Rafael Gallegos

Reactivar la Industria Petrolera… ¿Para qué?

 Por Rafael Gallegos     Parece de Perogrullo, pero hay que decirlo y repetirlo: los recursos de hidrocarburos de Venezuela deben ser utilizados para impulsar el bienestar de los venezolanos. De lo contrario, no vale la pena rescatar la industria. Y menos para que sea usufructuado por unos pocos enchufados, o para que sea objeto de una grotesca corrupción como la vergonzosa que padecemos.    ¿Es rescatable la industria petrolera venezolana? Claro que sí. A pesar de la ruina en que han convertido a Pdvsa. Las energías alternas no se han desarrollado al nivel que se esperaba, por lo que las matrices energéticas indican que los hidrocarburos seguirán en plan estelar por unos veinte o treinta años. Además, existe un alto volumen de reservas de crudo y de gas, que permitirían desarrollar cerca de tres millones de barriles por día y unos ocho mil millones de pies cúbicos de gas diarios, a la vuelta de pocos años. Y un parque refinador que puede orientarse a generar seguridad energética y hacia la creación de una petroquímica de primer mundo. Finalmente, existe Citgo – ¡salvada por la campana!, hasta ahora – y la pequeña capacidad de refinación venezolana en Europa, que apuntalarían la comercialización internacional. El primer ingrediente para la reactivación de la industria es la confianza. Este gobierno ni de lejos genera confianza. Sería necesario un nuevo modelo político para que los capitalistas sientan que su dinero va a tener el justo retorno.  La confianza viene en un paquete integrado por seguridad jurídica, separación de poderes, respeto a los inversionistas, leyes de hidrocarburos modernas y competitivas… democracia. Supongamos que mañana suspendieran las sanciones. ¿Vendrían los inversionistas petroleros? Si acaso muy pocos. Ergo, las sanciones no son la causa de desastre petrolero. La causa es este largo sabotaje gerencial – y “revolucionario” – de más de veinte años. Petróleo para el ciudadano El primer motor de la resurrección de Venezuela es el petróleo. Para lograr que la reactivación de la industria petrolera genere prosperidad y no que sirva para beneficiar a unos pocos en detrimento de las mayorías, es primordial generar planes y estrategias de utilización de sus beneficios que genera la industria. Veamos:   –      En primer lugar, impuestos y regalías quede ninguna manera deben entrar en presupuesto de gastos, que a la larga generan inflación. Deben ser utilizados en inversiones. Igual sucede con las regalías, que deben ser descentralizadas. Todo ello a objeto que impulsen un desarrollo sustentable. –      En segundo término, la seguridad energética. Que el ciudadano pueda adquirir de manera continua y de calidad gasolina, diésel y gas para el transporte; gas directo o GLP para las bombonas de las cocinas; gas para las plantas eléctricas. Igualmente, gas para la siderúrgica, las empresas de aluminio y en general todo el parque industrial.  Para ello es fundamental optimizar las políticas de mercadeo interno con flotas de vehículos, centros de distribución, gasoductos y oleoductos, como sucedió en la época de la nacionalización. –      También gas y corrientes de refinación para desarrollar una petroquímica de primer mundo.  ¡Ah!, y asfalto para las carreteras. No hay que olvidar que la primera seguridad energética es la alimentación, y que una industria que satisfaga las necesidades descritas, elevaría con empleos, poder adquisitivo y comunicaciones, la nutrición de los venezolanos. –      Además, políticas de Responsabilidad Social Empresarial, nada que ver con sustituir el rol de los ministerios. Más bien hacer como las empresas modernas: interactuar en equipos sociales con los gobiernos y las comunidades, a objeto de elaborar diagnósticos y adelantar emprendimientos y acciones en las comunidades aledañas a las petroleras, que con enfoque sustentable eleven la calidad de vida, y hacia el mediano plazo generen nuevas dinámicas económicas. De manera que cuando finalice la actividad de la industria petrolera queden pueblos prósperos, en lugar de pueblos fantasmas. –      Finalmente, es importante que la industria petrolera haga énfasis, además de en políticas ambientales, en utilizar energías alternas en sus procesos petroleros y estimular su uso en las comunidades, a objeto de lograr una Venezuela altamente competitiva en energías limpias. Sería inexcusable no resucitar la industria petrolera; pero más aún sería desarrollar una industria de primera que no haga un eje dinamizador con el desarrollo de país. Hay que evitar que por mal uso de los beneficios de la industria de hidrocarburos se vuelva a materializar la profecía de Uslar Pietri: que al acabarse el flujo petrolero Venezuela sería un caso de la Cruz Roja Internacional. Tal como sucede hoy, luego del gigantesco boom petrolero que le tocó a la “revolución”, que fue orientado – estratégicamente- hacia la destrucción del país. El Proyecto lobo feroz … made in La Habana.   Es tan importante desarrollar una industria petrolera de primera, como enfocar la utilización de sus beneficios hacia la prosperidad de Venezuela. Es imperativo superar este limosnero sentado en un barril en que nos hemos convertido. Rafael Gallegos Castro Ingeniero Petrolero. Ex-gerente en PDVSA. Profesor del IESA. Miembro de Gente del Petróleo. Coordinador Académico del Diplomado de “Diplomacia Petrolera y otras Energías” del CODEIV

