terribles y más aprendidos que los anteriores. LA CAÍDA DE UN SUEÑO El 24 de noviembre cayó – a Dios gracias temporalmente – el sueño venezolano de elecciones libres, de libertad de expresión, de revolución educativa, de industrialización y libertad empresarial… de democracia. El sueño que nos han dibujado en sus maravillosas obras nuestros grandes artistas, como Andrés Eloy, el joven veinteañero premiado en España por su “Canto a España”, el Rómulo Gallegos cuya primera edición de Doña Bárbara sería galardonada en España como el Libro del Mes, y con una portentosa obra escrita que haría decir en 1950 al entonces joven periodista Gabriel García Márquez: “es casi seguro que a Rómulo Gallegos el otorguen el Premio Nobel este año”. Seguramente las presiones de la dictadura perejimenista se encargaron de anular el galardón al Maestro Gallegos por aquello de no pasar la vergüenza ante tamaño premio otorgado a un presidente derrocado por ellos mismos. Y – no darles pena – contrataron por 40.000 dólares al escritor español Camilo José Cela, quien sí ganaría el Nobel en 1989, para que hiciera una obra capaz de competir con Doña Bárbara. La obra de llamó La Catira y resultó una copia muy borrosa, por decir lo menos. Nuestros grandes escritores – que sí los tenemos gigantescos aunque algunos opinen lo contrario – como Gallegos, Teresa de la Parra, Pocaterra, Otero, Uslar, Meneses y muchos otros por solo hablar de esos años, han dibujado directa o indirectamente la sociedad que merecemos soñar. Pero parece una ley que los autócratas, siempre se empeñan en transformar los sueños en pesadillas. LOS DEMÓCRATAS No es solo soñar, sino luchar para que los sueños dejen

Venezuela petrolera: seis cuentos y tres remordimientos

Ya basta de tantos miramientos, remordimientos y dudas acerca de nuestro futuro petrolero y gasífero. Tenemos un gigantesco potencial y el mundo seguirá requiriendo de los hidrocarburos por décadas. ¿Entonces? ¿Qué esperamos para declarar que los hidrocarburos son el primer motor para intentar la resurrección de este desvencijado país llamado Venezuela… y actuar en consecuencia? Hay mucho cuento (¿posverdades?) enfocado a que creamos ya pasó nuestra era petrolera, y que tenemos que dedicarnos a otra cosa. Veamos algunos: CUENTO 1: EL PETRÓLEO ES EL CULPABLE DE LA CONTAMINACIÓN Algunos piensan que si desarrollamos la industria petrolera venezolana vamos a “contaminar” al planeta. Mientras tanto, en nuestras narices, Guyana, Brasil y Argentina muestran tasas de crecimiento de producción de hidrocarburos que nos alejan cada vez más de nuestra otrora condición de monopolio petrolero de América Latina. Y el propio Estados Unidos, gracias al petróleo de lutita, casi que triplica su producción de petróleo en los últimos veinte años, y aprovecha la invasión rusa a Ucrania para dar salida a su gas y convertirse en proveedor de Europa. Se trata de un fenómeno que el mundo – y en nuestro caso Venezuela- debe atacar con seriedad y en conjunto. Sincerarnos, ante la imposibilidad de vivir sin petróleo, minimizar la contaminación. Aplicar es la estrategia de Limpiar el Petróleo. ¿Cómo? Procesos con energías alternas incorporadas, CAC (captura y almacenamiento de carbono), y mínimos mandatorios del SHA (Seguridad, Higiene y Ambiente). CUENTO DOS: VENEZUELA SUPERÓ EL RENTISMO Otros comparten el cuento – puro cuento propagado por la “revolución” – de que “superamos el rentismo”, cuando la realidad es que ellos “acabaron con la renta” cuando deterioraron aquella PDVSA que era la segunda petrolera del mundo, y convirtieron a Venezuela en apenas el noveno productor de la OPEP. La realidad es que el paradigma de eternizarse en el poder, contrasta con una Venezuela próspera. Cuatro o cinco millones de barriles generarían, una portentosa clase media, y capitales para la lógica lucha por la alternabilidad. Palabra esta, mortal para la “revolución”. CUENTO 3: LAS SANCIONES SON CULPABLES DEL DERRUMBE DE PDVSA También hay quienes pregonan que PDVSA se vino abajo por las sanciones, como si ignoraran, en primer lugar, que el bajón de producción ocurrió antes de la aplicación de las sanciones; y en segundo término, que la decadencia de esa empresa se inició en 1999 y tuvo su punto de inflexión cuando se les ocurrió botar a la mitad de la nómina en el conflicto de 2002- 2003. CUENTO 4: NUESTRO PETRÓLEO ES DE MALA CALIDAD Cierto que la mayoría de nuestras reservas son pesadas y extra pesadas; pero: En primer lugar tenemos petróleo liviano como para producir tal vez dos millones de barriles diarios por décadas. Y en cuanto a la Faja, se trata de un crudo muchísimo más competitivo que el canadiense. Ellos para producir tienen que deforestar, excavar con palas gigantescas, trasladar por correas la tierra para extraerle el bitumen; y luego devolver en trenes la tierra, colocarla en su lugar y reforestar. ¿Qué tal?, y con todo y eso van para cuatro millones de barriles diarios. ¿Y por qué los canadienses sí y nosotros no? CUENTO 5: NO SOMOS UN PAÍS GASÍFERO Venezuela posee la séptima reserva de gas del mundo. Y si exploráramos – para variar