Luis Daniel Alvarez

Una despedida al embajador Álvarez Pifano

El día de hoy, 20 de junio de 2025, falleció en la ciudad de Caracas, Venezuela, alos 87 años el embajador Hugo Afranio Álvarez Pifano, personaje que desempeñóresponsabilidades relevantes en el servicio exterior venezolano, así como endistintas aristas en las que participó.Nacido en Cocorote estado Yaracuy el 18 de junio de 1938, Álvarez Pifano fueDoctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Florencia, obteniendo un Masteren Derecho Internacional por el Instituto de Formación Profesional e Investigacionesde la Organización de las Naciones Unidas. Ingesó al Ministerio de RelacionesExteriores en 1964, quedando adscrito a la Consultoría Jurídica que dirigía elegregio doctor Ramón Carmona Figueroa e iniciando una notoria carrera en la quedurante 36 años representó al país como Embajador de Venezuela en Guyana(1986-1990), Haití (1990-1992) y el Reino de Dinamarca (1995-1999). Además, fuerepresentante de Venezuela en el Programa de las Naciones Unidas para el MedioAmbiente, Nairobi, Kenia (1983-1986); Cónsul General de Venezuela en Río deJaneiro (1978) y Sao Paulo (1979) Brasil y Director de Tratados, Director de Américay Jefe de Gabinete.Deja el embajador Álvarez Pifano una considerable obra escrita, resaltando elManual de los Tratados Bilaterales de Venezuela, obra de consulta obligatoria paraentender la evolución diplomática venezolana; El frac, la levita y el smoking algunasveces te apretujan. Anécdotas y escritos de rigor académico de un diplomáticovenezolano de los tiempos de la democracia en Venezuela (1958-1998), Un puestoal sol en Venezuela; El vals venezolano, historia y vida; y Cantantes líricos enVenezuela; entre otros libros. Además fue columnista regular de varios medios,entre ellos El Nacional y del portal del ilustre y honorable Colegio deInternacionalistas de Venezuela, institución de la que era Miembro Honorario.Diplomático, musicólogo, escritor, analista y estudioso del derecho son términos quedescriben a un personaje que sirvió y amó a su país. A su esposa Sandra Arias, asu hijo Manuel Antonio y a su ahijado Steen nuestra palabra de aliento y estima.Marchó el embajador Hugo Álvarez Pifano a presentar credenciales en otraslatitudes desde donde abogará por la dicha del país. Según su voluntad, sus cenizasreposarán en Yaracuy, la tierra bravía y mágica de la poesía de Manuel RodríguezCárdenas, la música de Otilio Galíndez y la “virtud de sus varones” como dice suhimno.¡Hasta siempre embajador! Luis Daniel Alvarez V Internacionalista UCV, Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en la UCV y UCAB. Ex-Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV.   correoacademicoldav@gmail.com@luisdalvarezva