El tusero nuclear

Por Rafael Gallegos Castro     Dicen que cuando Albert Einstein observó la destrucción total provocada por la bomba de Hiroshima se sintió muy incómodo, ya que él había convencido al presidente Franklin Roosevelt para desarrollar el proyecto de la construcción de la bomba atómica. Sin embargo, su móvil fue el riesgo de que Hitler lograra primero que los norteamericanos tamaña arma, situación que hubiera borrado del mapa muchos países, e instalado al régimen nazi en buena parte el mundo. La bomba de Hiroshima inició la era nuclear. La inteligencia del hombre había creado una espada de Damocles – García Márquez dixit – que colgaba sobre la cabeza de la civilización… el riesgo de una guerra atómica, donde sólo quedarían las cucarachas como sobrevivientes.  Por su parte Bernard Shaw (el de “Pigmalión” que sirvió de base para la película “My fair lady”) expresó que la bomba atómica serviría para que, ante el temor de la destrucción total, cesaran las guerras mundiales… pronosticó el equilibrio del terror. Cuando en 1953 los soviéticos desarrollaron su arma atómica. Estados Unidos, atónito y tal vez aterrorizado, acusó y electrocutó a una pareja de científicos, los esposos Rossemberg, por haber pasado la información a Stalin. Por cierto, con el tiempo se demostró que eran inocentes.  El 30 de octubre de 1962, el mundo no durmió, esperaba el encuentro entre los buques soviéticos y norteamericanos en medio de la crisis de los cohetes en Cuba. El presidente John Kennedy, sobre quien pesaba el reciente fracaso de Bahía de Cochinos, lideró a Estados Unidos en el conflicto. Con paciencia de estadista – se graduó de tal en esa crisis y algunos dicen que con honores – tuvo que contener a los militares norteamericanos para evitar la guerra. El primer ministro soviético Nikita Kruchev, era la contraparte en el conflicto. Seguramente también haría maromas para detener a sus militares. La intervención de Juan XXIII fue decisiva. A última hora se llegó a un arreglo que evitó el fin de la civilización. El mundo respiró aliviado. Fidel Castro, el Lex Luthor latinoamericano, en una carta azuzó a Kruchev para que disparara primero. Y luego de la paz, le reclamó airadamente al premier soviético por no haber lanzado la bomba sobre una o dos ciudades norteamericanas. En sus manifestaciones callejeras de Caracas, los estudiantes hacían coro con Castro y voceaban: Nikita mariquita… Los siguientes años se caracterizaron por una creciente rivalidad entre las potencias nucleares. Richard Nixon en 1972 rompió paradigmas, visitó al líder chino Mao Tse Tung, y conversó amigablemente con el premier soviético Brezhnev. Comenzaba la distensión. Luego vinieron los tratados de limitaciones de armamento nuclear denominados SALT.  El mundo se acostumbró a vivir entre armas nucleares, pero daba cierta tranquilidad la creencia en que a ninguno de los líderes importantes se le ocurriría iniciar la hecatombe. Realmente ningún país nuclear amenazaba con utilizar el arma total. Inclusive con altos costos políticos. Por ejemplo, en los setenta, Estados Unidos prefirió perder la guerra de Viet Nam, que ganarla con armamento atómico. Sabían que una bomba nuclear significaba la muerte de la humanidad. Las armas nucleares se han expandido. Ocho o nueve países las poseen. Otros trabajan para ello. Las bombas actuales pueden sacar a la tierra de su eje… y todo habrá acabado. Los anticuados little boy de Hiroshima y fat man de Nagasaki, hoy equivalen si acaso a saltapericos. Corea del Norte una y otra vez amenaza a sus vecinos y el mundo observa impotente. Cada día la tecnología hará más fácil la adquisición de estos artefactos. En diez o veinte años, tal vez varias decenas de países los posean. ¿Nos llenaremos de hítleres con bombas atómicas? ¿Cuántos Kim Jong-un habrá entre sus líderes, capaces de acabar con la humanidad como si manipularan video juegos? Hoy Putin, el presidente de Rusia y agresor de Ucrania, dice y repite que está dispuesto a utilizar bombas “controladas”, como si esas de todas formas no generaran alguna respuesta que significaría la hecatombe. ¿Qué tal si Biden, Xi Jinping y otros líderes fundamentales, cual gallitos responden a las amenazas? Cómo cobra vigencia la frase de Borges: “el portentoso y frágil destino humano”. A pesar de tantos avances sociales y económicos, y el velocísimo desarrollo tecnológico, las bajas pasiones del ser humano poco han evolucionado desde la época de las cavernas. Tecnología por el ascensor y pasiones por la escalera… he ahí el dilema.  Einstein expresó: “dos cosas son infinitas, la estupidez humana y el universo… y de la segunda no estoy seguro”. EL valor de los valores Para revertir esta amenaza nuclear es imperativo comenzar por el comienzo. Por el alma humana. Reforzar (o cambiar) los valores. La sobrevivencia, la solidaridad, el ambientalismo. El respeto a la divergencia, y sobre todo el amor, deben dirigir las acciones de los hombres. Para lograr esto deben surgir líderes con visión holística que sean capaces de crear nuevos rumbos. De hacer sentir la paz como una cuestión de sobrevivencia. Es difícil; pero tal vez no haya otra salida. La sociedad pare los líderes en los momentos críticos. En la segunda guerra se dio la increíble conjunción de Churchill, Roosevelt, De Gaulle y Adenauer. La doble K de Kennedy y Krucheff salvó la crisis de los misiles. La llave Gorbachov, Reagan y Juan Pablo II terminó con el comunismo europeo. Y en Venezuela la generación del 28, que surgió en medio del oscurantismo gomecista y alumbró la democracia del siglo XX. La humanidad necesita “parir” un nuevo liderazgo que nos conduzca al siglo XXII. Sería triste que se materializara la frase de Einstein: “no sé con qué armas será la tercera guerra mundial, sólo sé que la cuarta sería con palos y piedras”. Hay que aprender a bailar en este tusero nuclear que nos ha tocado. Nunca la humanidad se ha visto tan amenazada. Es obligatorio que los seres humanos seamos del tamaño de tan gigantesco reto… si queremos seguir. Rafael Gallegos Ingeniero Petrolero. Ex-gerente en PDVSA. Profesor del IESA. Miembro de Gente del Petróleo. Coordinador Académico del Diplomado de “Diplomacia Petrolera y otras Energías”

¿Qué significa la “Privatización” de PDVSA

 Por Rafael Gallegos Castro     A pesar de la destrucción estratégica de Pdvsa en medio de una ola delincuencial digna de Guinness, nuestra industria petrolera sigue siendo una potencial herramienta que bien utilizada, sería fundamental para el futuro de Venezuela. Es falso el dilema de privatizar o no privatizar Pdvsa que discuten algunos políticos presidenciables. Nuestro problema energético es mucho más complejo. Es imperativo enriquecer la conceptualización en aras de enrumbar a esta industria. Urge un diálogo franco acerca de las potencialidades de la industria petrolera venezolana. Para conversar, no para verse el ombligo. Para observar áreas de convergencia y de disidencia.  Y comparar criterios como: I.- Diferentes estrategias de organización e inversión Hay concepciones diferentes en cuanto la organización de la industria. Las más importantes son: –      A.- Concepción Estatista… Plantean que hay que rescatar Pdvsa. Volver al pre chavismo, a la “segunda empresa petrolera del mundo”. Para sus defensores, la soberanía pasa por el Estado realizando las operaciones. En nuestra opinión, esta opción es inviable. Pdvsa no está en condiciones de volver a su glorioso pasado. La nacionalización, de gigantescos logros, se dio entre otros aspectos porque siguió la inercia de las transnacionales. Empresas serias, funcionales, con mística de trabajo y gente muy capaz. El resultado fue el emporio energético hasta 1998, cuyo desmantelamiento comenzó cuando “llegó el comandante y mandó parar”. ¿Recuerdan cuando Chávez botó a 23.000 gerentes y técnicos? … El daño está consumado. Pdvsa a duras penas maneja el 20% de su otrora importante producción y sus refinerías están desvalijadas. Corrupta, sin mística y sin personal suficiente… es irrecuperable. La concepción estatista plantea atraer capitales privados con la actual Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH). Lo harían mediante empresas mixtas con capital mayoritario del Estado, lo que implicaría que Pdvsa tendría que desembolsar capitales para su participación, ¿de dónde? –      B.- Concepción Nueva industria petrolera … Plantean la creación de una nueva industria petrolera integrada por empresas privadas y una Pdvsa reducida compitiendo con como una más. Para ello requieren de una LOH que contemple Agencia de Energía autónoma que seleccione los campos a subastar, realice Rondas de Licitación para asignar lotes a inversionistas, y con esquemas de contratación flexibles. Esta LOH sería similar a las de México, Brasil, Ecuador, Colombia y Argentina, que arrojan una participación promedio del Estado superior a 60%. Sus defensores manejan opiniones diversas en cuanto a: – La propiedad estatal de Citgo y las refinerías de la internacionalización en Europa, que significan una gran ventaja para Venezuela en mercadeo de sus crudos pesados. – Y el control de la producción a efecto de subir o bajar los niveles en momentos determinados para estabilizar precios, como hace la OPEP+. Nosotros, que apoyamos esta concepción, creemos que estos aspectos son necesarios. – C. -Concepción Privatización Total … y que el Estado se limite a cobrar impuestos y regalías. También requerirá una nueva LOH. Nosotros no la compartimos porque sería regresar a la época de Gómez, donde las transnacionales controlarían el negocio (y la política) de los venezolanos. II.- El entorno mundial de la energía Para Venezuela se muestran oportunidades de desarrollo petrolero:   – Las energías alternas han tenido un repunte más lento del estimado, y las matrices energéticas han retardado el pico de la demanda petrolera. Se estima por lo menos en 25 años, con el agregado que en el mundo subdesarrollado el pico puede superar los 50 años. –La invasión rusa a Ucrania redefinió las fuentes energéticas de Europa y occidente. Entre las fuentes a mediano plazo volvió a cobrar importancia Venezuela con su petróleo y su gas.  –China post covid resurge con altas tasas de crecimiento, lo que incrementará la demanda de hidrocarburos. No hay que olvidar que los altos precios petroleros que despilfarró el chavismo en los años cero del sXXI, fueron en parte producto del crecimiento chino. -En el 2023 se batirá récord de demanda de hidrocarburos (102 mmbd), y se estima para final de año un nuevo precio del crudo por arriba de 100$/Bl. O sea… -Las cifras de producción de la lutita de Estados Unidos, que en su momento casi triplicó la producción de ese país desde 6 hasta casi 14 millones de barriles diarios, parece que van a decrecer más rápido de lo esperado. -La necesidad de hidrocarburos es tan gigantesca que Biden, llevado al poder con el apoyo verde, está retornando a Alaska. –Como contrapartida, Brasil tiende a crecer hasta casi 5 millones de B/D, y Guyana y Argentina incrementan significativamente. O sea, ya no somos el monopolio petrolero de América Latina. III.- Fortalezas de los hidrocarburos venezolanos –Suficiente crudo liviano / mediano para producir más de dos millones de barriles por décadas. -Posibilidades de desarrollar los proyectos de la Faja, más competitivos que el bitumen de Canadá que produce más de 3 millones de bd. –Reservas de gas para llegar (según planes) a producir 10.000 millones de pies cúbicos por día. Incluyendo más de 3.000 en el Mar Caribe, para transformarlos en gas natural licuado y exportarlos. Así como para las industrias incluyendo las de Guayana, el gas doméstico, la electricidad. Y por supuesto, la petroquímica… el petróleo del futuro.  – Rentabilidad en rescate del sistema refinador, adaptando las refinerías adaptándolas a la petroquímica, y a la producción de gasolina y gasoil para el transporte y para exportar. -Finalmente, capacidad para hacernos competitivos en energías alternas, así como en la tecnología CAC, captura y almacenamiento de carbono, que redundará en unos hidrocarburos más limpios. IV.- La industria de los hidrocarburos como catalizador del desarrollo nacional Es imprescindible que se diseñe una estrategia de utilización de los impuestos y regalías para generar desarrollo sustentable del país. Conviene utilizar estos recursos únicamente en inversiones (para no hacer crecer el gasto público y repetir esquemas inflacionarios), y descentralizar la regalía.  Por otra parte, deben aplicarse políticas de Responsabilidad Social que redunden en mayor calidad de vida en las zonas aledañas a las operaciones (buena parte del país), y eviten la repetición de pueblos fantasmas al finalizar la operación. Finalmente, deben maximizarse la industrialización del gas y la petroquímica, como pivotes de un país lleno de industrias