no lo hacemos- podríamos ser la cuarta o quinta reserva tras gigantes como Rusia, Irán, Qatar. En el Mar Caribe poseemos capacidad para extraer el gas, procesarlo, licuarlo (LGN), embarcarlo en metaneros y exportarlo. Igual hay suficiente gas para el consumo nacional en hogares, vehículos e industrias. Suficiente para operar las industrias del hierro, del aluminio y la petroquímica, así como para satisfacer la demanda eléctrica vía plantas. Claro que sí somos un país gasífero, pero hay que explorar, organizarse, atraer inversiones y por cierto, dejar de ventear casi dos mil millones de pies cúbicos diarios en Monagas. CUENTO 6: LLEGAREMOS A UN MILLÓN DE BARRILES DIARIOS Da la impresión que el gobierno todos los años le pide al Niño Jesús un millón de barriles diarios para Navidad, y como que se portan mal, porque nunca les llega el regalo. Pero por encima de todo, un millón de barriles es una cifra muy pobre y modesta en referencia a nuestras reservas, el conocimiento de la industria y la capacidad de nuestra infraestructura. La realidad es que podemos llegar en el mediano plazo a 4 millones de barriles diarios, y a 10.000 millones de pies cúbicos diarios de gas. A procesar más de un millón de barriles en nuestras refinerías generando gasolina y gasoil para los venezolanos (cero colas) y para la exportación. Y procesar otro millón de barriles en extranjero. Por cierto, es Urgente – Urgentísimo- salvar Citgo. Pero una nueva industria petrolera próspera requiere seriedad, una LOH que materialice la visión de una nueva industria petrolera con empresas y capital privado, y control del estado. Así como Confianza: Respeto a los inversionistas, separación de poderes, cero corrupción y Democracia. Ningún inversionista va a traer miles de millones de dólares para perderlos. De no haber Confianza, se irían para Guyana, Brasil Argentina y paremos de contar. Para superar esa triste modestia de un millón fallido de barriles diarios, y llegar a cuatro, son imperativas la Confianza, y la Democracia. Lo contrario es seguir dando ante el mundo la insólita imagen de un limosnero sentado en un barril. REMORDIMIENTOS (DE CONCIENCIA… COLECTIVA) Como generación… aunque no sea “culpa” suya: 1. Destruimos la segunda petrolera del mundo… 2. Dilapidamos al país más rico del continente y lo pusimos a la cola de América. 3. Recibimos una especie Kuwait latinoamericano, adicionalmente con una democracia floreciente, y entregaremos a la siguiente generación un país desvalijado y muy pobre, tal como… ¿Cuba, Nicaragua, Haití?, ponga usted nombre. ES URGENTE: 1. Que superemos los cuentos de camino y los remordimientos de conciencia colectivos. 2. Que reconstruyamos una industria petrolera y gasífera de nivel mundial, que impulse el CAC (captura y almacenamiento del carbono) y haga simbiosis con el aprovechamiento

Claves para el futuro de nuestra industria petrolera

Por Rafael Gallegos Los venezolanos estamos – no lo dude – en las puertas de una nueva era cuyo arranque va a ser pivoteado por el nacimiento de una nueva industria petrolera. Por ello, es fundamental tener claridad y desarrollar consenso acerca de qué y cómo hacer con nuestros hidrocarburos, para que estos estimulen el desarrollo sustentable de una Venezuela que a la larga no dependa del petróleo. Más allá de sembrar, tal vez la palabra adecuada sea: cosechar el petróleo. Para comenzar, es necesario comprender varios aspectos: -La Pdvsa azul… no volverá…. Resucitarla sería como reparar un carro de pérdida total. Es decir, no se trata de recuperar Pdvsa, sino de crear una nueva industria petrolera. -El estado no tiene dinero para invertir en la industria petrolera… es decir, es indispensable el capital privado para acometer su reconstrucción. -El imperio existe y es malo (Rafael Poleo dixit)…. El capital no tiene patria, ni amigos, solo intereses. Si no, observen la reciente reunión de los inversores internacionales en Londres para estudiar formas de inversión si gana Maduro. No se puede pecar de inocencios. Es importante que las leyes se orienten hacia una justa distribución de beneficios entre la nación y los inversionistas. Hay que estar claros en que si los venezolanos no controlamos nuestra industria petrolera, la controlarán otros. Y por cierto, controlar no es sinónimo de estatizar. – Al petróleo le quedan muchas décadas…. Las energías alternas han tenido una velocidad muy inferior a lo esperado. Parecen lejos de convertirse en disruptivas. Dese hace casi un siglo ha habido la creencia que sólo le quedan veinte años al negocio petrolero, y eso ha perjudicado nuestra visión a largo plazo. – Es hora del HUB ENERGÉTICO…. de sustituir los análisis aislados de petróleo por uno sistémico de Energía. En Venezuela hay petróleo, gas, energía hidráulica, sol, viento. ¿Entonces? Además con ríos navegables, gas, electricidad, bauxita y hierro, se pueden desarrollar empresas de aluminio, de hierro, y agregar valor con manufactura. Igualmente es importante definir estrategias más allá de las palabras. Por ejemplo: Privatización…. Esta palabra, per se, dice poco. Porque todas las concepciones