La Agenda Europea frente a América Latina y el Caribe

María Alejandra Aristeguieta

A finales del 2020, en medio de la pandemia COVID-19 que estamos padeciendo a nivel mundial y sus consecuencias sobre la democracia y la economía, de la entrada en vigor del Brexit, de un cada vez más claro requerimiento de la ciudadanía europea de abordar con urgencia el tema ambiental, de las consecuencias surgidas luego de las olas de migración procedentes de Siria, de varios años de  enfrentamiento híbrido en Ucrania (que parece recrudecerse en estos últimos días) en los bordes de la zona de influencia de la UE, Europa como un bloque, intenta retomar sus relaciones con América Latina y el Caribe.

A tal efecto, el 14 de diciembre de 2020, se llevó a cabo en Berlín una reunión informal de Ministros de Exteriores  UE27-América Latina y el Caribe, con miras a  “intensificar el diálogo político de alto nivel y trabajar en pro de una Cumbre birregional” en el 2021. Cabe destacar que la última Cumbre birregional se llevó a cabo en el 2015, en un bloque en el que, según el máximo vocero en materia de política exterior, Josep Borrell, se tiene una Cumbre con alguien casi todos los días de cada año. Esta crítica al abandono político de una región con la que se comparte historia y cultura denota la poca importancia estratégica que se le ha asignado en el último lustro.

Entonces, ¿qué ha pasado para cambiar el rumbo? ¿Se debe, quizás, al hecho de tener un español al frente de la diplomacia europea?

Contexto

Las razones para este encuentro, iniciativa de la Presidencia rotatoria alemana Consejo Europeo en el 2020,  y fuertemente apoyada por el Alto Representante de las Relaciones Exteriores de la UE, surgen de varias constataciones. Sin tratar de clasificarlas por orden de prioridad, podemos decir que hay razones de orden económico, de orden político, medioambiental, y humanitario, pero todas se resumen en una gran razón de orden geopolítico.

¿Cuáles son estos supuestos de orden geopolíticos? A continuación, veremos algunos de ellos.

Balanza económica

La influencia de China en América Latina y el Caribe es innegable y tiende a seguir creciendo. China ha desplazado a la UE como el segundo socio comercial de la región LAC, por detrás de EEUU, a pesar de que la IED desde la UE hacia la región sigue siendo la de mayor importancia con alrededor de 800.000 millones de Euros en el 2018, por encima de las inversiones europeas en China, India, Japón y Rusia tomadas en conjunto. A esto, hay que sumarle unos 3.8 mil millones de Euros en cooperación internacional humanitaria o de desarrollo, y 2.4 mil millones en ayudas para combatir la pandemia, con lo cual, se evidencia un desbalance entre lo que se “aporta” y lo que se obtiene a cambio, a través de las exportaciones de bienes y servicios. 

Presencia internacional global

Aunado a ello, la UE ha perdido terreno en el escenario internacional en todos los ámbitos, en parte debido al antagonismo entre China y Estados Unidos, antagonismo visto por distintos analistas europeos cada vez mas cercano a una nueva Guerra Fría y cuya dinámica seguirá marcando la agenda mundial a pesar del cambio de administración en Estados Unidos. Esta pérdida de presencia global incluye a la región latinoamericana y del Caribe, muy a pesar de ser ésta, como se señalaba arriba, por su historia y cultura, una región que debería estar muy cerca de Europa.

Independencia de la política bilateral con Estados Unidos

Luego de los “años Trump”, Europa quiere asegurar que, ante un posible nuevo distanciamiento en las relaciones con Estados Unidos, éste no incida de manera negativa en sus relaciones con LAC. Lo inteligente es que el bloque asegure una cooperación trasatlántica más amplia independiente de su un nuevo acercamiento a Estados Unidos.  

Multilateralismo

Sin duda, el terreno perdido a nivel global incluye la capacidad de influencia que tiene el bloque europeo en la agenda multilateral, coadyuvado, además, por la política aislacionista de Estados Unidos en los últimos años. Estos son elementos a tomar en consideración frente al expansionismo chino, por lo demás muy visible a la hora de formar alianzas en los foros multilaterales. Para Europa “no es una opción, es una necesidad” el rol que pueden jugar las dos regiones juntas en el reforzamiento de un multilateralismo más eficaz, de un orden multilateral basado en normas. Estaríamos hablando de 62 países, un tercio del total de los votos en la ONU, con lo cual las agendas podrían incluir temas de desarrollo sostenible, de cooperación internacional, sobre la base de valores democráticos y de respeto a los DDHH.

La pandemia COVID 19

No menos importante, los retos multidimensionales planteados por la pandemia del COVID 19 los cuales sólo pueden ser superados si se manejan de manera global, y en este sentido, unas relaciones mas sólidas, permitirán abordar las duras consecuencias en LAC donde han ocurrido 1/3 de las muertes mundiales, y donde las brechas económicas se han intensificado a tal punto, que ya se considera que LAC entrará en una nueva década perdida.

