México, Las mujeres al poder

Por Abraham Clavero y Georgette Schuessler El país azteca ha dado un paso histórico, al escoger los principales grupos políticos dos candidatas con suficientes méritos para ocupar la primera magistratura. Las posibilidades que un “outsider”, puede disputarles a Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez el privilegio de ser la primera mujer que dirija los destinos del país son un tanto remotas. Ambas, egresadas de la Universidad Autónoma de México (UNAM), en la década de los ochenta, sostiene posiciones progresistas en programas que favorecen las prestaciones sociales y el derecho al aborto.   Esta lucha sin precedentes entre dos mujeres coloca a México en el centro de las cuestiones feministas en América Latina, que se han movilizado para conseguir conquistas importantes y que representan el 52% de la población. La mayoría de ellas, estará en el centro de la campaña electoral que se avecina, catalogada de las más reñidas y significativas de los últimos años. Cabe destacar, que el poder electoral mexicano está compuesto por varias instituciones, incluyendo el Instituto Nacional Electoral (INE), encargado de organizar las elecciones federales y locales, mientras que los tribunales electorales se centran en resolver las controversias que surjan en este ámbito. Es un sistema mixto, que combina diversos elementos electorales, eligiendo tanto representantes por mayoría relativa como por representación proporcional. La elección presidencial, cada seis años, se desarrolla en una sola ronda electoral, y el presidente es elegido por mayoría relativa. Desde el momento que los partidos registran a sus candidatos, se inicia extraoficialmente la campaña, con miras a que promuevan sus ideas y programas de gobierno. México es un caso muy particular, caracterizado por un alto grado de machismo, exaltado siempre los valores de la cultura del charro, los mariachis, el tequila, todos ellos sinónimos del predominio del hombre, que durante muchas décadas constituyeron la carta de presentación de la cinematografía mexicana. Es evidente que todavía, en muchas sociedades, las mujeres no alcanzan un lugar preponderante en la toma de decisiones y continúan relegadas en el ámbito político, bajo el mito del aparente desinterés de participar en el poder público. La ubicación tradicional de las mujeres en los espacios privados y domésticos, desvalorizados socialmente, ha obstaculizado su ingreso a las actividades en los espacios públicos. La política, como expresión paradigmática de dichos espacios, ha sido monopolizada por el sector masculino. Estos obstáculos han sido destacados en múltiples trabajos, en estudios, así como en los testimonios que recogen las vivencias y experiencias de las protagonistas. Al respecto cabe mencionar la tesis de grado de Georgette Schuessler (2023) “La Desigualdad de Género en México dentro del Entorno Sociopolítico en el periodo 2018-2022.”, donde se encuentra plasmado los avances que ha tenido el país azteca respecto a la desigualdad de género y se centra de manera muy específica en cómo ha evolucionado el rol de la mujer dentro de la política mexicana. Las redes sociales han desempeñado un papel de primer orden, permitiéndoles potenciar el poder en diversos ámbitos. Sin lugar a duda, es una práctica innovadora que resulta una alternativa viable para contribuir a modificar la situación de las mujeres que actúan en espacios públicos. Son instrumentos eficaces para iniciativas colectivas, para conjuntar y potenciar esfuerzos, visibilizar sus actuaciones y propuestas, circular información, además de apoyar el ejercicio del poder de las mujeres en el mundo político. De manera progresiva, la sociedad internacional ha visto el empoderamiento de las mujeres a partir de la segunda mitad del siglo XX, llevando a cabo responsabilidades políticas y/o técnicas en diversos ámbitos, y llegando a disputar posiciones que fueron durante mucho tiempo coto privado del sector masculino.   En el transcurso de la historia, un conjunto de mujeres debieron asumir responsabilidades, en situaciones controversiales, de Jefes de Estado o de Gobierno. El desempeño de Golda Meyer, Margaret Thatcher, Indira Gandhi y Corazón Aquino, por citar algunos ejemplos, han quedado para la posteridad.     También es significativo el hecho que países de mayoría musulmana han sido gobernados por insignes mujeres: la Primera Ministra pakistaní Benazir Bhutto (1988 – 1990) y (1993 – 1996), quien cursó estudios en las universidades de Oxford y Harvard. Khaled Zia Primera Ministra de Bangladesh (1991 – 1996) y (2001 – 2006). En 1991, Tansu Ciller Primera Ministra de Turquía (1993 – 1996) y Megawati Sukarnoputri Presidente de Indonesia (2001 – 2004). América Latina ha contado con un total de trece mujeres al frente de la primera magistratura, comenzando con la nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997) quien llegó al poder liderando la coalición Unión Nacional Opositora contra el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Daniel Ortega. También destacan, Michel Bachelet (2006-2010/2014-2018), Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), Dilma Rousseff (2011-2016), María Estela Martínez de Perón (1974-1976), y Xiomara Castro electa el año pasado. Jeanine Añez (2019-2020), actualmente detenida, asumió la presidencia de Bolivia de manera interina luego de la renuncia de Evo Morales (2019). Fue la segunda mujer que ejerció dicho cargo en Bolivia, después de Lidia Gueiler Tejada (1979-1980). México ha contado, en el transcurso de su historia, con 6 candidatas en distintas contiendas electorales: Rosario Ibarra de Piedra (1982 y 1988), Cecilia Soto y Marcela Lombardo (1994), Patricia Mercado (2006), Josefina Vázquez Mota (2012) y Margarita Zavala (2018). Ibarra de Piedra, Soto, Lombardo y Mercado se habían postulado con ideales de izquierda; mientras que Vázquez y Zavala representaban posiciones de derecha. Al analizar la situación actual, con miras a las elecciones del 2 de junio de 2024, tanto el partido oficial Morena, de Andrés Manuel López Obrador, como el Frente Amplio de México integrado por el Pan (Partido de Acción Nacional), el PRI y el PRD favorecieron las candidaturas de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez respectivamente. Esta escogencia significa, que salvo un hecho imprevisto, una mujer ocupará,  por primera vez, la Residencia Oficial de los Pinos en los 200 años de vida republicana mexicana. Sus orígenes son diametralmente opuestos. Sheinbaum nieta de judíos, de Ciudad de México, (24/07/1962), egresada de la UNAM con el título de física, y posteriormente el grado de ingeniería energética.