del negocio quieren incorporar capitales. Los que quieren recuperar la Pdvsa azul bregan por capitales para Pdvsa. Por ejemplo el gobierno, que los ruega. Por otra parte están los que quieren vender, tipo lejano oeste, los activos de Pdvsa al primer postor. Finalmente, están (estamos), quienes plantean el Cómo hacer para incorporar capitales privados con una LOH que además de orientar la Visión del negocio, plantee Agencia de Energía, Rondas de Licitación y regalías e impuestos variables. Tal como han hecho muchos países de América Latina, cuya participación promedio en el negocio queda en alrededor del 60%. Algunas concepciones denigran de la “privatización”, y otros la subliman sin explicar el cómo. Eso sí, todos quieren incorporar capitales privados. ¿Entonces? El problema está en la palabra. Lo correcto es incorporar capitales privados explicando la estrategia. Por otra parte, la Ley Orgánica del Gas permite 100 % de capitales privados en todos sus procesos. Y sin embargo, las inversiones escasean, ¿por qué? Confianza… la palabra clave para incorporar capitales es Confianza. Y ella depende de leyes, separación de poderes., seguridad jurídica, respeto. Todo junto. Si no hay Confianza, los inversionistas en lugar de venir a Venezuela se irán a Guyana, Brasil Argentina… Venezuela dejó de ser el monopolio petrolero de América Latina. Estatización…. Parece una mala palabra. Se habla con cierto dejo de “estatistas”, y volvemos al cómo. ¿Cuál debe ser el rol del estado? Ni petroestado, ni desaparecer… gris es el árbol de la vida. El negocio petrolero tiene que ser operado mayoritariamente por empresarios privados, sin embargo el estado debe controlar el negocio (que no es operar). Repetimos: si no lo controlamos nosotros, lo harán otros. Sería sano que al final del proceso de reconstrucción quedara una Pdvsa muy redimensionada en el mercado compitiendo en igualdad de condiciones con múltiples empresas privadas. Por cierto, sería sano que entre esos capitales haya de propietarios venezolanos. Igualmente, si se salva Citgo, sería para procesar crudos venezolanos tal como se planificó inicialmente. De lo contrario, ¿qué sentido tendría mantener su propiedad? También hay que definir la participación venezolana en la OPEP. Muy simple, si se quiere participar e influir en los precios, el estado debe poder controlar- en determinados casos – los volúmenes de producción. USO DE LOS BENEFICIOS DE LA INDUSTRIA…. No se deben repetir los errores de los años setenta que en nueve años llevaron a Venezuela del boom a la devaluación. Es imperativo evitar, hasta por ley, el uso de las divisas del negocio en el gasto público, así como proceder a descentralizarlos. Los beneficios deben ser utilizados en inversiones y planificados rigurosamente. Igualmente hay que aplicar estratégicamente las políticas de Responsabilidad Social Corporativa, ya que estas están orientadas al desarrollo sustentable de las áreas aledañas a la industria (buena parte del país), que pueden crear un efecto dominó de prosperidad en tantas áreas hoy hambrientas y deprimidas. Muy importante definir el rol de la resurrección de nuestra principal industria. Con consenso y con grandeza. Es hora de repensar el petróleo y de repensar a Venezuela. PD: La primera acción para resucitar a la industria petrolera y al país, es salir en masa a votar el 28J. Todos, sin excusas y con muchas esperanza Rafael Gallegos Castro Ingeniero Petrolero. Ex-gerente en PDVSA. Profesor del IESA. Miembro de Gente del Petróleo. Coordinador Académico del Diplomado de “Diplomacia Petrolera y otras Energías” del CODEIV

Venezuela: Polo energético de América Latina

Por Rafael Gallegos Castro PARÁBOLA DE LOS TALENTOS En la “parábola de los talentos” (talento: moneda equivalente a 34 kg de plata) de los evangelios, se plantea que un hombre rico que se iba de viaje llamó a sus siervos. Al primero le dio cinco talentos, al segundo le dio dos y al tercero uno. Cuando regresó del viaje les pidió cuentas. Los dos primeros siervos duplicaron los talentos, y el tercero le dijo que enterró su talento y se lo devolvió sin ninguna ganancia. Jesús cuenta que el hombre rico castigó al tercero, quitándole su talento y entregándoselo al que tenía diez. Los venezolanos, no lo dude, nos hemos comportado en los últimos veinticinco años como el tercer siervo de la parábola, o peor, porque  seguramente ni siquiera podríamos devolver un talento. VENEZUELA DESPILFARRADA  Hemos despilfarrado la gran cantidad de talentos con que nos dotó la naturaleza, léase petróleo, gas, o energía hidráulica, sobre todo en estos años de “revolución” o mejor, de destrucción estratégica para comerte mejor. Además, no hemos aprovechado el sol ni los vientos como energías solar y eólica.  ¡Hasta cuándo seguiremos siendo un limosnero sentado en un barril! Según el gobierno, tenemos “las mayores reservas petroleras del mundo”. No es cierto; pero de todas formas tenemos gigantescas reservas. Pero despilfarramos este talento, apenas producimos 800.000 barriles diarios en lugar de cuatro o cinco millones que nos permitirían generar prosperidad y construir un gran país. En gas poseemos la séptima reserva más grande del mundo (si exploráramos podríamos ser la cuarta), también despilfarrada: no tenemos gas en nuestras cocinas, hay empresas paralizadas por no disponer de ese combustible, en lugar de apagones tenemos alumbrones, y  se queman vergonzosas cantidades de gas en Monagas. Tenemos un gran potencial de energía hidráulica. Aprovechado en los años de la república civil  con la construcción de la maravilla que es la represa del Guri, así como otras menores. Hoy muchas de las turbinas están inservibles, el sistema de transmisión deja mucho que desear y por cierto, tampoco estamos aprovechando el potencial de las plantas eléctricas. Igualmente no le hemos sacado jugo a nuestra capacidad para posicionarnos en energía solar y eólica, como hacen otros países. Hasta cuándo seguiremos despilfarrando tantos talentos con que nos dotó la naturaleza. HACIA UN POLO ENERGÉTICO Es la hora de proponernos a aprovechar nuestras potencialidades. Y de romper paradigmas, los cambios profundos empiezan en las mentes. No somos sólo un país petrolero y gasífero. Somos un país energético. ¿Cuántos países del mundo tienen abundante  petróleo, gas, caudalosos ríos, sol y viento? ¿Cuántos? Saque cuenta y le sobrarán los dedos de las manos. Y ese potencial es industrias, dinero, calidad de vida. Ya es hora de mirarnos como un país energético y superar este estado de despilfarro. Y si a estas potencialidades agregamos el hierro y el aluminio… sume y siga sacando cuentas de los países que disponen de estos recursos… y le sobrarán los dedos de una mano. HUB ENERGÉTICO El denominado Hub Energético es un modelo muy orgánico de desarrollo, producto del trabajo de un equipo de destacados técnicos venezolanos coordinados por Víctor Vázquez y Lino Carrillo, que fue adoptado por el equipo energético de ‘’Venezuela Tierra de Gracia”. Su aplicación nos permitiría aprovechar nuestras singulares potencialidades energéticas, desarrollar un poderoso parque industrial y por ende elevar cuánticamente nuestra deterioradísima calidad de vida. Se trata de cambiar nuestro modelo de desarrollo, de tender y atravesar un puente que nos conduzca desde nuestra ya vetusta concepción petrolera hacia una   concepción energética, que redunde en la optimización entrelazada de las industrias de hidrocarburos, eléctrica, solar y eólica,  que nos convierta en el Polo Energético de América Latina. Es la hora de desarrollar nuestra industria petrolera hasta más de 4 millones de barriles diarios; nuestra producción de gas hasta 10 mil o doce mil millones de pies cúbicos diarios, haciendo que llegue gas directo a los hogares, a las industrias, y que podamos exportar en metaneros, gas licuado a Europa y otros lares. De desarrollar a partir del gas y otras corrientes de refinería una poderosa industria petroquímica, así como dotar nuestras plantas eléctricas. Igualmente, es hora de aprovechar nuestras ventajas comparativas y desarrollar la industria de aluminio (bauxita, ríos, gas) para generar empleos y divisas exportándolo,  y empleos y calidad de vida transformando el aluminio en latas, ollas, sartenes, neveras, lavadoras, vehículos, aviones, papel de aluminio, techos de vivienda y paremos de contar. Idem con las ventajas comparativas de la industria siderúrgica (hierro, ríos, gas).  A partir del hierro reducido con gas, y del acero obtenido con carbono, se puede exportar, o generar valor agregado en Venezuela: maquinarias, electrodomésticos, vehículos, sillas tuercas… ¿Cuántos países poseen simultáneamente petróleo, gas, energía hidráulica, sol, viento, ríos navegables, bauxita, hierro? Llega la hora de aprovechar estos talentos. Pero no es mágico, hace falta voluntad, estrategia, educación, instituciones, inversores privados, leyes que estimulen la inversión. Una urgente y novedosa concepción de país. También plantea el Hub Energético el aprovechamiento de los muchos pozos petroleros inactivos en condiciones para almacenar el CO2, que tiene Venezuela. Esto redundaría en el liderazgo de los procesos de captura y almacenamiento de carbono (CAC), llamado en el futuro a descontaminar los procesos asociados a los fósiles. Es imperativo –ya- un gobierno que proyecte y materialice  el desarrollo nacional. Que convierta para empezar, a Venezuela el Polo Energético de América Latina. Un polo que sirva de motor de arranque para desarrollar también nuestras potencialidades agrícolas, industriales, turísticas… Un nuevo país que nos merecemos. Venezuela tiene que surgir, sin excusas. De nuestras innovadoras mentes trabajando en equipo. Y debe hacerlo antes de que la dejadez y mediocridad en el aprovechamiento de nuestros talentos nos iguale con Macondo, aquel pueblo condenado a cien años de soledad que no tuvo una segunda oportunidad sobre la tierra. Además, ya es la hora del retorno de ese excepcional talento de nuestros jóvenes y no tan jóvenes, que la falta de oportunidades de la “revolución” empujó a otros lares. Nuevos paradigmas para una nueva Venezuela. EL VOTO ES LA OPORTUNIDAD El

¿Comenzó la transición?

