Hugo Alvarez Pifano

El tambor de damasco

  Hace pocos días murió un notable músico venezolano: Juan Carlos Núñez, compositor, director de orquesta y docente universitario. Para mí, siempre lo he considerado como el más original y con una personalidad musical muy propia, entre todos los compositores venezolanos. Para hacer esta afirmación hago un bosquejo de su obra más importante: El tambor de damasco, ópera que nos agarra de la mano y nos conduce a un viaje al misterioso universo del antiguo teatro Noh del Japón. Dicho sea de paso, esta es también una de las más importantes óperas escritas en Venezuela. Sin pérdida de tiempo, explico a continuación lo dicho en precedencia. El damasco es una tela de seda o lana que forma dibujos muy bellos. Cuando un tambor se hace de damasco, se crea una pieza de ornato, atractiva para la contemplación, pero evidentemente carece de sonido. Un tambor de esta suerte es solamente un regalo para los ojos. Si queremos que un tambor suene debemos hacerlo de cuero. ¡Y como suena un tambor de cuero cuando le damos! En este mismo orden de ideas, en Venezuela existe un dicho popular: “Yo me quedo con mi cuero”. Con esto se alude a la existencia de mujeres que, si bien no tienen la belleza del damasco, la suavidad de la seda o la tibieza de la lana, poseen una capacidad de amar tan intensa que vibran como el cuero de un tambor, bien centrado y templado para su percusión. La ópera El Tambor de Damasco de Juan Carlos Núñez se mueve en torno a esta filosofía, tan simple y tan profunda al mismo tiempo. Es una historia de engaños y de amores imposibles, expresada en un lenguaje simbólico. Una mujer que ha perdido su capacidad de amar y de experimentar emociones y por esta razón -el engaño- no escucha el sonido de un tambor de damasco, que le toca el espíritu de un enamorado que se suicidó por ella y al tener un nuevo desengaño -el amor imposible de quien no escucha su tambor- se desvanece para siempre. Esta ópera está basada en un cuento del escritor japonés Yukio Mishima, el mismo hombre que en el mes de noviembre de 1970, después de tomar un cuartel, declaró ante todos los soldados “su oposición a la paz, a la prohibición de la guerra y al cese del servicio militar” y al no conseguir a otra persona que compartiera con él estos mismos criterios, frente a todos se hizo el harakiri y ahí quedo, contemplando sus propios intestinos empapados en un charco de sangre.  Juan Carlos Núñez es un talentoso compositor que tiene una personalidad musical muy propia. Bastante joven tuvo el mérito de separarse de los criterios de Vicente Emilio Sojo, quien pensaba que solo era posible componer música venezolana utilizando elementos del folclore y los motivos musicales de la amplia geografía venezolana. Núñez, a través de un lenguaje universal, también escribe una nueva música de Venezuela. Sus planteamientos estéticos son los de un compositor moderno, pero el tratamiento que da a la orquesta, el uso que hace de los instrumentos y su discurso musical son generalmente tradicionales. Ahora bien, la ópera que nos ocupa no es precisamente una de sus creaciones que se pueda ubicar dentro de estas características, sino más bien un viaje, por llamarlo así, al misterioso universo del antiguo teatro Noh y al mismo tiempo, un intento de adentrarse en un mundo muy extraño como es el de Yukio Mishima. El Tambor de Damasco presentada en estreno mundial por el Ateneo de Caracas, en su IX Temporada de Ópera Breve, es una obra que busca con todas sus fuerzas ser poética, antes que dramática. Se percibe en el compositor una mentalidad calculadora en la persecución de efectos que produzcan en el oyente un impacto emocional. La ópera tiene un solo personaje con voz masculina, el barítono Pedro Carrillo quien interpreta a Iwakich; el resto son seis voces femeninas, la soprano Sara Catarine (Hanako Tsukioka); la mezzo Amelia Salazar (Kayoko); la soprano Florentina Adam (Fujima); la mezzo Inés Feo La Cruz (Toyama); la soprano Katiuska Rodríguez (Kanako); y, la soprano Laura Bianco (Madame). El canto de todos estos personajes es muy declamado y se alterna entre la melodía apenas perceptible y el discurso entonado. También, de pronto aparece un trozo cantado que resulta muy agradable y entonces, nos damos cuenta que la técnica del bel canto también es aplicable a esta ópera, pero a los cantantes no se les permite, en ningún momento, entrometerse en el lirismo. Con esto, percibimos también la incapacidad de la armonía para sustituir a la melodía, que constituye la columna vertebral de toda ópera.  En otro orden de ideas, Juan Carlos Núñez es un compositor que no tiene en cuenta el requisito básico de la ópera, que es el aria y cuando esto sucede, se hace pródigo en el comentario orquestal y en la producción de efectos instrumentales, que sustituyen la comunicación de sentimientos y la expresión emocional de los cantantes. Lo más cercano que estuvimos de escuchar un aria, fue en la interpretación del recitativo final de Sara Catarine, lo cual hizo con verdadera elocuencia y mostrando la importancia de su espléndida voz de soprano lírico spinto. La Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas bajo la conducción de su director titular Rodolfo Saglimbeni viene de interpretar los boleros de Billo Frómeta, en esa especie de fábrica de nostalgias en que han transformado al glorioso Teatro Municipal. Nos contentamos que los profesores de la orquesta hayan tenido en el Ateneo la oportunidad de demostrar su jerarquía y valor intelectual, ejecutando con maestría una música de inventiva y vuelos auténticos, pero sumamente complicada, en la que su armazón y distribución de los tiempos esta erizada de escollos y dificultades. Enhorabuena, maestro Saglimbeni por su sabia conducción de esta magnífica orquesta. Orlando Arocha es un director con un gran sentido de la escena y su trabajo en esta ópera es un buen ejemplo de teatro imaginativo, que captura inmediatamente la atención