Los pueblos no lloran… pasan factura

Por Rafael Gallegos                          La multitud es una mujer y ama a los hombres fuertes, decía Mussolini. Claro que el Duce se refería a algunas mujeres de las de antes, a las que lloraban, a las que se creían inferiores a los hombres, a las que hasta se dejaban pegar, a las que se despechaban. No a las del siglo XXI y menos a las insignes luchadoras venezolanas, porque nuestras valientes mujeres, no lo dude, cada vez son más de las que … no lloran, sino que pasan factura. Y nos hacen sentir muy orgullosos. En todo caso, Mussolini afirmaba con los paradigmas de la época, que las masas son débiles ante el líder dominador. Que les encanta un mesías simpático y embusterazo, que en lugar de ofrecer soluciones ofrece culpables. Que se doblegan ante un líder que reprima y no respete la Ley… ¿Le suena? Nosotros humildemente, afirmamos que, si queremos superar este casi ex país en que nos hemos convertido, no debemos llorar ante los desaguisados del régimen, sino que llegó la hora de pasar factura. ¿Y CÓMO SE PASA FACTURA? Primero dejando de andar cada uno por su lado pregonando Yo no creo en elecciones porque el gobierno hace trampa, o Yo no voy a votar porque no creo en el CNE y vamos a perder; o quedarse en su casa Porque los líderes políticos no sirven, o Porque la oposición está muy dividida y así no vamos a ninguna parte, o Porque los líderes no dan la talla, o Porque ya me cansé de luchar, o Porque yo estoy depre. O peor resignarse a que este régimen va a durar para toda la vida porque jamás va a entregar el poder. Puro llanto. Al contrario, “nosotros pueblo” y prefiero decir “nosotros ciudadanos”, no podemos llorar haciéndole juego a la desesperanza generada por este régimen, sino que tenemos que ser proactivos y crear una fuerza – usted, su vecino y yo – que capitalice el inmenso rechazo al gobierno que reflejan las encuestas, estar conscientes que en la unión está la fuerza y que, si votamos todos y tenemos testigos en todas las mesas electorales, no hay manera que el gobierno gane en el 2024, ni siquiera en el 2023 si se les ocurre adelantar las elecciones. Tenemos que capitalizar la gigantesca mayoría que somos. Creer en nosotros. Organizarnos para exigir todos los días al CNE que tiene que abrir los registros en todas partes para que se incorporen los millones de jóvenes, y los millones de venezolanos de la diáspora. Que unidos seremos una fuerza incontenible. Que si no nos gustan los líderes opositores impongamos otros, para eso somos millones que tenemos la opción de votar en las primarias. No hay que llorar, hay que pasar factura…organizándonos desde nuestro deseo, votando en las primarias y votando en las presidenciales. Ya está bueno que, por falta de voluntad y organización de los ciudadanos, siga gobernando gente que no nos gusta y ha desvalijado a Venezuela. La desidia es una forma de llanto. Contraria a la voluntad y la organización, que son una excelente factura. ¿Que es difícil? Claro que sí. Pero como dijo Betancourt, adelante por arriba de las tumbas adelante. Lo otro es seguir contemplando desde las gradas, o desde un teléfono, cómo deconstruyen a este casi ex país y a nuestras propias vidas.   Es hora de bajar al centro del ruedo a forjar nuestro destino. Sí, usted … y yo. HAY QUE PASAR FACTURA Factura al gobierno… cobrándole las deudas que debe cancelar a los venezolanos, como haber roto las familias al alejar de la patria a siete millones de nuestros padres, hijos, nietos y amigos que se marcharon buscando un futuro que les negaba la “revolución”, y de paso nos quedamos sin médicos, sin técnicos y profesionales, sin relevo… un país de viejos. Un pase de factura que contemple las confiscaciones de empresas y haciendas que nos dejaron sin bienes y sin trabajo, o sea… hambre. Que contemple la destrucción de Pdvsa, que nos dejó sin divisas, sin gasolina, gas, electricidad y provocó esta hiperinflación. Que anote el quiebre de las empresas básicas de Guayana, de las empresas de luz, de agua, los hospitales, las escuelas; la corrupción.  Factura que contemple los presos políticos, los sueldos y pensiones que antes de la “revolución” servían para vivir, y hoy vergonzosamente avivan el hambre y la cantidad de niños desnutridos. Que exponga la desaparición de los créditos, las hipotecas, los periódicos, emisoras televisoras y de radio. Facturas serias y sin lágrimas. No es hora de llorar. Es hora de cobrar. Y a los dirigentes opositores hay que prevenirlos contra un gigantesco pase de factura si siguen perdiéndole velas al archipiélago nacional, si no se unen, si no se sientan en una misma mesa y elaboran un Acuerdo Nacional que contemple aspectos básicos para la reconstrucción de Venezuela, si no sacrifican sus ambiciones personales en aras de las necesidades del país… ya está bueno de ser más, tener razón y perder siempre. ¿Hasta cuándo seguimos asfaltando la ruta de la derrota? LA VENEZUELA QUE MERECEMOS Es la hora de elevar nuestra autoestima. La suya y la mía. De exigir, no de mendigar, lo que nos merecemos. De saber que lo que merecemos es un país digno, democrático, con comida en la mesa, con trabajos competitivos, con acceso a la salud y la educación… usted y yo tenemos derecho a ser felices. ¡Hasta cuando! Salga de su marasmo particular. Comience por exigirse a sí mismo… y a sus amigos. No acepte ese argumento de No trabajo en los procesos electorales porque estoy desencantado de la oposición que no sirve. Eso es precisamente lo que quiere el gobierno que usted piense. Que se desparrame. Que no crea en su poder de triunfar en las elecciones. Si usted es realmente opositor… luche porque la oposición sirva. Fuerce la barra que en el 2024 se nos va todo. Las elecciones presidenciales del 2024 son un tiro al suelo si rompemos