La región europea también sufre las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. Se habla de niveles de desempleo ya duplicados en muchos países y en franco aumento, pérdidas por el cierre sobre todo de PYMES, que en definitiva son la columna vertebral de la economía europea, una fuerte contracción económica debido a los enormes niveles de endeudamiento, aunado al enlentecimiento de las exportaciones producto de las medidas de adaptación que hubo que poner en marcha durante el 2020. Para Europa, un mercado ampliado puede ayudar a dinamizar la economía post pandemia en ambas regiones.

Cambio Climático

 Desde hace muchos años, pero sobre todo en los últimos tres años, la agenda europea se ha centrado en el tema medioambiental ante el requerimiento cada vez mayor de la ciudadanía, los distintos actores especializados, la sociedad civil y la comunidad científica. Europa ha puesto en marcha un ambicioso plan de reducción de la dependencia de energías fósiles dentro del marco del “Green Deal” o “Pacto Verde” y paso a una economía protectora del medioambiente para el 2050, que supone la supresión de consumo de hidrocarburos y la transición otras fuentes de energías limpias y que por consiguiente tendrá un impacto geopolítico.

La industria europea tendrá que absorber unos costos de producción más altos, lo cual evidentemente tendrá un impacto sobre la competitividad de sus exportaciones. Además, siendo los consumidores de alrededor del 20% de la importación de petróleo, el “Green Deal” va a repercutir sobre el precio global, sobre la producción y, sobre todo, en la política exterior hacia los países suplidores de hidrocarburos al continente europeo, incluyendo Rusia, Azerbaiyán, Kazakstán, Argelia, Libia, y de manera indirecta Turquía como canal de distribución.  Sin duda, este objetivo de neutralidad climática para el 2050 afectará también más allá de sus fronteras. Sin entrar a detallar, podemos señalar el posible impacto en las importaciones a través de un mecanismo de ajuste en frontera, que no es otra cosa que una serie de normas técnicas para cumplir con los estándares medioambientales, así como un arancel o impuesto a aquellos productos que no cumplan con tales estándares.

La economía en la era digital

Asimismo, Europa está muy fuertemente involucrada en la nueva “carrera armamentista”, que no es otra cosa que el desarrollo de la inteligencia artificial en áreas como el control de data, y nuevas tecnologías de reconocimiento facial y algoritmos. Frente a China y Estados Unidos, Europa es un actor pequeño, pero junto a Estados Unidos, puede frenar por unos años la ya previsible supremacía china. Este rol pivote le da una cierta ventaja comparativa, que bien administrado le permitirá consolidarse, y, sobre todo, hacer prevalecer ciertas reglas de juego, hasta este momento tambaleantes. No olvidemos que las dictaduras no tienen las limitaciones que resultan del respeto al Estado de Derecho, y la democracia.

Resultados de la Reunión Informal

Las “razones” europeas, también lo son de muchos países de América Latina y el Caribe. La pandemia, que no parece llegar a su fin en el corto plazo, tendrá un profundo impacto sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos de ambos lados del Atlántico. La región de LAC necesitará mayores fuentes de financiamiento proveniente de la cooperación internacional para hacer frente a las inmediatas consecuencias humanitarias, y, en paralelo, a las consecuencias de orden económico que exacerban las desigualdades, la exclusión y la violencia estructural. No en vano, el Ministro de Exteriores argentino hablaba de la necesidad de solidaridad como base de este encuentro y de una agenda futura.

Ahora bien, más allá de la retórica y los buenos deseos de lado y lado por intensificar las relaciones birregionales, ¿cuáles son las principales actividades o propuestas concretas que surgen de este encuentro?

Hablemos de algunos resultados formales contenidos en el Comunicado Conjunto de la Reunión informal de Ministros de Exteriores UE27-América Latina y el Caribe[1]  