El bautizo de un libro singular

Doctor Víctor Luis Granadillo C. Tratado Elemental de Derecho Civil Venezolano. Imprenta Oficial del Estado. San Felipe, Estado Yaracuy, Venezuela, 1950 (Primera Edición). Por  Hugo Álvarez Pifano                                                                               I                                                          CONSIDERACIONES GENERALES 1.- Carencia de textos de estudios venezolanos en las universidades del país. A los inicios de la década de los años cincuenta del siglo pasado, eran muy pocos los profesores de derecho de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad de los Andes de Mérida (las más prestigiosas universidades en aquellos tiempos) que tuvieran un texto de estudio relacionado con la materia sobre la cual impartían catedra. Dicho sea de paso, esta es una carencia que todavía se prolonga con creces hasta nuestros días, por esta razón despierta a la curiosidad que un jurista yaracuyano inmerso en la soledad, descuido y olvido de la provincia venezolana, haya tratado de hacer escuchar su voz al publicar un manual de enseñanza, un texto de estudio dirigido a estudiantes y a profesores universitarios, del mismo modo, un libro de consulta para los abogados en ejercicio. 2.- Indiferencia hacia un meritorio texto de estudio. El “nuevo ideal nacional” del coronel Marcos Pérez Jiménez.  Pero ocurre, que a este libro ni los unos ni los otros lo tuvieron en mientes para la docencia o el ejercicio de su profesión, como se suele decir en lenguaje campechano no le pararon bolas: no tuvo comentarios positivos ni negativos, los profesores no lo recomendaban a sus estudiantes y menos aún los abogados en ejercicio lo citaban como opinión valida de un jurisconsulto, simplemente fue ignorado como un grano más de arena en la inmensidad del desierto del Sahara. Para esa época los abogados de renombre no escribían manuales de estudio ni textos universitarios, eso no les interesaba, estaban muy ocupados en cimentar las bases jurídicas del “nuevo ideal nacional” el eslogan del coronel Marcos Pérez Jiménez para ideologizar los comienzos de una férrea y larga dictadura. La actividad jurídica entendida de ese modo, en aquellos aciagos días, producía mucho dinero y de eso se trataba para los abogados: crear dinero rápido para el enriquecimiento ¿Qué sentido tenía escribir manuales de estudio? Eso no producía dinero. 3.- Bautizo del libro: parafernalia y peripecias.  El otro aspecto de la publicación de este libro es el que tiene que ver con su bautizo y este acontecimiento nos lleva a pensar que el doctor Víctor Luis Granadillo, al parecer no andaba muy bien de sus entendederas, como solía decir Cervantes -el máximo escritor clásico de las letras españolas- al referirse al Quijote. Esto lo observamos por el modo que escogió para bautizar su libro y que constituye el objeto de la presente crónica.                                                                                   II  EL ENTORNO CULTURAL EN EL PEQUEÑO MUNDO DEL YARACUY EN LOS AÑOS CINCUENTA 1.