Venezuela debe agregar a su condición de país petrolero, la de país gasífero. Ya quedaron atrás los años en que el gas era la hermanita pobre del petróleo. Su demanda crece para utilizarlo como combustible, en la generación de electricidad y en múltiples productos químicos. Además, tenemos mucho gas y es imperativo que lo aprovechemos.
El gas es un puente hacia la transición energética, ya que es la mitad de contaminante que el carbono y la tercera parte respecto al petróleo. En Europa lo han tipificado como energía limpia, al igual que la hidráulica, la solar y la eólica, entre otras. Su demanda se ha incrementado en más de cincuenta por ciento en los últimos 20 años.
MOVIMIENTOS GEOPOLÍTICOS
La invasión de Rusia a Ucrania modificó sustancialmente la geopolítica del gas. Europa tomó conciencia de que no podía depender significativamente para sus requerimientos energéticos de un potencial enemigo. Sí, como se oye, de un potencial enemigo.
Ya finalizó el ciclo de la tensa paz de Europa OTAN vs Pacto de Varsovia. Hoy las potencias se reacomodan. La repartición del mundo de los tres grandes en Yalta, ha quedado obsoleta. Hoy los tres grandes son Xi Jinping, Putin y Trump y se intentan repartir el mundo marginando a Europa, que a su vez diseña estrategias para salir airosa en esta nueva realidad.
En este escenario, Europa busca alternativas al gas ruso, lo que le cae de perlas a Estados Unidos. que con el llamado gas de lutita ha duplicado su producción de gas hasta alrededor de cien mil millones de pies cúbicos diarios.
La exportación de gas requiere para atravesar grandes distancias y océanos, de metaneros que transporten gas natural licuado (GNL). Para obtener el GNL se enfría el gas metano a menos 161 grados centígrados, y luego se embarca en metaneros, que pueden transitar a cualquier parte del mundo. En su destino, ese líquido debe ser regasificado para incorporarlo a los gasductos y llevarlo a los consumidores.
El GNL es cuatro o cinco veces más costoso que el gas natural. Sin embargo Europa – necesidad obliga – lo compra.
La insaciable necesidad de energía del mundo no puede ser satisfecha por las llamadas energías alternas, que se posicionan a una velocidad mucho menor que la esperada. Las proyecciones del gas en las matrices energéticas muestran importante crecimiento para las próximas décadas.
EL GAS EN VENEZUELA, UN NEGOCIO CASI VIRGEN
Venezuela posee la octava reserva de gas del mundo. Y eso sin explorar desde hace muchos años. Si se reanuda la exploración del gas, Venezuela podría estar en el top cinco de reservas de gas. Lamentablemente estamos a años luz de aprovechar estas oportunidades.
Gerenciando bien el negocio, se pueden explotar muchísimas oportunidades en el mercado interno y además exportar GNL.
Las reservas en tierra están en Yucal Pacer, Norte de Monagas, la Faja, Anaco, Quiriquire, Zulia y otras áreas. Y en nuestro mar Perla, Patao, Mejillones, Dragón y otras. Además, hay infraestructura para extraer y fraccionar el gas. Y finalmente, una Ley Orgánica del Gas que permite inversiones 100 % privadas a lo largo de todo el proceso.
Pero estas potencialidades están despilfarradas. De más de siete mil millones de pies cúbicos diarios, hemos pasado a menos de cuatro, de los que se queman o se arrojan a la atmósfera un 40%, equivalentes a tres o cuatrocientos millones de dólares al año. El gas utilizado es muy deficitario para cubrir las necesidades de la electricidad, las industrias de Guayana, la petroquímica, los hogares y la industria en general.
Estamos despilfarrando la oportunidad de construir una industria gasífera de primer mundo, esto conlleva a marasmo industrial, malos servicios, menores divisas, y en general contribuye a reforzar este cuadro de bajísimo poder adquisitivo, hambre, desempleo y un largo etcétera.
OPORTUNIDADES PARA VENEZUELA
Como siempre, estamos llenos de oportunidades que se quedan en el tintero. No nos cansamos de repetir que para arrancar esta industria hace falta por lo menos voluntad política, planes, y seguridad para los inversionistas.
Hay un rico portafolio, que se podría satisfacer incrementando la producción y procesamiento del gas:
Demanda interna:
Electricidad, hierro, siderurgia, aluminio, petroquímica, cemento, gas para vehículos que permitiría ahorros y liberar gasolina para exportación.
En Venezuela apenas el 8% de la demanda de gas para hogares se satisface con gas directo, y el 90 % con bombonas de propano, que agregarían mucho más valor en la petroquímica generando productos como el propileno y muchos plásticos de alta y baja densidad.
Y mientras se sustituye paulatinamente un alto porcentaje del gas de bombonas (propano), hay que ofrecerlas a los hogares cargadas, continuas y seguras.
Operaciones:
Es necesario (y un gran negocio) minimizar quema de gas en Norte de Monagas, reparar fugas a lo largo de todo el sistema de gas, recuperar capacidad de extracción y fraccionamiento de gas. Exportar gas a Colombia por oleoducto binacional actualmente inactivo. Igualmente hacer un ganar- ganar en el negocio de campo Dragón con Trinidad.
GNL:
En el Caribe, el gas que no vaya al consumo interno – pueden ser apreciables cantidades, hay la oportunidad de transformarlo en GNL, mediante pingues y atractivas inversiones a mediano plazo. El mercado sería países de América con regasificadores como Chile, Panamá, Colombia, o países de Europa y otras partes del planeta.
Este portafolio, seguramente incompleto, nos indica que poseemos muchísimas oportunidades para aprovechar nuestras reservas de gas, que requieren inversiones nacionales e internacionales que generarían empleos, capacidad de consumo y sobre todo calidad de vida para los venezolanos.
Obviamente las inversiones no salen de un sombrero de un mago, para materializarse requieren de respeto, confianza, seguridad jurídica y una serie de condicionantes por ahora negadas, sin las cuales no se superará tanto marasmo e improductivad.
¿Hasta cuando seguiremos siendo el país de las oportunidades perdidas? ¿Cuántos países pueden visualizar estos portafolios? Es la hora de la Visión Compartida. Luz más luz como dijo Goethe.
¿Un sueño? Más bien una proyección de imperiosa realización para el futuro de Venezuela. Y en caso tal, hay que luchar para que los sueños dejen de ser sueños.
Rafael Gallegos Castro
Ingeniero Petrolero. Ex-gerente en PDVSA. Profesor del IESA. Miembro de Gente del Petróleo. Coordinador Académico del Diplomado de “Diplomacia Petrolera y otras Energías” del CODEIV