Modi: ganador, pero…

Por Luis Daniel Álvarez V. India atraviesa un momento de enorme incertidumbre Si bien el primer ministro Narendra Modi consiguió la mayoría parlamentaria mínima para mantenerse en el puesto, su partido no obtuvo los escaños suficientes, por lo que se vio obligado a pactar con otras fuerzas. Lo ocurrido insta a una lectura general de lo endeble de la situación y del peligro que representa la actuación de un personaje que no ha escatimado con exacerbar dramas y rencillas, con tal de surgir. Que el país más poblado del planea enfrente inquietudes y esté sometido a una zozobra generalizada es preocupante. Modi, quien se ufanaba de ser el artífice de la recuperación económica de su nación, sacó una cuenta que, aunque simplista, genera enorme inquietud. Su triunfo podía ir de la mano de factores religiosos, por ende, inició una campaña electoral de proyectar el hinduismo, tildando a los musulmanes de violentos y de estar fraguando un plan de conquista paulatino al trabajar en el aumento de la población con tasas de natalidad elevadas. Todo ello lo acompañó con un discurso que a veces parecía no discriminar entre la religión y la política. Pero en este caso, quedó a merced de otras organizaciones que lo condicionarán e incluso chantajearán. El BJP del jefe de gobierno no puede gobernar solo y tendrá que tender puentes con grupos que, si bien lo secundan, no son plenamente de él, lo que generará incomodidad al momento de avanzar en determinadas decisiones. Lo que está claro es que la leyenda del líder supremo que no necesita de otros, colapsó. Frente a ello irrumpe una oposición variopinta y diversa que tal vez no tuvo la fortaleza para imponerse, pero que, con una hábil campaña, puede ir cambiando las tendencias y visiones. Se siente en el ambiente que el líder pareciera comportarse como Netanyahu, pues ambos son personajes que generan discursos tendentes a exacerbar la supremacía religiosa; los dos han tenido gestiones económicas favorables, pero ambos han quedado a merced de la voluntad de sectores minoritarios que tratan de imponer sus agendas, anunciando que de no acatarse lo que solicitan, montarán tienda aparte. Modi ha evidenciado no medirse ni tener escrúpulos a la hora de tratar de imponerse. Esa situación se torna particularmente más complicada, pues la región es un polvorín en que además de la pugna de India con China, se hace presente la polémica con Paquistán, el tutelaje ante otros Estados de la zona o las denuncias de la oposición de que el país es una dictadura dirigida por una versión local de Vladimir Putin. Lo cierto es que en un país tan complejo y con una inequidad tan acentuada, el primer ministro pareciera ser capaz de cualquier cosa con tal de mantener el gobierno. Internacionalista UCV, Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en la UCV y UCAB. Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Secretario General del CODEIV

El presidente Macri

Por Luis Daniel Álvarez V. Mauricio Macri puede tener muchos defectos y desaciertos, pero la habilidad para erigirsecomo triunfador no le es esquiva, al menos en la actualidad. Detrás del abrazo que se diocon el presidente electo Javier Milei pareciera esconderse algo más que la satisfacción porhaber logrado desplazar a sus rivales más duros, pues el expresidente se muestra como elque hará fluir al gobierno, frenando las arremetidas del nuevo mandatario y brindándole elrespaldo para que pueda gobernar. En la campaña electoral Macri fue muy claro al señalar que Milei no tenía los votos paraimpulsar políticas que pudiesen generar temor, pero que el sector que rodea a Macri loayudaría con las políticas necesarias. Con un paso fino el expresidente busca condicionar alnuevo mandatario para que dependa de él, mientras que ante los ojos de la oposición sedibujará como el que evitará salidas abruptas del camino. Macri mueve sus piezas sin inmutarse, mientras la sociedad observa como “la casta” a laque combatió Milei se hace con espacios en la nueva administración, llegando al extremode designar a Patricia Bullrich -a quien tildó en los debates como una montonera asesinaque ponía bombas en jardines de infantes- como ministra de Seguridad Nacional,desplazando a cuadros cerrados de Milei, lo cual da la impresión de que quien ejercerá elpoder será el exmandatario. Pareciera que el presidente electo está dispuesto a retirar apoyo a sus propioscolaboradores, con tal de contar con la venía del macrismo, tendencia que también va aexperimentar cambios, pues todo parece indicar que Juntos por el Cambio se diluirá, dandopaso a un conglomerado distinto en el que los socialdemócratas de la Unión Cívica Radicalno tendrán mayor espacio, así como tampoco algunos independientes y personajes quehasta el momento son fichas cercanas a Macri. Sin que empiece Milei todo da a entender que es más de lo mismo, al observar espaciospara figuras controversiales y dejarse acordonar por Mauricio Macri que seguramentepiensa en su revancha. Milei pareciera no entender que sus aciertos serán bandera para elexmandatario, mientras que los fracasos de su gestión lo encontrarán solo, pues Macri hademostrado jugar para él, sin importarle más nada. Luis Daniel Álvarez V. Internacionalista UCV, Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en la UCV y UCAB. Ex-Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Secretario General del CODEIV correoacademicoldav@gmail.com@luisdalvarezva