4F 1992, UN PUNTO DE INFLEXIÓN… HACIA ABAJO

Por Rafael Gallegos                        Se cumplen 31 años del intento de derrocamiento contra el presidente democrático Carlos Andrés Pérez. A corto plazo una derrota militar, a mediano plazo una victoria política para los golpistas, y a largo plazo la destrucción (estratégica) de Venezuela. En ese entonces, yo trabajaba en Corpoven Barinas. No tenía teléfono en mi casa, así que debí ser uno de los pocos venezolanos que durmió completo esa noche. Al despertarme encendí el televisor como de costumbre. El periodista Carlos Fernandes mostraba la famosa foto de la tanqueta subiendo las escaleras de Miraflores. Fernandes dijo: aquí tienen una foto del golpe de estado. –      ¿Un golpe? –  me dije en un ejercicio de inocencia – debe ser en Argentina o en Haití… Cuando llegué a la empresa encontré a tres gerentes viendo los acontecimientos por TV. –      Aquí todos estamos con el golpe- me dijo bromeando y buscándome la lengua uno de ellos. –      El que esté con el golpe es un traidor a la patria – me salió del alma. Yo no podía comprender la existencia de golpistas luego de treinta y cuatro años continuos de democracia y menos en las puertas del siglo XXI. Para mí, eso era prueba superada. Pensaba que esa intentona era un regreso a las cavernas de Trucutrú. Cierto que Venezuela tenía problemas muy serios. La administración de los cuantiosos ingresos petroleros de los setenta había resultado un fracaso. Devaluación, inflación, el 60% de pobreza, aflojamiento de los resortes morales, cuantiosa deuda. Sin embargo, la superación de esta problemática debía ser por la vía democrática. La perfectibilidad de la democracia, como decía el presidente Herrera Campins. Además, el actual gobierno de CAP mostraba buenos indicadores. El llamado paquete económico comenzaba a dar resultados. Bajaban la pobreza y la inflación, aumentaban las inversiones, la empresa petrolera se abría al capital privado, el estado privatizaba empresas como Cantv, las de Guayana, etc. … el país comenzaba a revertir lo que Pérez Alfonzo llamó “el desastre”. Al decir de Miguel Rodríguez, estábamos en la ruta de un Qatar, o algo así. Me sorprendió el apoyo que tenía Hugo Chávez en Barinas. Mucha gente lo conocía y había jugado pelota con él, o cantado serenatas. El apoyo era general. En Caracas – y en Venezuela – los padres disfrazaron de Chávez a sus niños ese carnaval. La gente vio a los golpistas como unos simpáticos muchachones, no como los responsables de decenas de muertos y heridos, y sobre todo de una fractura hasta ahora irrecuperable, de la república civil. Un joven, hoy de unos 35 años, me contó la pena que sentía al verse disfrazado de esa manera en una foto de la época. Chávez y otros militares fueron apresados, con unas libertades y publicidad que ni sueñan los presos políticos de hoy. Para muchos, los jóvenes militares habían hecho una travesura. La travesura más cara de la historia de Venezuela. UN GOLPE CON VEINTE AÑOS DE GESTACIÓN Los “muchachos” eran el producto de una estrategia elaborada entre Fidel Castro (siempre Fidel, el Lex Luthor latinoamericano) y comandantes guerrilleros derrotados en el proceso subversivo de los sesenta. Consistía en penetrar las escuelas militares para tomar el poder.  Luego de varias generaciones de oficiales, maduraron las condiciones…  y vino el 4F. Por eso Chávez al salir de la cárcel, sobreseído por el presidente Caldera, fue invitado por Fidel Castro a Cuba. Mayúscula sorpresa la de Chávez al asomarse por la ventanilla y ver al mismísimo “caballo” esperándolo al pie de la escalerilla. No podía creerlo.  Al comandante del 4F le dieron tratamiento de jefe de Estado. El plan cubano estaba en camino. Castro alucinó a Chávez. –      Dios mío yo no creo en ti, Tú sabes que yo soy ateo – y que rezó el dictador cubano – pero gracias, mil gracias por mandarme este muchachote. “ Luego de más de treinta años, Castro estaba en vías de lograr lo que no pudo con el presidente electo Rómulo Betancourt en 1959, cuando le pidió dinero “para echarle una vaina a los gringos”. –      El tesoro está en la inopia -le respondió de malas pulgas y con su voz chillona, el venezolano. Años después en un “Aló presidente”, Castro recordaría a Betancourt como un individuo muy antipático. Gracias a Dios, agregamos nosotros.  Como sabemos, en 1998, la masiva votación de este mismo pueblo que hoy pasa hambre con salarios y pensiones de indigentes, llevó a Hugo Chávez a la presidencia de la República. Entonces, Fidel Castro comenzó a ejecutar su plan: 1.- “Echarles una vaina a los gringos” … con el petróleo venezolano, 2.- Mejorar significativamente las finanzas de la revolución cubana … con el petróleo venezolano y 3.- Iniciar la destrucción estratégica de Venezuela (copiar el modelo comunista habanero), para gobernarla forever. Para mantener su dominio sicológico, Castro alababa a Chávez con frases como: tú manejas mal; pero eres un conductor de pueblos. Cuando visitaron la casa natal de Chávez en Sabaneta, el jefe cubano le dijo: serás tan grande, que en el futuro tendrán que hacer una autopista de seis canales para que venga la gente a visitar tu casa. Al montarse en el carro para regresar, el inusual silencio del comandante presidente Chávez por muchos minutos, asombró al mismo Fidel Castro y a los otros pasajeros, nada menos que Luís Miquilena y JV Rangel.   Fidel le había dado a Chávez en todo el centro de su ego. 4F, ANTÍPODA DEL 23E El 23E fue para restaurar la democracia… el 4F para derrocar un gobierno democrático. El 23E implantó un proceso democrático de 40 años… el 4F inició la destrucción de la democracia. Los gobiernos producto  del 23E construyeron Pdvsa… los gobiernos producto del 4F, la destruyeron. Los gobiernos surgidos del 23E construyeron la siderúrgica, las empresas de aluminio, las eléctricas, las de agua, el Metro de Caracas… los gobiernos surgidos del 4F, las acabaron. Los gobiernos emanados del 23E construyeron Guri, el puente sobre el Lago, el puente sobre el Rio Orinoco, el sureste de Caracas, miles de escuelas que funcionaban, universidades, hospitales y centros