Por Rafael Gallegos Castro La política al igual que la física, no tolera vacíos. Cuando los gobiernos se agotan, se inician las transiciones hacia modelos más sustentables. La “revolución’’ que hemos padecido los venezolanos por un cuarto de siglo ha perdido buena parte de los soportes que le dieron vida: apoyo popular, liderazgo carismático, abundante flujo de caja, calidad de vida. La vía democrática que los llevó al poder y los mantuvo por años, se les ha hecho muy, pero muy cuesta arriba. La verdad es que ya nadie los quiere. Las encuestas indican que el candidato unitario Edmundo González Urrutia, a menos que aparezcan obstáculos insalvables, se dirige a una resonante victoria el 28 de julio. Él ha dicho: “seré el presidente de la transición”. Las transiciones no son nada nuevo en Venezuela. Todas obedecen a agotamiento del modelo o del liderazgo, y todas tienen sus consecuencias. Hemos tenido transiciones malas, transiciones buenas y transiciones frustradas. Veamos algunas: Juan Vicente Gómez en 1908… (Transición Mala) Ni sus más áulicos soportaban al Cabito. Los ciudadanos querían un cambio de gobierno, estaban hartos de sus continuas parrandas, los pleitos internacionales como por ejemplo el rompimiento de relaciones diplomáticas con Colombia y Estados Unidos; la represión, la mala situación económica. Estaba tan agotado el gobierno de Cipriano Castro que apenas se embarcó en el navío Guadalupe para operarse del riñón en Alemania, comenzó la conspiración. En tres semanas lo tumbó su compadre Juan Vicente, que quedó como presidente provisional. Gómez fue una mala transición. Cuando murió, en 1935, Venezuela tenía más de 80 % de analfabetas, el promedio de vida era 34 años, y campeaban las enfermedades endémicas, todo en medio de una gigantesca represión. Su “provisionalidad” duró… 27 años. López Contreras en 1935… (Transición Buena) Murió Gómez y había que sustituirlo. Dos tendencias lucharon. La del terrible primo del mandatario, Eustoquio Gómez, apoyado por la familia Gómez. Tratando de llegar al poder, Eustoquio fue abaleado y muerto en la Gobernación de Caracas. La otra opción era López Contreras, ministro de Guerra. Al final se impuso y con altos y bajos comenzó a transformar al país y a implantar la democracia. La transición de Diógenes Escalante en 1945… (Transición Frustrada) El general Isaías Medina Angarita fue un gran presidente. Sin embargo no pudo manejar ni el relevo de los militares “chopo e’ piedra”, generalotes de a caballo que seguían gobernando por encima de los oficiales de escuela; ni la imperiosa necesidad de la votación universal, directa y secreta. El Embajador Diógenes Escalante fue seleccionado como candidato presidencial unitario, de común acuerdo entre e gobierno, los oficiales jóvenes, y los políticos emergentes encabezados por Rómulo Betancourt, a condición de que implantaría las elecciones universales, directas y secretas. Pero… una enfermedad cerebral sacó del juego al Embajador Escalante. El presidente Medina, sin mucha consulta, procedió nombrar candidato al ministro de Agricultura Ángel Biaginni, que no satisfizo ni a los jóvenes oficiales, ni a los políticos, y se generó movimiento 18 de Octubre, que dio al traste con el gobierno. La transición de Larrazábal el 23 de enero… (Transición Buena) Los militares y el pueblo se cansaron de los fraudes y la represión de Pérez Jiménez, aunado a que internacionalmente, ya venían de regreso las dictaduras militares aupadas por Estados Unidos. El ex director del Círculo Militar y en ese momento jefe de la Armada, Wolfang Larrazábal, encabezó la transición. Era el oficial de más alta graduación en la milicia. Soportó la intentona de Castro León en julio del 58. Cuando se lanzó como candidato presidencial entregó el mando. Perdió las elecciones y reconoció la derrota. Cuando algunos compañeros militares le susurraban al oído que por qué no daba un golpe y se quedaba en Miraflores, el almirante les respondía: “caramba, ustedes me colocaron aquí para que tumbara a un dictador y ahora quieren que yo me convierta en dictador…” Larrazábal fue un gran venezolano que comprendió y ejerció su