Las “opciones” argentinas

Por Luis Daniel Álvarez V. Argentina está a punto de llegar a la primera vuelta electoral en medio de una preocupante actuación por parte de los candidatos presidenciales que lejos de vislumbrar variaciones sustanciales en lo que respecta al cuestionable y controversial gobierno de Alberto Fernández, pareciera evidenciar que la nación quedará sumida en un desorden absoluto, desembocando en una mayor descomposición. Javier Milei fue la primera votación en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), pero no deja de ser una incógnita bastante acentuada. Su perfil de economista excelso -cuestionado marcadamente por referencias sustanciales del área económica- habla de un Estado mínimo con poca participación. El patético video de Milei en el que con desprecio anuncia que eliminará ministerios y oficinas, no solo es una fanfarrona muestra de discurso, sino que constituye una irresponsable estrategia de campaña. Aunado a ello, el abanderado no pierde la oportunidad de fustigar a sus adversarios recurriendo a ofensas, englobándolos en una categoría denominada “la casta” y señalando que todo el que se le opone forma parte de los actores que tienen doscientos años equivocándose en la conducción del país. Adicionalmente, Milei es acompañado en la fórmula por Victoria Villarruel, un polémico personaje que reivindica la dictadura y que según se ha denunciado, colaboró estrechamente con el régimen militar. Patricia Bullrich es la candidata de Juntos por el Cambio, agrupación en la que confluyen, entre otros, los seguidores del expresidente Mauricio Macri y miembros de la socialdemócrata Unión Cívica Radical. Bullrich, quien fue ministra de Seguridad, esgrime un discurso duro y frontal. Sin embargo, da la impresión de no tener consigo el carisma necesario para imponerse, ni la capacidad de poder transmitir con fuerza sus ideas, además de que sus planteamientos parecieran pelearse el electorado con Javier Milei, personaje que no pierde oportunidad -pese a que tanto Macri como Bullrich le han dirigido palabras de reconocimiento- de fustigar a la aspirante cuestionándole su discurso, sus propuestas, su pasado y su entorno. Sergio Massa tampoco la tiene fácil, pues además de candidato presidencial del oficialismo, es el ministro del área económica del gobierno de Alberto Fernández. Pudiendo haber renunciado al cargo, mantuvo el puesto, teniendo que hacer malabarismos para deslastrarse de una gestión caótica de la que irónicamente debe desmarcarse, pero en la que tiene que apoyarse para poder llegar. Su discurso de habilidad lo lleva a ofrecer, frente a Milei, la continuidad de una forma de vivir y de un ejercicio del país que se viene presentando. Por ello, llama constantemente a que no se sufrague con rabia o molestia, sino que se emplee la razón y se asuman los escenarios. Juan Schiaretti también se presenta a la contienda, con un enfoque sustentado en la experiencia y el ejercicio público. Sin embargo, pareciera que salvo por el escenario local, el gobernador de Córdoba tiene poco que buscar, asociando su campaña a la variable regional, como si se tratase de la reelección para la gobernación. Myriam Bregman es la quinta de las aspirantes. Tal vez sin la angustia de tener que mantenerse en unas preferencias, se mueve con libertad, defendiendo sus convicciones, hablando de derechos humanos y clamando por una sociedad más justa. Ninguna opción representa alternativas ideales para Argentina, teniendo que señalarse con preocupación que la mejor ganancia es que se imponga el menor mal.   Luis Daniel Álvarez V. Internacionalista UCV, Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en la UCV y UCAB. Ex-Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Secretario General del CODEIV alvarezvanegasluisdaniel@gmail.com @luisdalvarezva