CITGO: Verdades, Posverdades … y Necedades

Por Rafael Gallegos   El libro de Moisés Naim “La revancha de los poderosos”, explica en que consiste la llamada posverdad, y cómo la utilizan las autocracias modernas para, a partir de construir tinglados de mentiras, elaborar falsas realidades intentando que la población culpe de sus padecimientos a los enemigos, al imperio, a la oligarquía, a los opositores, a las iguanas y a todo el mundo…  menos a la mala gestión de los gobiernos.   Posverdades habemus, y muchas, por ejemplo: –      Hiperinflación inducida… haciendo creer que algún “enemigo” de la “revolución” la indujo, obviando que el mismo gobierno inundó la economía de dinero inorgánico que generó devaluación, brutal alza de precios y desintegración de la moneda. –       Guerra económica… haciendo creer que la destrucción del PIB fue provocada por el imperio que envidia los “éxitos” de la “revolución”, obviando los exprópiese, empresa cerrada empresa tomada, las invasiones pistola en cinto. Además, los continuos insultos a los “oligarcas” y un largo etcétera, acciones todas del gobierno que generaron esta inseguridad, desinversión y la desaparición de dos de cada tres empresas. –       Las sanciones destruyeron a Pdvsa… como si no estuviera clarito que el acabose de Pdvsa radica en la expulsión de 23.000 trabajadores, algo así como botar a los pilotos, a los técnicos y a las aeromozas de una línea aérea, ¿cómo volarían los aviones? O en la politización de la empresa – el que no sea rojo rojito puede irse, expresó el otrora zar del petróleo y hoy solicitado Rafael Ramírez.  Destruyeron la empresa estatal más sólida y productiva de América Latina. Además, ojo … las sanciones llegaron después de la destrucción. SALVEMOS A CITGO Citgo es un importantísimo activo venezolano que corremos el riesgo de perder. Eso significaría dificultar la colocación y valor agregado de crudo y productos de alrededor de un millón de barriles en el mercado más importante del mundo, cuando se inicie la ruta de recuperación de la industria petrolera, que sigue siendo el primer motor para la resurrección de Venezuela. Por ello hay que abordar este caso con mucha seriedad. No solo los petroleros, porque esta Pdvsa desinflada nos afecta a todos. Hay que exponer las verdades, las falsedades y las posverdades que rodean a nuestra empresa en Estados Unidos. VERDADES de Citgo –      Cuando se nacionalizó el petróleo, una de las debilidades de Pdvsa era la comercialización internacional. Ésta seguía en manos de las transnacionales. –      Para incrementar esta capacidad, se diseñó y ejecutó la política de Internacionalización, que consistió en comprar refinerías y puertos de embarque en el extranjero, a objeto de llevar nuestro petróleo procesado, sin intermediarios y directamente a los centros de consumo del mundo. De la vaca a la boca, la idea fue sacar el petróleo de los pozos y llevarlo directamente a los tanques de gasolina de los principales centros de consumo del mundo. –      Citgo fue la empresa adquirida en Estados Unidos, con varias refinerías y asociada a muchos centros de distribución. Así, se garantizaba para nuestros difíciles crudos el mercado norteamericano y se preparaba al país para cuando la producción llegara a seis millones de barriles diarios. –      La “revolución” mostró poco interés en mantener la política de internacionalización. El ex zar Ramírez y su equipo no la consideraron estratégica. Comenzaron a vender las empresas adquiridas en Europa y Estados Unidos. –      Citgo fue vendida parcialmente. –      Como Pdvsa fue desvalijada y el país cayó en default, los acreedores vieron en Citgo una empresa que podían tomar como garantía de pago. Una empresa rusa le tomó como garantía de deuda el 49,9 %. Los bonos de la deuda el 50,1% restante. Otras empresas siguen en una larga cola. –      Citgo (de Pdvsa roja) pidió un préstamo y usó casi la totalidad para pagar… dividendos. Habrase visto. Como si un restorán tuviera pérdidas en su ejercicio y pidiera plata prestada para pagar las ganancias. ¿Cuáles ganancias? –      Cuando Citgo estaba a punto de embargo, el gobierno norteamericano se la entregó al gobierno interino.  Sin entrar en aspectos políticos, esa gestión por ahora, ha salvado a Citgo del embargo. El gobierno federal estadounidense paralizó posibles ejecuciones, y la empresa ha mejorado significativamente su situación financiera.  Por cierto, la Citgo roja, tenía más deudas que activos. –      Pero Citgo sigue en riesgo de embargo. Es imperativo que los venezolanos la salvemos. Como dice el presidente de Pdvsa ad hoc, Horacio Medina, la pérdida de Citgo no le conviene a ningún gobierno… y agregamos, ni a ningún venezolano. FALSEDADES (generadas por el gobierno) –      Pdvsa es una empresa productora, no le hacen falta las refinerías (frase del ex zar Ramírez) … Falso, Pdvsa es una empresa integrada, tal como Exxon, Shell y otras, cuyo negocio radica en el procesamiento y en el mercadeo. Producen menos de lo que refinan y venden más de lo que refinan.   –      La internacionalización da pérdidas… como sí este negocio no hubiera que verlo de manera sistémica y a largo plazo. –      Las refinerías compradas no procesan crudo pesado… basta observar las dietas ayer y hoy para desvirtuar esa frase. Además, el crudo extrapesado de la faja (que eran 600.000 bd que hoy serían mucho más de haber seguido la gestión de Pdvsa azul) era procesado en los mejoradores (por cierto, hoy deteriorados) para ser reconstituido como liviano y mediano. –      Nos vamos para China… sin patrioterismos ni altisonancias, hemos podido ir a China sin abandonar a Estados Unidos, el principal mercado del mundo, que nos queda muy cerca, y teníamos una sólida relación comercial de décadas. Y la verdad oculta, que no asoman ni por equivocación: minimizaron la internacionalización porque con la destrucción de la producción de Pdvsa (de 3,5 mmbd, a menos de 0,7) no justifica una gran transnacional de la vaca a la boca y con refinerías en todo el mundo. ¿Qué petróleo iban a colocar? Por favor… ¡Ah!, por cierto, la destrucción de Pdvsa fue estratégica. Tenían que tomar esa colina, como dijo su “gigante”. El mismo modelo cubano de poder para toda la vida, que se inicia destruyendo la economía. POSVERDADES (tinglado construido con falsedades) A Citgo la quebró la mala gestión