rol de manejar la transición hacia la democracia. La transición del 2024 está obligada a ser excelente… De la primaria de octubre 2023 surgió el apabullante liderazgo de María Corina Machado. Casi todas las encuestas reflejan que si fuera candidata presidencial arrasaría con más del 70%, lo cual constituiría un récord. Sin embargo, como sabemos MCM está inhabilitada. Ella dijo: “hasta el final”, y muy pocos sabían el significado de esa frase. Actuó con mucha inteligencia, en lugar de escándalos o estridencias sorprendió a gobierno buscando sustitutos en línea con la Plataforma Democrática. Finalmente, se escogió al Embajador Edmundo González Urrutia como candidato. Sus rivales políticos comenzaron una campaña de desprestigio diciéndole tapa amarilla, títere, segundón etc. , cuando la realidad es que el candidato presidencial Edmundo González es la punta de la lanza integrada por el liderazgo de María Corina, la Plataforma Unitaria y otras organizaciones, y energizada por el inmenso deseo de cambio de un ciudadanía hastiada de tanta carencia material y espiritual, y de abrazar a sus hijos por las frías pantallas de las computadoras y teléfonos. Y la punta de la lanza se dirige hacia una elección cuyo resultado permitirá el transito hacia la recuperación de Venezuela. La transición está en sus manos, en las mías y en las de su vecino, que tenemos el deber de votar y hacer que los demás voten, para poder decir el 29 de julio: Transición Habemus. Un transición Que no sea mala como la de Gómez, ni frustrada como a de Escalante, sino buena como las de López y Larrazábal. A votar.   Rafael Gallegos Castro   Ingeniero Petrolero. Ex-gerente en PDVSA. Profesor del IESA. Miembro de Gente del Petróleo. Coordinador Académico del Diplomado de “Diplomacia Petrolera y otras Energías” del CODEIV   

Oficina Número Dos

Por Rafael Gallegos De la obra de Miguel Otero Silva – otro de los grandes escritores semiolvidados de Venezuela – tomaremos dos novelas, una continuación de la otra, que describen la transición de Venezuela desde un país pobre y palúdico hacia la nación petrolera en que nos convertimos en el siglo XX. Se trata de “Casas Muertas” y “Oficina Nro. 1”. La primera se desarrolla en Ortiz, un pueblo desvencijado, palúdico y sin oportunidades donde buena parte de su población emigra. Y Ortiz se va convirtiendo en un pueblo fantasma. La segunda de las novelas: “Oficina Nro. 1”, muestra el despegue, con virtudes y defectos, de una población petrolera venezolana, que se puede extrapolar como el inicio de la ruta de la sociedad petrolera en que nos convertimos en el siglo XX. Otros autores como Ramón Díaz Sánchez (Mene), César Rengifo (Tetralogía del petróleo), o José León Tapia (Vientos de Huracán) pueden ilustrar este devenir petrolero para dar más luces al respecto. CISNE NEGRO A la nación dictatorial, caudillesca, autoritaria, palúdica, endeudada y hasta invadida que fue Venezuela en los albores del siglo XX, le emergió desde el fondo de la tierra un cisne (negro) que lo cambió todo: el petróleo. El Zumaque, el Barroso, los campos petroleros, las divisas, fueron transformando paulatinamente a Venezuela. Al morir Gómez, éramos un país sin deuda externa; pero con 80% de analfabetismo y un promedio de vida de … 34 años. López Contreras y Medina Angarita evidenciaron mucho progreso: pininos de democracia, saneamiento, nuevas leyes petroleras, infraestructura; pero seguían gobernando los “chopo e piedra” en la milicia, y era muy fuerte el residuo del gomecismo en las esferas de poder, entre otros aspectos por un caduco sistema electoral. El “18 de Octubre”, militares de escuela y buena parte de los líderes de las generaciones emergentes se aliaron y tomaron el poder. Se estableció la votación universal, directa y secreta; se inició una revolución educativa, se aceleraron las obras de infraestructura, por factores internacionales se multiplicó la producción de petróleo, y se incrementó la participación de Venezuela en ese negocio. Luego vendrían Pérez Jiménez, los cuarenta años de república civil y esta “revolución” bolivariana que padecemos. El petróleo lo impregnó todo. Hasta las