Barcelona marca la pauta

Por Luis Daniel Álvarez V. Si bien en España los ayuntamientos se han instalado para elegir a las autoridades municipales, Barcelona en Cataluña se ha convertido en tendencia por el movimiento interno asumido por los distintos factores que ha llevado a que el líder del Partido Socialista de Cataluña, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de esa región, Jaume Collboni se convierta en el alcalde de la ciudad, arrebatándole al virtual ganador y exalcalde, Xavier Trías, el triunfo, la conducción de la ciudad y la puesta en práctica de una manera de hacer política. Del resultado podrían decirse muchas cosas y hacerse ejercicios de distinta naturaleza. El primero de ellos es la frustración de los sectores independentistas de Junts y de Esquerra Republicana Catalana al no lograr concebir su proyecto unitario –pese a sus diferencias- de triunfar, expresado en el mensaje de Trías, quien no sólo manifestó que tenía su discurso de alcalde escrito y listo para ser leído, sino que fustigó con dureza a sus adversarios, victimizó su proceder y reprochó con amargura la actuación de sus detractores, al tiempo que daba indicios de no mantenerse como edil y asomar una eventual salida de su escaño como concejal. El otro factor relevante viene dado por los grupos que acordaron y dieron los 23 sufragios que obtuvo Collboni sobre Trías. El primer actor es el PSOE que logra, después de doce años, recuperar la conducción municipal, factor que cobra todavía mayor significado al ocurrir en medio de un escenario en el que el presidente de gobierno, Pedro Sánchez convocó a elecciones adelantadas luego, justamente, de unos resultados poco halagadores en los últimos comicios municipales, cuyas figuras electas están asumiendo. Lo relevante del acontecimiento es que gobernar una ciudad como Barcelona implica un empuje moral significativo y relevante. El otro grupo que ha dado de que hablar es el Partido Popular (PP), agrupación que en la sesión de elección del burgomaestre secundó la postulación del dirigente socialista catalán. Aunque algunos hablan de un pacto al más alto nivel, desde el PSOE responden que lo ocurrido pasa por un escenario regional y que sus diferencias con Núñez Feijóo son notables y frontales. Sin embargo, más allá de eso, un acuerdo entre ambos partidos, por más básico que sea y por mínima que resulte su escala, es la prueba fehaciente de una política de estabilidad y de altura que eventualmente puede privar en la política española. Finalmente, fue crucial el respaldo a Collboni de la agrupación de la actual alcaldesa Ada Colau quien señaló votar por el socialista sin ánimo y prácticamente por compromiso para evitar la llegada de Trías y su visión opuesta de la ciudad. De todas maneras la ahora exalcaldesa indicó que harán oposición a la nueva gestión y que no se integrarán al equipo de gobierno, aunque acompañarán al alcalde en algunas iniciativas. Bien sea por escoger “al mal menor” –como señaló Colau- o para poner un freno al independentismo y a las apetencias de Carles Puigdemont –como señaló el líder del PP en la localidad, Daniel Sirera. El hecho es que los populares logran el gran acierto de incidir en una ciudad que les ha resultado esquiva, impiden que un independentista llegue y evitan que Colau se mantenga en la alcaldía. Esto no es más que el preámbulo de una contienda electoral que se asoma fuerte y donde Sánchez aspira mantenerse en el cargo. Tener la alcaldía de Barcelona puede ser un gran aliciente. Luis Daniel Álvarez V. Internacionalista UCV, Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en la UCV y UCAB. Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Secretario General del CODEIV correoacademicoldav@gmail.com @luisdalvarezva

