Venezuela: Polo energético de América Latina

Por Rafael Gallegos Castro

PARÁBOLA DE LOS TALENTOS
En la “parábola de los talentos” (talento: moneda equivalente a 34 kg de plata) de los evangelios, se plantea que un hombre rico que se iba de viaje llamó a sus siervos. Al primero le dio cinco talentos, al segundo le dio dos y al tercero uno. Cuando regresó del viaje les pidió cuentas. Los dos primeros siervos duplicaron los talentos, y el tercero le dijo que enterró su talento y se lo devolvió sin ninguna ganancia. Jesús cuenta que el hombre rico castigó al tercero, quitándole su talento y entregándoselo al que tenía diez.
Los venezolanos, no lo dude, nos hemos comportado en los últimos veinticinco años como el tercer siervo de la parábola, o peor, porque  seguramente ni siquiera podríamos devolver un talento.


VENEZUELA DESPILFARRADA
 Hemos despilfarrado la gran cantidad de talentos con que nos dotó la naturaleza, léase petróleo, gas, o energía hidráulica, sobre todo en estos años de “revolución” o mejor, de destrucción estratégica para comerte mejor. Además, no hemos aprovechado el sol ni los vientos como energías solar y eólica.
 ¡Hasta cuándo seguiremos siendo un limosnero sentado en un barril!
Según el gobierno, tenemos “las mayores reservas petroleras del mundo”. No es cierto; pero de todas formas tenemos gigantescas reservas. Pero despilfarramos este talento, apenas producimos 800.000 barriles diarios en lugar de cuatro o cinco millones que nos permitirían generar prosperidad y construir un gran país. En gas poseemos la séptima reserva más grande del mundo (si exploráramos podríamos ser la cuarta), también despilfarrada: no tenemos gas en nuestras cocinas, hay empresas paralizadas por no disponer de ese combustible, en lugar de apagones tenemos alumbrones, y  se queman vergonzosas cantidades de gas en Monagas.
Tenemos un gran potencial de energía hidráulica. Aprovechado en los años de la república civil  con la construcción de la maravilla que es la represa del Guri, así como otras menores. Hoy muchas de las turbinas están inservibles, el sistema de transmisión deja mucho que desear y por cierto, tampoco estamos aprovechando el potencial de las plantas eléctricas.
Igualmente no le hemos sacado jugo a nuestra capacidad para posicionarnos en energía solar y eólica, como hacen otros países.
Hasta cuándo seguiremos despilfarrando tantos talentos con que nos dotó la naturaleza.


HACIA UN POLO ENERGÉTICO
Es la hora de proponernos a aprovechar nuestras potencialidades. Y de romper paradigmas, los cambios profundos empiezan en las mentes. No somos sólo un país petrolero y gasífero. Somos un país energético. ¿Cuántos países del mundo tienen abundante  petróleo, gas, caudalosos ríos, sol y viento? ¿Cuántos? Saque cuenta y le sobrarán los dedos de las manos.
Y ese potencial es industrias, dinero, calidad de vida. Ya es hora de mirarnos como un país energético y superar este estado de despilfarro.
Y si a estas potencialidades agregamos el hierro y el aluminio… sume y siga sacando cuentas de los países que disponen de estos recursos… y le sobrarán los dedos de una mano.


HUB ENERGÉTICO
El denominado Hub Energético es un modelo muy orgánico de desarrollo, producto del trabajo de un equipo de destacados técnicos venezolanos coordinados por Víctor Vázquez y Lino Carrillo, que fue adoptado por el equipo energético de ‘’Venezuela Tierra de Gracia”.
Su aplicación nos permitiría aprovechar nuestras singulares potencialidades energéticas, desarrollar un poderoso parque industrial y por ende elevar cuánticamente nuestra deterioradísima calidad de vida.
Se trata de cambiar nuestro modelo de desarrollo, de tender y atravesar un puente que nos conduzca desde nuestra ya vetusta concepción petrolera hacia una   concepción energética, que redunde en la optimización entrelazada de las industrias de hidrocarburos, eléctrica, solar y eólica,  que nos convierta en el Polo Energético de América Latina.
Es la hora de desarrollar nuestra industria petrolera hasta más de 4 millones de barriles diarios; nuestra producción de gas hasta 10 mil o doce mil millones de pies cúbicos diarios, haciendo que llegue gas directo a los hogares, a las industrias, y que podamos exportar en metaneros, gas licuado a Europa y otros lares.
De desarrollar a partir del gas y otras corrientes de refinería una poderosa industria petroquímica, así como dotar nuestras plantas eléctricas.
Igualmente, es hora de aprovechar nuestras ventajas comparativas y desarrollar la industria de aluminio (bauxita, ríos, gas) para generar empleos y divisas exportándolo,  y empleos y calidad de vida transformando el aluminio en latas, ollas, sartenes, neveras, lavadoras, vehículos, aviones, papel de aluminio, techos de vivienda y paremos de contar.
Idem con las ventajas comparativas de la industria siderúrgica (hierro, ríos, gas).  A partir del hierro reducido con gas, y del acero obtenido con carbono, se puede exportar, o generar valor agregado en Venezuela: maquinarias, electrodomésticos, vehículos, sillas tuercas…
¿Cuántos países poseen simultáneamente petróleo, gas, energía hidráulica, sol, viento, ríos navegables, bauxita, hierro? Llega la hora de aprovechar estos talentos. Pero no es mágico, hace falta voluntad, estrategia, educación, instituciones, inversores privados, leyes que estimulen la inversión. Una urgente y novedosa concepción de país.
También plantea el Hub Energético el aprovechamiento de los muchos pozos petroleros inactivos en condiciones para almacenar el CO2, que tiene Venezuela. Esto redundaría en el liderazgo de los procesos de captura y almacenamiento de carbono (CAC), llamado en el futuro a descontaminar los procesos asociados a los fósiles.
Es imperativo –ya- un gobierno que proyecte y materialice  el desarrollo nacional. Que convierta para empezar, a Venezuela el Polo Energético de América Latina. Un polo que sirva de motor de arranque para desarrollar también nuestras potencialidades agrícolas, industriales, turísticas…
Un nuevo país que nos merecemos. Venezuela tiene que surgir, sin excusas. De nuestras innovadoras mentes trabajando en equipo. Y debe hacerlo antes de que la dejadez y mediocridad en el aprovechamiento de nuestros talentos nos iguale con Macondo, aquel pueblo condenado a cien años de soledad que no tuvo una segunda oportunidad sobre la tierra.
Además, ya es la hora del retorno de ese excepcional talento de nuestros jóvenes y no tan jóvenes, que la falta de oportunidades de la “revolución” empujó a otros lares.
Nuevos paradigmas para una nueva Venezuela.


EL VOTO ES LA OPORTUNIDAD
El 28 J es el momento de darnos una segunda oportunidad sobre la tierra. De cambiar el modelo de desarrollo para aprovechar nuestros talentos. Usted su vecino y yo tenemos que votar ese día para materializar este clamor popular que pide a gritos democracia, productividad, y calidad de vida.
A organizarnos, a votar y a defender… no hay otro camino.

Rafael Gallegos Castro

Ingeniero Petrolero. Ex-gerente en PDVSA. Profesor del IESA. Miembro de Gente del Petróleo. Coordinador Académico del Diplomado de “Diplomacia Petrolera y otras Energías” del CODEIV