mentes de los hombres. Logros en educación, salud, infraestructura, crecimiento de ciudades y democracia; convivieron con proteccionismo, estatismo, tabaratismo, consumo suntuario, crecimiento de la marginalidad, inmigración sin control, y al final … una sociedad no sustentable, que devino en autoritarismo, luego del fracaso del intento de modernización de CAP. Son innegables los logros en calidad de vida buena parte del siglo XX. Venezuela se redimensionó. Los mejores años de nuestra historia. Lo malo fue que no supimos cambiar el modelo que ya no era sustentable. Y Venezuela escogió el fácil camino del mesianismo. Hoy asistimos a una Venezuela desbaratada. A una moderna versión de “Casas Muertas”, con gigantesca emigración y con el riesgo de convertirnos en un país fantasma. Para remate, la industria petrolera, que dio pie a la novela “Oficina Nro. 1” se ha “autosuicidado” (CAP dixit). Pdvsa, a pesar de los limitados esfuerzos actuales, no es ni la sombra de aquella petrolera considerada “la segunda del mundo”. Sin embargo, la buena noticia es que los venezolanos estamos en condiciones de resucitar a la industria petrolera y escribir en colectivo una novela que podría llamarse “Oficina Número Dos”. Las reservas de petróleo y gas existen, la expectativa de mercado es de décadas, los técnicos petroleros venezolanos son cuantiosos y de calidad. ¿Entonces? ,¿qué esperamos? SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA EL PETRÓLEO… Y PARA EL PAÍS “… porque los pueblos condenados a cien años de soledad no tendrán una segunda oportunidad sobre la tierra”, finalizó el Gabo su incomparable “Cien años de Soledad”. Pero, albricias, contrariamente a Macondo, el petróleo venezolano sí tiene una segunda oportunidad sobre nuestra tierra. Pero hay que ganársela. ¿Y cómo se gana? En primer lugar … cambiando el modelo político por uno que genere confianza: separación de poderes, libertad económica, de prensa, de pensamiento, elecciones vinculantes, respeto al ciudadano, respeto a los inversionistas… democracia. En segundo término… estimulando la atracción de inversiones petroleras con una Ley Orgánica de Hidrocarburos competitiva, que incluya Agencia de Energía que dirija Rondas de Licitación de paquetes energéticos que devenguen en una industria petrolera con empresas privadas, una Pdvsa pequeña compitiendo en igualdad de condiciones, y un estado que controle el negocio ( distinto a operar el negocio). Con planes similares para la industria eléctrica, no hay que olvidar que hay una perfecta simbiosis hidrocarburos – electricidad. Cada una depende de la otra. Y finalmente, hay que utilizar los beneficios de la industria de hidrocarburos de manera estratégica…. para que sirvan de pivote para la construcción de un país sustentable: No utilizar los impuestos y la regalía en gasto sino en inversión, descentralizar los beneficios, aplicar responsabilidad social empresarial en las nuevas empresas. Es decir vincular los beneficios petroleros con el desarrollo nacional. Una trilogía:: Cambio de modelo político. Empresas de energía competitivas, no hay países prósperos sin empresas prósperas. Y utilización de los beneficios empresariales con una visión de desarrollo del país. AL RESCATE DE LOS PANCHITO MANDEFUA Cerramos con una referencia al bellísimo cuento Panchito Mandefua, de otro gigante semiolvidado: José Rafael Pocaterra. No queremos que la pobreza , el abandono y el fracaso de país, hagan que – como en el cuento- el Niño Jesús, se conmueva en las navidades y se lleve a nuestros niños marginales a cenar con Él. Tenemos que crear un país próspero donde todos nuestros niños puedan cenar con sus padres en Navidad, en Año Nuevo y… todos los días. Niños felices, país con futuro. ¿Difícil?, sí; pero necesario. La nueva Venezuela comienza por la infancia. Hay que revertir esta realidad plagada de niños desnutridos. ¡Hasta cuándo! PD: La primera meta de esta “Oficina Número Dos”, es salir a votar todos – todos- en 28 de Julio. Sin excusas y sin depresiones. Somos más, muchos más y tenemos razón. ¿Entonces? Ingeniero Petrolero. Ex-gerente en

Medio Oriente… ¿Jugando al Armagedón?

