Visita del Canciller de Venezuela Ramón Escovar Salom a la Unión Soviética del 18 al 24 de diciembre de 1975

Por Hugo Álvarez Pífano La gira tuvo dos objetivos fundamentales: Hacer posible la visita del presidente Carlos Andrés Pérez a la URSS, la cual se encontraba empantanada y el segundo: Abrir una vía para la participación de Venezuela en la política de distensión que la Unión Soviética estaba llevando a cabo con el mundo occidental, en el marco de la doctrina de la coexistencia pacífica. ¿Cómo se lograron ambos objetivos? Lo explico a continuación.IConsideraciones preliminares1.- ¿Por qué se encontraba colgada a medias la visita del presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, a la Unión Soviética?Para el momento de la visita de Carlos Andrés Pérez a la URSS (1976), existía en ese país una estructura de gobierno a la cual se le denominaba troika o “dirección colegiada” del poder soviético. La troika estaba integrada por los tres más altos funcionarios de la Unión Soviética, a saber: Nikolái Podgorny presidente del Presídium del Soviet Supremo (1965 a 1977) cargo equivalente al de Jefe de Estado de la URSS, posición que compartía “primus inter pares” con Leonid Brézhnev, Secretario General del Partido Comunista, el hombre fuerte de la Unión Soviética, “el amo del poder” como se suele decir y con Alekséi Kosiguin -un funcionario de gran capacidad de trabajo y organización, a quien sus colaboradores y camaradas reconocían como el más eficiente de todos- Presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética.Esto significaba en relación con la visita de Pérez, que la contraparte del Presidente de Venezuela era el Presidente de la URSS Nikolái Podgorny, así mismo para la ocasión, el presidente del Consejo de Ministros Alekséi Kosiguin, tendría con el presidente de Venezuela una reunión de trabajo, ambos acompañados de sus respectivos equipos, pero Leonid Brézhnev “el amo del poder” como lo hemos llamado, no tenía nada que ver con esta visita, conforme al protocolo de la URSS Brézhnev solo atendía personalmente a los Jefes de Estado que eran al mismo tiempo Secretarios generales del partido comunista en sus respectivos países, como Erich Honecker de Alemania Oriental, Nicolae Ceaușescu de Rumania, Enver Halil Hoxha de Albania, Tódor Jrístov Zhívkov de Bulgaria y Władysław Gomułka de Polonia, tan solo para citar algunos ejemplos. Sobre el respeto a esta norma protocolar no había excepciones.Para Pérez una visita oficial a la Unión Soviética sin un encuentro con Brézhnev para conversar sobre el escenario del mundo político, no tenía ningún sentido. En estas circunstancias, menuda tarea diplomática que debía lograr Ramón Escovar Salom: Hacer que Brézhnev hiciera una excepción, recibir en audiencia a Carlos Andrés Pérez, perseguidor implacable de los comunistas en Venezuela durante el gobierno de Rómulo Betancourt. Algo verdaderamente inverosímil o para decir lo menos, inaudito.2.- La política de “distensión” de Brézhnev y su contradicción frente a los países que defendían la vigencia de los derechos humanos.La política exterior de la época de Leonid Brézhnev hizo uso, hasta más no poder, del término “distensión”. La distensión se tradujo en una serie de iniciativas para mejorar las relaciones con el mundo occidental, en especial, con los Estados Unidos de América. Venezuela también entró con gran interés de la URSS en su política de distensión. En este contexto se puede ubicar la visita de Carlos Andrés Pérez. También en este tema de la distensión había objeciones vinculadas a la defensa de los derechos humanos: Intelectuales soviéticos disidentes de fama internacional como el físico Andréi Sájarov y el escritor Alexandr Solzhenitsyn sufrieron graves violaciones a sus derechos individuales. En 1980 Sájarov fue desterrado a la ciudad de Gorki y Solzhenitsyn fue privado de la ciudadanía soviética y desterrado en 1974. Como si fuera poco, había mucho descontento de las autoridades soviéticas hacia el embajador de Venezuela, Regulo Burelli Rivas, a quien acusaban de prestar ayuda a los disidentes soviéticos: A los artistas plásticos les compraba sus obras, a los escritores le llevaba en valija diplomática sus escritos a Viena y a los músicos les prestaba ayuda económica. Esta era también una difícil misión que el Canciller Escovar debía llevar a cabo y que exigía gran tacto diplomático: Cómo mantener un equilibrio sustentable entre un país democrático como era Venezuela y que, además se presentaba como defensor de los derechos humanos, frente a una potencia imperialista avasalladora de los derechos humanos y protagonista de acciones de desprecio hacia los mismos, como ocurría con la Unión Soviética. Misión esta también muy difícil.IIVisita del Canciller Escovar Salom a la URSS1.- Delegaciones de ambos países. Ceremonial protocolar en el aeropuerto de Moscú.1, A.- La delegación de Venezuela estaba integrada por Ramón Escovar Salom, Canciller de Venezuela, su señora esposa Carmen Delia León de Escovar y su hija María Gabriela Escovar León; Hugo Alvarez Pifano, director de gabinete del Canciller de Venezuela; Pedro José Castillo, Coordinador General; Rubén Franco Guzmán, jefe de logística y Olga Messuti, secretaria de la delegación.En el aeropuerto de Moscú el 18 de diciembre de 1975 lo esperaba Andréi Gromyko, el legendario Canciller de la Unión Soviética por más de 25 años, conocido por impulsar acciones de distensión en el marco de la doctrina de la coexistencia pacífica entre regímenes comunistas y capitalistas, su cónyuge Lydia Gromyko y su hija Emilia Andreevna Gromyko, un agregado civil, un agregado militar y numeroso personal de la cancillería soviética. Por supuesto, el embajador de Venezuela Regulo Burelli Rivas y el personal diplomático de la embajada. 1, B.- Después de la ceremonia protocolar: Himnos Nacionales, alfombras rojas, ramos de flores y un oportuno piscolabis, fuimos trasladados a un pequeño palacio imperial símbolo de la aristocracia zarista, con un bellísimo jardín estilo italiano de grandes arboledas e intrincados laberintos de setos y tejo. A cada miembro de la delegación le fue asignada una habitación muy bien equipada y de refinado lujo, con servicio personalizado de transporte, camareros, comida y todo tipo de bebidas, durante las 24 horas. Como hecho anecdótico, a Olguita Messuti le dieron la habitación de una niña de corta edad y tuvo que dormir en una hermosa cuna, confortable y de grandes proporciones: una cuna de princesa. Jamás