Vision y revision de Carlos Andres Perez

Segunda parte Por Rafael Gallegos Castro            En 1979, con el caso Sierra Nevada, se intentó culpar al ex presidente Pérez por corrupción administrativa. Se investigaron sobreprecio y comisiones. CAP se defendió diciendo que a quién se le ocurría que un presidente de la república iba a repartir una comisión entre veinte personas; y agregó que se trataba de una maniobra para destruir a AD. Finalmente, con el voto salvado de José Vicente Rangel que dio lugar a muchos comentarios, CAP tan solo fue señalado por responsabilidad política. Sin embargo, en la opinión pública persistía la sensación de corrupción administrativa en relación con su gobierno.   En los años siguientes, Carlos Andrés Pérez se dedicó a la política internacional. Participó ampliamente en la Internacional Socialista y en procesos de democratización en América Latina. Tuvo serias divergencias con AD y hasta un serio alejamiento con Betancourt, por la decisión de elegir al dirigente sindical Manuel Peñalver como secretario general del partido. Comenzó a perder poder en los entes rectores de AD, aspecto que tendría que superar cuando intentó volver a la presidencia de la república. Mea culpa CAP reflexionó acerca de los resultados de su gobierno. Concluyó que le había dado demasiado peso al Estado operador, que no había roto el excesivo proteccionismo a la empresa privada, ni fue capaz de acabar paulatinamente con los subsidios, que la política de sustitución de las importaciones la tomó como un fin en sí misma y no como un medio para hacer más competitiva a la industria, que no tuvo el valor de acabar con la moneda dura. En fin, que su primer gobierno no utilizó las pingües divisas de los altos precios del petróleo para hacer un país competitivo. Imaginamos que la autocrítica provino de observar cómo, a pesar de tantos logros en su primer gobierno, el balance de sus políticas fue un país que pasó de un gigantesco superávit a una deuda casi impagable, a la devaluación de la moneda y al inicio de la inflación… en apenas nueve años. Siempre estuvo acorde con la necesidad de modernizar el estado. Con la elección de gobernadores y alcaldes, con la incorporación de la figura de primer ministro (al estilo francés), y con la reforma de los partidos políticos. Consideró un imperativo la descentralización. Igualmente, pensó en una serie de reformas económicas que adelantaría en su segundo gobierno, y que la opinión popular denominaría “paquete”. Su mea culpa devino en un cambio radical en su pensamiento económico. La segunda victoria CAP tenía muy poca gente en los órganos directivos de AD cuando comenzó su segunda campaña en búsqueda de la presidencia. Sin embargo, lo favorecía su carisma y la sensación popular de mucha prosperidad en su gobierno. Superó los obstáculos y se convirtió en el candidato de AD, derrotando al Dr. Octavio Lepage. Yo ganaré porque tengo mayoría en los colegios electorales – habría dicho Lepage. Usted tiene los colegios; pero yo tengo los alumnos – le respondió en forma jocosa CAP. En diciembre de 1988 resultó reelecto presidente de la república. La toma de posesión fue fastuosa. La opinión pública la bautizó “coronación”. Algunos la llegaron comparar con los dos mil años del imperio persa que había celebrado años ha, el entonces Sha de Irán. Al tomar posesión del cargo se encontró con las reservas internacionales en un mínimo nivel de 300 millones de dólares, y con unas cartas de crédito vencidas por 6.500 millones. La negociación con el Fondo Monetario Internacional se hizo inminente. Nombró un equipo económico con brillantes profesionales a fin de implantar un nuevo modelo económico. Muchos de ellos provenían del IESA. Comenzó a implementar medidas económicas que en primera instancia afectaban el bolsillo de la población. Liberación de las tasas activas, que en caso de préstamos hipotecarios hasta triplicaban la mensualidad, liberación de precios de productos de consumo, minimización de subsidios, alza del precio de la gasolina, liberación del cambio de la moneda. Además, tenía en portafolio una nueva Ley de Bancos – que tuvo mucha resistencia por parte de los banqueros- y una Ley para el IVA. El nerviosismo cundió en la población. CAP confiaba en su liderazgo político para implantar sus medidas. “Solamente Pinochet y yo podemos implantar un paquete económico”, había expresado. Frase que demostraba como las victorias políticas le habían insensibilizado el ego, y le habían hecho creer que era cierto lo que le decían sus adláteres en referencia a su infinito poder con las masas. Muchos economistas no dudaban de la necesidad de las medidas, apenas discutían su implantación abrupta o paulatina.  Otros, lo acusaban de neoliberal, vende patria, proyanqui, etc. AD, como casi los partidos políticos, no estaba de acuerdo con el “paquete”. El 27 de febrero reventó una poblada que se conoció como el Caracazo. Fuertes protestas y disturbios, saqueos. Comenzó en Guarenas y se extendió a toda Venezuela. Muchos muertos. Venezuela quedó conmocionada. A pesar de ello, CAP continuó adelante con las medidas. Ese año, 1989, la inflación llegó a 80%. CAP había dicho en su campaña que esa cifra sería un “autosuicidio”. El “paquete” fue logrando resultados. Venezuela creció a tasas entre 7 y 9 % por tres años. En 1991, el crecimiento fue de 9%. El más alto del mundo, recalcaba el Dr. Miguel Rodríguez. La deuda fue refinanciada con éxito. La inflación cedía aceleradamente. Igual, el tipo de cambio, aplicando el llamado “crawling peg”. Por otra parte, se iniciaban las acciones para la apertura petrolera y se hicieron las primeras elecciones para gobernadores y alcaldes. El país se enrumbaba hacia la modernidad. Sin embargo, las cifras todavía mostraban altos índices de pobreza. Llegó el comandante y mandó parar El 4F 1992, se dio una cruenta intentona de golpe de estado. El gobierno sobrevivió. En contra de la voluntad de CAP, permitieron hablar en vivo por televisión a quien se convirtió en jefe del movimiento, el comandante Hugo Chávez. Su “por ahora” le llegó a la gente. Ese año, muchos niños se disfrazaron de Chávez en el carnaval. Niños que hoy son