  1. Claramente, el compromiso mas concreto es el de avanzar en la ratificación de los acuerdos comerciales con Chile, México y Mercosur. Con los dos primeros se ha avanzado en un acuerdo comercial ampliado, o modernizado que incluya temas sociales y medioambientales. Con Mercosur, se está buscando una fórmula que permita incorporar normas relativas al medioambiente, incluso como declaración política, que permita avanzar en su ratificación en el Parlamento Europeo a mas tardar en el segundo semestre del 2021.
  2. Como parte de la política exterior del “Green Deal”, y reconociendo que el 50% de la biodiversidad se encuentra en LAC, se intensificará una “asociación verde” con la región que permita abordar los temas de deforestación y cambio climático, y se acuerda intensificar las labores para resultados mas ambiciosos bajo el COP21, el Acuerdo de Paris, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre otros. Además, se introduce bajo el esquema de cooperación internacional, el canje de bonos verdes por 449 millones de euros por deuda y la iniciativa del Equipo Europa para una recuperación sostenible post COVID. En total, 8 de los 17 párrafos del comunicado ministerial están dedicados al tema medioambiental, dejando de manifiesto la importancia que tiene el tema para la UE, y como, será a través del cristal del medioambiente que se evaluarán las otras acciones políticas.
  3. Los Ministros recalcaron también el potencial de una estrategia birregional digital en particular sobre temas como la conectividad digital y la posibilidad de crear una plataforma de conectividad sobre la infraestructura digital, la protección de datos y los beneficios de una mayor convergencia, en particular, con el fin de facilitar los flujos de datos comerciales y la cooperación policial, la cooperación entre ambas regiones para impulsar la economía digital como motor del crecimiento inclusivo y sostenible.  Asimismo, se pone de manifiesto el interés de todos de salvar la brecha digital, a través de IED, y cooperación internacional. Mención aparte tuvo la pronta finalización (en 2021) del cable submarino transatlántico de fibra óptica BELLA (Building the Europe Link with Latin America), que parte de Portugal y llega a Brasil como una nueva autopista digital para el intercambio de conocimientos y de datos que conectará tanto a países de América Latina entre sí como con la Unión Europea. Dos temas específicos aparecen en esta área: igualdad de acceso a los servicios digitales, a fin de evitar la exclusión social pero también maximizar el potencial del crecimiento digital y procurar una cooperación más estrecha en cuestiones relacionadas con la inteligencia artificial.
  4. Se reafirmó la necesidad de profundizar el multilateralismo y la cooperación multilateral, en particular en tiempos de pandemia. En concreto, los países de la UE reiteraron su disposición a seguir prestando ayuda a los mas vulnerables para combatir el COVID y los Ministros apoyaron la cooperación reforzada de la Unión Europea con el Caribe con el fin de garantizar su participación en el mecanismo COVAX.

También hubo, y merece la pena señalarlos, algunos intercambios más informales y cuyos resultados no quedaron expresados en el Comunicado, pero se pueden, no obstante, calificar o cuantificar.

El primero de ellos, “el elefante en el cuarto”,  fue la ausencia de Venezuela. En efecto, a diferencia de Bolivia, Cuba y Nicaragua, el representante del gobierno alemán indicó que Venezuela no fue invitada al encuentro. Sin embargo, la crisis venezolana fue discutida por distintas delegaciones de manera informal, y el vocero anfitrión de la cita, resaltó la necesidad de abordar el regreso a la democracia y la crisis migratoria, como dos de los elementos discutidos con sus contrapartes.

En contraste, Colombia expresó gran interés en promover la iniciativa que dio origen al encuentro ministerial, y así lo dejaron de manifiesto tanto la Ministra colombiana como el Ministro alemán en sus intervenciones formales y discusiones con los medios. Cabe destacar que las prioridades europeas se centran en los acuerdos señalados con anterioridad, en su relación con Centroamérica como recipiente de cooperación europea, y el Caribe como parte de los Acuerdos de Cotonú y el nuevo acuerdo base que lo sustituye.  Por lo tanto, este esfuerzo de la diplomacia colombiana para visibilizar su agenda puede considerarse como un éxito.

Por último, y en palabras del Alto Representante, Europa debe mostrar solidaridad y compromiso real, y aunque se están haciendo algunas cosas, no serán suficientes si no se avanza en las tareas pendientes y en una agenda futura que beneficie a ambas regiones. De ratificarse los acuerdos pendientes, la UE tendría acuerdos de algún tipo con 27 de los 33 países de la región LAC. Como cabría esperar, no es de sorprender que entre esos seis países con los que no se tienen compromisos de ningún tipo estén Bolivia, Cuba y Venezuela.

Situación actual

Hasta la fecha actual, luego de la comparecencia del Alto representante Josep Borrell al Parlamento Europeo en enero de este año, para dar cuenta del encuentro ministerial y señalar las tareas pendientes, en particular en el seno del órgano legislativo, no hay mayores indicadores de progreso en materia birregional. En Bruselas los medios recogen pocas noticias sobre la región, y muchas veces se resumen al posible regreso de Lula, a la condena de las políticas de Bolsonaro, puntualmente a la situación en Venezuela, y quizás a alguna declaración de López Obrador.

Por lo tanto, aunque probablemente se esté trabajando en las ratificaciones de los Acuerdos con Chile, México y Mercosur, y se espera la inauguración del cable submarino BELLA, parece indispensable algo mas que una reunión Ministerial para que Europa tome en serio el deseo de imprimirle un nuevo vigor a la dinámica de las ya tibias relaciones birregionales. Si Europa (junto con sus valores y agenda) desea volver a ser una referencia geopolítica global, debe definir si su presencia en América Latina y el Caribe lo conduce a ese objetivo. Otros ya lo están haciendo o lo han hecho.



[1] Se puede leer en https://eeas.europa.eu/headquarters/headquarters-homepage/90705/node/90705_es

Por Maria Alejandra Aristeguieta

Internacionalista, ex diplomática, consultora, y analista de relaciones multilaterales.

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