Los enredos de Petro

Por Luis Daniel Álvarez V. Gustavo Petro puede estar afrontando las horas más aciagas de su gobierno. Los valores que lo llevaron a ser electo presidente de Colombia parecieran estar en confrontación con la realidad y las promesas de una campaña de cambios, reformas y crecimientos se desmoronan de forma acelerada en medio de una cotidianidad en la que los disensos se hacen cada vez más palpables y las muestras de contrariedad y crítica se tornan manifiestas y rotundas. A Petro le ha empezado a suceder lo que antes le pasó a Boric y lo que le acontecerá a Lula en Brasil. Incluso podrían entrar en este lote el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso y el exprimer mandatario de Perú Pedro Castillo en el sentido de que llegan al poder aglutinando a un entramado variopinto de factores que se unen simplemente para evitar que otro sector llegue al mando o para hacer que su candidato pueda triunfar. Son apoyos que carecen de base y sentido doctrinal por lo que al poco tiempo la antipolítica crece y la conflictividad se transforma en recurrente cuando los jefes de Estado no logran complacer a todos los grupos que les dan base generándose entonces resquemores y rupturas. Se entrampan los líderes en sus propias decisiones y en la incapacidad de contentar simultáneamente a todos los que los respaldan. La conflictividad más dura para el presidente colombiano ha sido amalgamar un equipo de gobierno que trascienda a las figuraciones y peculiaridades. El objetivo es actuar como un todo, algo que pareciera difícil cuando confluyen figuras polémicas como Francia Márquez o la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, con personajes como José Antonio Ocampo o Álvaro Leyva Durán. Maniobrar para Petro se torna arduo, de allí que hace algunas semanas tuviera que enfrentar una enorme crisis cuando fueron retirados del gabinete, no sin polémica, el ministro de Educación Alejandro Gaviria, la ministra de Deporte, María Isabel Urrutia y la ministra de Cultura, Patricia Ariza. Como si eso fuese poco, al primer mandatario colombiano le han criticado con vehemencia la polémica construcción de su servicio exterior, el manejo del metro de Bogotá, la partidización en la conducción de Ecopetrol y su obsesión por una paz generalizada que pareciera ser abiertamente boicoteada por algunos de los recipiendarios.    De todas maneras el presidente de Colombia ha señalado que continuará con la oferta de remozar totalmente la estructura del país por lo que continúa aplicando medidas, muchas de las cuales son tildadas de improvisadas. Pero el centro de la política pareciera ir resquebrajándosele al no poder continuar con la tan promovida reforma política y no tener claridad en la denominada reforma de salud, propuesta de la que se desmarcó el Partido Liberal y sobre la que tanto los conservadores como el Partido de la U mostraron reservas marcadas que incluso llevó a amenazar con impedir su aprobación. Petro se está quedando solo, siendo una de las evidencias más claras que esto puede tener, la actitud tomada por el presidente del Congreso, Roy Barreras, quien aunque señala continuar respaldando al primer mandatario, ha decidido montar tienda aparte.  De seguir así, el presidente colombiano terminará asilándose y será fagocitado por las peleas intestinas de un grupo de actores que dicen rodearlo y respaldarlo, pero que pareciera que juegan a su caída o al menos apuestan a la pérdida de su liderazgo. Horas aciagas las de Colombia, pues en cambio de haber aprovechado la oportunidad para un viraje fuerte y en democracia, las imposiciones y las disputas siguen marcando la agenda. Luis Daniel Álvarez V. Internacionalista UCV, Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en la UCV y UCAB. Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Secretario General del CODEIV correoacademicoldav@gmail.com @luisdalvarezva