Visión y revisión de Carlos Andrés Pérez

Por Rafael Gallegos   Primera Parte Político a tiempo completo Por allá en Rubio, estado Táchira, a finales de los años veinte o comienzo de los treinta del siglo pasado, un maestro regañó fuertemente a un alumno. Éste creyó que el reclamo era injusto y abusivo.  El niño, llamado Carlos Andrés, se le plantó al profesor y le dijo en tono de amenaza: cuando yo sea presidente … La anécdota puede parecer un poco exagerada, aunque yo oí a CAP dándola por cierta en una entrevista. Pero como sea, refleja en el niño a un político a tiempo completo, que lo fue Carlos Andrés Pérez toda su vida. En su natal Rubio, CAP fue presidente del centro de estudiantes de su instituto. Luego llegó a Caracas a estudiar bachillerato. Se inscribió en el Liceo Andrés Bello. Era largo, flaco, tímido y con un fuerte acento andino que inspiraba bromas de sus compañeros. Al poco tiempo se convirtió en uno de los dirigentes fundamentales del liceo. Consiguió permiso para disponer de las llaves de la institución, y en las noches imprimía mensajes políticos. Se destacó como joven activista del PDN y luego de AD. Cuando el golpe del 18 de octubre de 1945, CAP era estudiante de derecho en la UCV, y se convirtió en uno de los secretarios del joven presidente Rómulo Betancourt. Dejó los estudios y se dedicó a tiempo completo a la actividad política. Luego de la caída de Don Rómulo Gallegos, fue aventado al exilio en Colombia. Allí hizo el último intento de continuar sus estudios de derecho. Preso en Colombia por la policía del dictador Rojas Pinilla, le ofrecieron que si se declaraba colombiano (su papá era de Chinácota, Colombia), le levantarían todos los cargos y no lo enviarían a Venezuela. Él no aceptó. Es fácil contar la anécdota; pero esa negativa le significó convertirse en preso de la terrible dictadura. Además de perseguido y preso, estuvo exiliado en varios países. En Costa Rica, era el redactor del diario La Prensa el 23 de enero de 1958.   Al caer la dictadura, regresó a Venezuela. Fue electo diputado al Congreso Nacional por su Estado Táchira en las elecciones de diciembre de 1958, ganadas por Rómulo Betancourt. Fungió como   viceministro y ministro de Relaciones Interiores del presidente Betancourt. Luchó a brazo partido contra las conspiraciones militares, y la insurrección comunista dirigida desde La Habana por Fidel Castro, el Lex Luthor latinoamericano. Barcelonazo, Carupanazo, Porteñazo, guerrilla rural y urbana… todos esos movimientos encontraron a Carlos Andrés Pérez defendiendo con su vida a la naciente democracia. En 1963 se reincorporó a su curul en el Congreso. Su retorno fue un escándalo. Los dirigentes de la oposición, donde se mezclaban los demócratas anti gobierno y los subversivos, utilizaron políticamente ese retorno y le dijeron asesino, vende patria, proyanqui y una serie de calificativos.  Ese día CAP llegó al Congreso temprano. Su compañero Jame Lusinchi, previendo alguna agresión le dijo Siéntate en la segunda fila porsiacaso. Le avisaron que una diputada lo iba a coger a carterazos. Entonces, CAP sentó a otra compañera a su lado, por aquello que lo que es igual no es trampa. Como si no fuera con él, aguantó la sarta de insultos y ofensas de los opositores. Dicen que sin inmutarse.  Años después diría que tenía una metralleta en su maletín… por si acaso.  En los años siguientes ocupó muchos puestos en la dirigencia política, entre ellos secretario general de AD. En 1973, compitiendo con Reinaldo Leandro Mora, se convirtió en candidato presidencial de su partido. Un cambio radical de su imagen El periódico Reventón, de extrema izquierda y muy leído por los estudiantes de la época, le publicó a propósito de su candidatura presidencial, una foto uniformado de policía. La nota aludía a su lucha contra la guerrilla. En la foto, CAP salía gordo, cachetón y malencarado. Le expresaron todos los epítetos y finalizaron diciéndole: Policía, te vas a quedar con las ganas, porque a Miraflores no vas a llegar. Pero, ¡oh sorpresa! La candidatura de CAP marcó una era. Asesorado por empresas norteamericanas, cambió radicalmente su imagen. Adelgazó, se dejó las patillas y el pelo largo a la usanza de la época, y se vio más juvenil. Brincaba charcos para demostrar que representaba a la “democracia con energía”. Modernizó su vestimenta y hasta puso de moda las chaquetas de cuadritos. Y sobre todo cambió su serio y tímido gesto por una esplendorosa sonrisa. La publicidad inventó, o dejó colar, que CAP era un hombre parrandero, pícaro con las damas, y muy alegre. Chelique Sarabia le compuso “Ese hombre si camina”, lo demás… es  historia. Del policía malencarado que dibujó Reventón, sus asesores lo convirtieron en un político de infinito carisma, que hizo vibrar a las masas.  Derrotó al candidato del gobierno, Dr. Lorenzo Fernández, cuyos publicistas le proyectaron una imagen familiar, tradicional, madura, religiosa y muy formal. La abundancia con criterio de escasez, ¿o al revés? En 1973, como consecuencia de la guerra del Yom Kipur y del embargo petrolero, los precios del combustible se cuadruplicaron. En diciembre de ese año, Pérez arrasó en las elecciones presidenciales. El primer presupuesto del presidente CAP triplicó al último de Caldera. El país entró en una vorágine de abundancia. Incremento de sueldos, obras de infraestructura, adelanto de Guri, Plan IV de Sidor, universidades, escuelas, hospitales, nacionalización del petróleo y el hierro, Plan de Becas Ayacucho… Venezuela se redimensionó. Además, su gobierno afirmó a Venezuela en el contexto internacional y sirvió de catalizador en la democracia latinoamericana. Juan Pablo Pérez Alfonzo alertó acerca de que tanto ingreso de divisas podía dañar al país. Venezuela será como un indigente que se gane la lotería y comience a comer siete veces al día, se descompensará – decía el padre de la OPEP – y esa descompensación será conocida como Efecto Venezuela- finalizaba.  Recomendó bajar la producción petrolera hasta un millón de barriles por día – en el subsuelo se revaluará, decía-. Para situarnos en contexto, debemos recordar que las reservas petroleras venezolanas se estimaban para menos de

Gorbachov, el otro hombre de la mancha

 Por Rafael Gallegos Castro          “En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme” …  así inicia  el monumental Don Quijote, que muestra las aventuras de un hombre que se volvió loco, intoxicado de leer tantas novelas de caballería, se declaró caballero andante, y dedicó su vida a defender a cualquier precio las causas que consideró justas. “En un lugar del totalitarismo de cuyo nombre no quiero acordarme” …  podría iniciar la también monumental historia del hombre de la mancha (en la frente), Mijail Gorbachov. Un quijote del siglo XX, que dedicó su vida a defender la paz, el emprendimiento y las libertades, desde el seno de la URSS, una economía de guerra que se había constituido en uno de los regímenes más férreos, represivos y castradores. Gorbachov hizo una vertiginosa carrera en el partido comunista, y en 1985, a los 54 años, casi un bebé para la gerontocracia del Kremlin, llegó al poder en la URSS. Fue un quijote, porque soñó lo que para muchos era imposible, desmontar tamaño aparataje, aspecto al que ningún analista político hubiera apostado ni siquiera un rublo, meses antes. Sin embargo, la URSS de la década de los ochenta ya mostraba indicadores de decadencia. La productividad tendía a la baja, cada vez se alejaba más de la competitividad capitalista (hay quienes dicen que a la URSS la desmanteló el chip). La escasez de alimentos y de productos se incrementaba. Pobreza y hambre en medio de un implacable totalitarismo. La desesperanza era el plato del día. Gorbachov conocía el problema y decidió – con valentía y una gigantesca dosis de quijotismo – cambiar el fondo de las cosas. Hacer peso para para romper el marasmo y acelerar los cambios, que al final resultaron un colapso. Decretó la perestroika o reestructuración, que consistía en menor planificación central y más mercado, así como en estimular los emprendimientos y permitir negocios privados. Estas medidas las acompaño con un sistema de libertades denominado glasnost (transparencia) que se materializó en paulatina libertad de expresión, de religión, liberación de presos políticos. Realizó las primeras elecciones libres en la URSS. Todo ello trajo una gran resistencia de la nomenklatura, ya que desmantelaba el poder constituido. En el aspecto internacional, hizo buenas migas con el presidente norteamericano Ronald Reagan, se comprometieron a disminuir el arsenal nuclear, lo que enfrió el peligro atómico. Gorbachov pidió acabar con todas las armas nucleares, y en Ginebra acordó con Reagan que jamás iniciarían una guerra atómica. También se propuso a no repetir por ningún motivo, los lamentables espectáculos tipo invasión a Hungría o a Checoslovaquia.  Acabó con la Guerra Fría, que había aterrado al mundo desde los albores de la postguerra en 1945. Como consecuencia de las medidas de Gorbachov, los países tras la cortina de hierro comenzaron a respirar aires de libertad. En 1989 cayó el Muro de Berlín y con él las dictaduras comunistas de todos los países tras la cortina de hierro. Por otro lado, se deshizo la URSS. Gorbachov renunció al poder y se retiró en 1991. En sus seis años de gobierno cambió la faz del mundo… y sin disparar (él) un tiro. Por cierto, el poderoso partido comunista de la URSS, el más grande del planeta, con 70 millones de miembros … no movió ni un dedo para defender al comunismo cuando se desmanteló la Unión Soviética. Pura buchipluma, burócratas y oportunistas, como todos los partidos gobierneros que tanto les gustan a las revoluciones comunistas. Gorby (como le decían por cariño) fue un outsider, más que ello un cisne negro, que son muy frecuentes en política. Cerramos con esta observación porque no tendría nada de raro que ante esta monumental crisis de desmantelamiento que padecemos, se estuviera gestando algún Gorby en Venezuela… en cualquier parte… mire a su lado. Las sociedades son seres vivos y en las crisis, paren liderazgos. EL TRIUNFO DE LOS QUIJOTES Y parafraseando a Vargas Llosa, los quijotes siempre triunfan porque al final los sanchos nos terminamos pareciendo a ellos. Es que somos sustancia de sueños. Gorbachov, el hombre de la mancha en la frente que hasta una profecía anunció fallidamente como un anticristo (“por la mancha lo reconoceréis”), resultó un materializador de sueños. No es exagerado elucubrar que tal vez por él … llegamos al siglo XXI. EPÍLOGO La influencia de la obra de este gran líder fue tan decisiva, que el pensador japonés Fukuyama publicó un libro: “El fin de la historia”, donde planteó luego de la caída de la URSS, se acababan las luchas de las ideologías y que el mundo sería liberal. Sin embargo, pocos años después, otro autor, Huntington explicó en su “Choque de civilizaciones”, que sobrevendría una era de conflictos entre civilizaciones, (ortodoxa, musulmana, hindú, confucionista, occidental, etc.) de sociedades con valores diferentes, y que la occidental, saldría perdiendo. Gorbachov, que murió a los 91 años, sobreviviendo treinta años a su gobierno, pudo observar a Putin impregnando de autoritarismo al sistema ruso y tratando de restablecer el imperio: Georgia, Crimea, Ucrania. Y cómo las civilizaciones, ortodoxa (rusa), confuciana y musulmana, se enfrentan con la occidental, en Ucrania, Taiwán, e Irán. El mundo se mueve hacia quien sabe que derroteros, pero el legado de paz y libertades de Gorbachov, es un deber ser. ________________________________________________________________________________________________________________ Rafael Gallegos Ingeniero Petrolero. Ex-gerente en PDVSA. Profesor del IESA. Miembro de Gente del Petróleo. Coordinador Académico del Diplomado de “Diplomacia Petrolera y otras Energías” del CODEIV