Por Rafael Gallegos   Atónitos, observamos las guerras en el medio oriente. Un polvorín. Hamas ataca a Israel. Israel responde y ataca a Gaza. Irán apoya a Hamas. Estados Unidos y Europa apoyan a Israel.  Por su parte en Yemen hubo, pocos años ha, una cruenta guerra civil entre hutíes y el gobierno. Los hutíes, apoyados por Irán vencieron, entonces los países del Golfo intervinieron a favor del gobierno y bombardearon Yemen hasta la saciedad. En octubre pasado al inició de la guerra Gaza – Israel; los hutíes desde el lejano Yemen y apoyados por Irán, comenzaron sistemáticos ataques a embarcaciones en el Mar Rojo. Y no con flechas precisamente, sino con sofisticado armamento que incluye drones y misiles. Como respuesta, Estados Unidos y Gran Bretaña atacan a Yemen. Estados Unidos e Irán, se muestran los dientes. Estados Unidos ataca a aliados de Irán, en Irak y Siria. Por el Mar Rojo, vía Canal de Suez, pasa diariamente alrededor del 10 % del comercio mundial, el 40 % de los contenedores y más de tres millones de barriles de petróleo, así como importantes cantidades de gas natural licuado. El Canal de Suez es la conexión Asia – Europa. Ante la violencia, muchas empresas han obviado la ruta del Mar Rojo y envían sus naves a dar la vuelta por África para evitar los ataques. Esa vuelta tarda por lo menos diez días y cuesta millones de dólares, que se reflejarán en inflación. No hay que olvidar que Irán ansía desaparecer al Estado de Israel. Y que los hutíes tienen como lema “Dios es grande, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldición de los judíos, victoria de Irán” En la zona se producen alrededor de 25 millones de barriles de petróleo por día. Buena parte de la energía de la civilización. He ahí el quid del asunto.  Sin ese petróleo el mundo volvería a la edad de piedra. ¿Hasta dónde puede llegar esta guerra, por tan preciado líquido y con tanto recalentamiento?, ¿hasta el tan pregonado Armagedón?   ¿Qué sucedería si Irán y sus aliados intentan sacar del mapa a Israel? Estados Unidos y sus aliados, ¿permitirían que eso sucediera? ¿Los Estados Unidos llegarían a destruir parte de Irán para evitar el descontrol total en la zona? ¿Y cómo reaccionarían China, que compra mucho petróleo en Irán y tiene inmensas inversiones en ese país por la Ruta de la Seda? ¿Y Rusia, aliado de Irán? Y si todos se descontrolan, ¿qué sucederá con la civilización? O sea, con usted, con su vecino y conmigo. VENEZUELA A primera vista Venezuela pareciera favorecida por este conflicto. De los años setenta, ochenta y hasta noventa nos quedó el recuerdo de como una lejana guerra petrolera, o el estornudo de un jeque árabe, incrementaba sustancialmente los precios del petróleo. Mayores precios … mayores divisas. Sin embargo, nuestra industria petrolera no es ni la sombra de aquella próspera Pdvsa ubicada en el país petrolero más confiable de occidente. En primer lugar, la escuálida producción de hidrocarburos, de gas y la improductividad de las refinerías, poco puede aprovechar un alza de precios. En segundo término, se habla que Estados Unidos necesita el petróleo de Venezuela y que suspenderá todas las sanciones. Falso. Así como a los economistas cuando hacen análisis simplones sin tomar en cuenta los factores políticos y sociales los acusan de “economicistas”, nosotros nos atrevemos a acusar de “petrolicistas” a quienes analizan esta realidad tomando en cuenta sólo el petróleo. Es necesario analizar que Estados Unidos, además del petróleo, necesita urgentemente recuperar el control del Mar Caribe, donde resalta el triángulo de las Trescubas, – que se puede convertir en endémico – integrado por Cuba, Nicaragua y Venezuela. Además, Estados Unidos necesita, con premura, que comience el retorno de tanto emigrante que afecta a su economía y modus vivendi. Ni la mejora de relaciones USA – Mar Caribe, ni el retorno importante de migrantes se materializará si no se recupera la industria petrolera – el primer motor. Y la recuperación de ésta ni de lejos se logrará con el esquema actual. Nuestro nivel de reservas debería reflejarse en una producción de tres o cuatro millones de barriles diarios, seis o siete mil millones de pies cúbicos de gas, y refinerías productivas. Para ello se requieren inversiones de miles de millones de dólares que no vendrán mientras no tengan seguridad y confianza en el retorno de los capitales, y que eso requiere de un gobierno eficaz, separación de poderes, tribunales autónomos, libertades de empresa y de prensa, y que para lograr estos aspectos se requieren elecciones libres… Ergo… se requiere un profundo cambio político. De lo contrario, anótelo, seguirá el marasmo. Y como si fuera poco, hay que tomar estar claros en que cerca de Venezuela, en Guyana, Brasil y Argentina hay hartas posibilidades de inversiones petroleras más seguras. Venezuela ya no es el monopolio petrolero de América Latina. La capacidad de atraer inversiones milmillonarias, hay que ganársela. ¿LLEGARÁ LA HUMANIDAD AL AÑO 2100? De los terribles jinetes del apocalipsis Pobreza, Contaminación, Cambio Climático y Peligro Nuclear, el más peligroso no lo dude, es Peligro Nuclear. Y es producto de esa paradoja donde la tecnología asciende vertiginosamente por modernos ascensores y las pasiones humanas suben, jadeantes, por tortuosas escaleras. Es triste que hayamos llenado al mundo de guerras cada vez más peligrosas y totales. Las acciones de buena parte del liderazgo mundial hacen recordar aquella figura de mono con hojilla. Como que no dan la talla. Tenía razón el Maestro Borges cuando hablaba del portentoso y frágil destino humano. La paz mundial es más que una palabra, requiere de un gran cambio de paradigmas. Cuando Caín mató a Abel lo hizo con una quijada de burro que apenas afectó a su víctima. Hoy los caínes manejan armas para centenares de armagedones. Dios quiera que elevemos nuestras pasiones, es cuestión de sobrevivencia.