La nueva era de Brasil

Por Luis Daniel Álvarez V Empieza una etapa para Brasil en la que las expectativas sobre lo que puede ser el gobierno deLula da Silva dejan atrás cuatro años de una era oscura, polémica y arbitraria, en la que elentonces presidente Jair Bolsonaro administró con una discrecionalidad precaria y con unaconflictividad marcada el poder, siendo recordado por sus loas al militarismo, su adhesión apersonajes de dudosa reputación y el irrespeto a las instituciones.La nota discordante que puede ser el colofón a una gestión patética fue su inasistencia a la tomade posesión del nuevo mandatario, señalando que más allá de las diferencias y de la dureza de unacampaña electoral cuyo resultado fue el triunfo de Lula por estrecho margen, la no comparecenciaa la entrega del mando es la evidencia del desprecio a la tradición democrática, profundizando ellamentable silencio que mostró para admitir su derrota, dejando un escenario de opacidad quefue llenado por radicales que clamaban por una salida militar que desconociera los comicios.Irresponsablemente Bolsonaro dejó el camino para interpretaciones, incurriendo incluso en latorpeza de no salir con altura y dejar la puerta abierta para un posible retorno, proceder queprovocó críticas de algunos aliados a su gestión.A Lula no le queda un panorama sencillo, pues le toca gobernar un país roto en dos trozosprácticamente similares en los que no priva el favoritismo a ninguno de lo actores sino el temorhacia el otro, teniendo Lula en su base electoral a buena parte de un sector que sufragó por élpara evitar otros cuatro años de Bolsonaro, mientras que el aspirante a la reelección recibió unapoyo importante de sectores que no lo querían, pero que temían el retorno al poder del líder delPartido de los Trabajadores. Aunado a los retos que enfrenta el nuevo mandatario, la relación conel legislativo será difícil.De todas maneras el nuevo presidente ha iniciado con muestras de amplitud en la conformaciónde su gabinete al incluir a personajes de distinta tendencia entre los que están el vicepresidenteGeraldo Alckmin y las excandidatas presidenciales Marina Silva y Simone Tebet, la última de ellascrucial en el triunfo, pues al quedar en el tercer lugar en la primera vuelta, no se limitó a llamar avotar por Lula sino que hizo activa campaña por él. Entre los numerosos ministros que componenel gobierno hay actores con experiencia en gestiones regionales como Camilo Santana, WellingtonDias y Márcio França; líderes políticos como Fernando Haddad, Luciana Santos y Carlos Lupi; yactores con carreras legislativas, judiciales, académicas e incluso diplomáticas como el canciller –quien también ocupó el cargo durante la administración de Dilma Rousseff- Mauro Vieira.Aunque la diversidad de la composición de su equipo puede ser un aliciente para dar tranquilidada su ejercicio, la heterogeneidad puede traer complicaciones, pues llegará un punto en que serádifícil complacer intereses tan disímiles y encontrados. Además, en la misma mesa estaránsentados potenciales aspirantes para las próximas elecciones, lo cual puede provocar choques,rencillas y ansias de protagonismo. Lula puede desempeñar un rol regional importante impulsando la integración e incentivando unasalida electoral transparente y la reinstitucionalización de Venezuela. Si lo hace, pasará a lahistoria con acierto y las amenazas de los revanchistas como Bolsonaro no generarán mayortemor. correoacademicoldav@gmail.com@luisdalvarezva

La jodida historia del Perú

Por Luis Daniel Álvarez V. Los inicios de las novelas y cuentos, más que marcar el preámbulo de una historia, están llamados a cautivar al lector. La narración de la espera del coronel Aureliano Buendía frente al pelotón de fusilamiento que nos hace Gabriel García Márquez en Cien años de soledad podría equipararse a esa visión enigmática de la llanura que comenta Gallegos cuando Doña Bárbara inicia mostrando que un bongo remonta el Arauca. El magistral escritor peruano Mario Vargas Llosa en su novela Conversación en La Catedral no se queda atrás y en lo que será una historia de rencillas, disputas, terror y confabulaciones da el paso inicial preguntándose ¿En qué momento se había jodido el Perú? De esta manera nos adentra el Premio Nobel en una historia que es la de su país, pero que en realidad puede ser colocada como la descripción de todos los Estados de la región durante gran parte de su existencia.  Lo interesante del asunto es que el inicio de la novela publicada en 1969 deja abierta una interrogante que décadas después se sigue haciendo y que a la luz de los resultados que se perciben no tiene aún una respuesta. Esta semana, en medio de lo que sería una nueva oportunidad para destituir a través de los instrumentos legales a Pedro Castillo, el primer mandatario leyó un discurso adelantándose a lo que podía ser la decisión en contra y anuló el Congreso y las instancias judiciales. El repudio no se hizo esperar y en cuestión de minutos el pintoresco mandatario se quedó solo, al punto que algunos parlamentarios que iban a votar contra su salida, al ver la maniobra intentada le dieron la espalda y decidieron aupar su destitución en una sesión del legislativo que siguió adelante desconociendo el dictamen del otrora presidente. Para poner colofón literario a este artículo, podemos señalar que un dejo de realismo mágico también apareció cuando los pocos defensores de Castillo empezaron a sembrar la idea de que el presidente había sido manipulado a través de una bebida y que no sabía lo que hacía. Lamentablemente la misma clase política peruana es culpable de lo acaecido, pues habiendo podido desplazar constitucionalmente al mandatario, las rencillas internas y diferencias, aunado a una baja aceptación a los partidos, instituciones y dirigentes, mantuvieron como por inercia a Castillo en el cargo, permitiéndole asomar el absurdo de un autogolpe, con tal de mantenerse en el poder. La angustia peruana no pasa y si no se atienden las causas de la descomposición el país seguirá jodido, tal como lo escribió Vargas Llosa con su pregunta profética hace algunas décadas. Luis Daniel Álvarez Internacionalista UCV, Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en la UCV y UCAB. Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Secretario General del CODEIV. Miembro del Grupo Avila correoacademicoldav@gmail.com @luisdalvarezva