Rusia, ¿Otra vez el general frio?

Por Rafael Gallegos                        Cuando Napoleón llegó a Moscú en 1812 esperando rendir al ejército ruso, la encontró vacía y víctima de constantes incendios. Los valientes soldados rusos prefirieron acabar con su ciudad, que rendirse. En escombros, Moscú no le era útil a Napoleón. Luego de un mes, emprendió el regreso a París, en pleno invierno. Con nieve en lugar de pasto, sus caballos morían y los hambrientos soldados, literalmente, los devoraban. El frío fue diezmando al ejército francés. Los rusos, más adaptados al clima, aprovecharon su debilidad y les propinaron unas cuantas derrotas durante el retorno. Napoleón perdió el 80% de sus hombres en su excursión a Rusia. Más de 300.000 bajas. No es exagerado afirmar que allí comenzó su visado para la isla de Elba. El general Frío y la quema de Moscú, lo acabaron. El mismo Bonaparte dijo que lo había derrotado el terrible invierno ruso. Igual sucedió a Hitler cuando en 1941 se le ocurrió abrir dos frentes, e ir a conquistar la URSS. Algunos de manera simplona argumentan que fue una locura. Sin embargo, a Hitler le urgía el petróleo ruso. Como se consideraba un genio militar creyó que la campaña sería rápida. Tardó más de lo esperado y lo agarró un terrible invierno. Morían de frio más de 800 soldados al día. Otro triunfo del general Frío.  El fracaso en la URSS, determinó la derrota de Hitler en la Segunda Guerra Mundial.    UCRANIA Y EL GENERAL FRÍO Hoy, el general Frío actúa en dos frentes: Rusia y Europa.  La invasión a Ucrania ha resultado para Putin – al igual que Hitler cuando invadió URSS – más larga que lo planificado. Eso significa costos y sobre todo desgaste. Y al igual que a Hitler, los puede perjudicar el general Frío. Claro, también afectaría a los ucranianos; pero ellos están en su tierra. Además, los costos de guerra son altos. Y se acrecientan con el terrible invierno. Ya se anuncia que Rusia decrecerá por lo menos al 6 % en 2023. Es decir que, si Rusia “gana” la guerra, los beneficios serán pírricos desde el punto de vista económico y de calidad de vida de su población. Y sobre todo, los rusos pueden obstinarse de los sacrificios una guerra permanente y para muchos sin sentido.    En Europa, el general Frío puede ejercer su rol más influyente. Antes de la guerra, el continente consumía alrededor de 50 mil millones de pies cúbicos diarios de gas (mmmpcd). De ellos, 23 procedían de Rusia.   De esos 50 mmmpcd, los europeos se han propuesto rebajar un 15% de consumo, es decir unos 7 un 8 mmmpcd. Y todavía requerirían unos 15 mmmpcd de Rusia, que hoy le exporta a Europa una cantidad muy baja respecto a la pre guerra. Sólo en el gasoducto Nord Stream 1 han pasado enviar 5 mmmpcd, a una cifra que oscila entre uno y dos. La política no permite poner en funcionamiento el Nord Stream 2. Las restantes rutas, están muy disminuidas. Y siempre está latente un recorte total. Los Estados Unidos hacen esfuerzos para suplir la demanda europea con su gas natural licuado (GNL), producto de la explotación de la lutita; pero este requiere de regasificadoras en Europa, cuyo número es insuficiente para suplir la potencial demanda. Con todo esto, es bastante probable que el racionamiento se quede corto. ¿Qué invierno le espera a Europa? La escasez de gas para el continente además de reflejarse en menor funcionamiento del parque industrial, significa enfrentar las gélidas temperaturas, con riesgo de muerte. Por supuesto que no imitarán a sus antepasados que, en eras glaciares, por ignorancia tecnológica, murieron por miles estando encima de gigantescas reservas de carbón; pero indudablemente el general Frío hará de las suyas de manera significativa. Los europeos imitarán a sus antepasados en el sentido que, teniendo fuente de calor cercana en Rusia, no la podrán utilizar plenamente. En Europa la escasez de gas se ha reflejado en precios del gas récord, daños al ambiente por más utilización de carbón, reactivación de las otrora desprestigiadas plantas nucleares, inflación que casi llega a dos dígitos, devaluación del euro, decrecimiento del PIB con amenaza de recesión, y sobre todo frío, mucho frío, con su potencial dosis de mortalidad. Algunos agoreros hasta hablan de tambaleo de la Unidad Europea. El general Frío está avisando que los hidrocarburos están más vigentes que nunca, y que se mantiene la vieja máxima del SXX, que algunos creyeron superada: quien tenga el petróleo, gana las guerras.  Anotemos esto, porque los hidrocarburos están más vivos que nunca en la geopolítica del siglo XXI.   Rafael Gallegos Ingeniero Petrolero. Ex-gerente en PDVSA. Profesor del IESA. Miembro de Gente del Petróleo. Articulista. Coordinador Académico del Diplomado de “Diplomacia Petrolera y otras Energías” del CODEIV