Recordando a Goulart

Por Luis Daniel Álvarez V. La realidad brasileña actual no presagia tranquilidad y calma. Si bien Lula da Silva, dada la nueva coyuntura, lo estrecho del triunfo y la necesidad de abrirse hacia actores emblemáticos, de nivel y de prestigio como su compañero de fórmula, y hasta hace relativamente poco histórico adversario Geraldo Alckmin, tiene en contra a sectores que prometen una venganza política por haber perdido y que anuncian que arremeterán contra la gestión, evidenciando su proceder en que aún no inicia el mandato y ya descalifican al mandatario electo. A lo anterior se une una preocupación adicional y es que actores que respaldaron al gobierno saliente repiten que hay que impulsar mecanismos que impidan al nuevo gobierno asumir, indicando que si entre las medidas está alguna de naturaleza castrense, deberá asumirse como una necesidad. Aunque el presidente Bolsonaro no ha llegado a respaldar públicamente esa postura anacrónica y destemplada, su silencio para admitir los resultados llevó al país a una angustiante espera en la que cualquier cosa pudo pasar. La historia brasileña tiene un episodio que pareciera similar. En 1964 el país atravesaba por un clima de incertidumbre y aunque la democracia se consolidaba, el presidente João Goulart se enfrentaba a actores que pedían, a como diera lugar, su salida del poder. De esta manera algunos personajes comenzaron a exigir que el sector militar actuara y depusiera al primer mandatario, acción que finalmente se concretó. La decisión militar de avanzar, no sólo tiró por la borda algunos logros significativos que se habían dado en las administraciones de Juscelino Kubitschek, Jânio Quadros y del propio Goulart, sino que sembró una era perversa en la que el miedo, las torturas y la desolación se apoderaron de un país que pasó a ser administrado como un cuartel. Quienes llaman a que se concrete una intervención armada parecieran no haber entendido que la acción de 1964 dio una carta abierta a las fuerzas armadas para que hicieran lo que quisieran sin control. El retorno a la democracia fue doloroso y lento, pero una vez conseguido es de las grandes banderas del país. En el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff, Jair Bolsonaro, sin importarle el daño que podía hacer, dedicó su voto a uno de los torturadores del régimen dictatorial, Carlos Alberto Brilhante Ustra.  Frente a los que como él idolatran la oscuridad y a los que a la ligera piden a las fuerzas armadas desconocer el mandato electoral, cabe recordar al presidente Goulart y señalar que independientemente de su manera de pensar, no merecía su gobierno terminar con un zarpazo que a la larga aplastó cualquier asomo de dignidad en el país. Luis Daniel Álvarez V. Internacionalista UCV, Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en la UCV y UCAB. Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Secretario General del CODEIV correoacademicoldav@gmail.com @luisdalvarezva