- Introducción del primer protagonista de esta reláfica. En la década de los años 50 se encontraban en las tiendas que vendían artículos para bromas, unas ampollas de vidrio llamadas “peo liquido” las cuales contenían una sustancia fétida, que combinaba en forma admirable la hediondez intensa de las aguas negras, el asfixiante hedor cadavérico de la carne podrida y el insoportable y penetrante olor nauseabundo de los gases que desprenden las fermentaciones intestinales de los seres vivos. Pero lo más terrible, digno de una pesadilla dantesca, era el efecto sicológico que producía el “peo liquido” en la mente de sus víctimas: las personas que inhalaban sus emanaciones mefíticas, creían que se trataba realmente de la expulsión de gases de un ser humano. Pensaban que nadie, por enfermo de gravedad que estuviese, podía incubar algo tan hediondo, nauseabundo y tóxico para la salud. Entonces el pánico se apoderaba de las gentes, todo el mundo no pensaba otra cosa que correr para liberarse de esa peste, del flagelo de una grave enfermedad. Hoy en día, que todos saben que no es otra cosa que una sustancia química, nadie le hace caso, pero en esa época en que la gente creía que se trataba de un genuino pedo, el efecto era demoledor: trancar la respiración y desaparecer del lugar contaminado. A este punto debo decir, que cuando mi primo Carmelo Pifano viajaba a Caracas traía una provisión de “peos líquidos” calculada estratégicamente para hacer desaparecer a la entera población de San Felipe, en una veloz estampida, de salto rápido y no parar jamás, hasta llegar a un lugar confiable y seguro como la montaña de Sorte, en los predios de la Reina María Lionza, donde se respira un aire puro que hace bien por igual a los vivos y a los muertos. 2.- Introducción del segundo protagonista. Hecha de este modo la presentación del primer protagonista de esta reláfica, me resta ahora introducir al segundo: el doctor Víctor Luis Granadillo C. nativo de Nirgua -que en tiempos de la Colonia se llamó “Nuestra Señora de las Victorias del Prado de Talavera” un nombre que, como todo el mundo mágico del viejo Yaracuy, envuelve un fino y noble sentido de hermosa poesía- era hijo de un pequeño empresario local que fundó en San Felipe la primera fábrica de hielo, en esta empresa de su padre él tuvo que aprender a reparar los refrigeradores porque en el Yaracuy no había técnicos que pudieran hacerlo, se traían de Puerto Cabello o Barquisimeto. Hasta el día en que se graduó de abogado en la UCV, Víctor Luis -inteligente y emprendedor- reparó neveras, cavas, aparatos de aire acondicionado, etc.  Fue profesor de francés, lo que le valió el remoquete de “mesié Granadillo” A inicios de la década de los 50, escribió en primera edición una obra de 2 volúmenes, a la que llamó “Tratado Elemental de Derecho Civil Venezolano”, el volumen primero se imprimió en la “Imprenta Oficial del Estado Yaracuy” en una vieja máquina de linotipo, manejada con mucha maña por Caracciolo Castillo, conocido con el apodo de “mosquito de piña” Cuando tuvo el primer ejemplar en su mano, calientito como arepa salida del budare, se dispuso a bautizarlo. Ahora bien, con una cabeza redonda y calva, bien provista de

La Corte Internacional de Justicia, una trampa armada contra Venezuela

Por Hugo Álvarez Pífano Por qué Guyana siempre ha querido llevar a Venezuela ante la Corte Internacional de Justicia, mientras que Venezuela en todo momento, se ha negado a comparecer ante esta Corte, jamás ha reconocido su jurisdicción obligatoria y siempre se ha mantenido apegada al acuerdo de Ginebra. De seguidas lo explico y aclaro también porque hemos considerado a esta Corte como una trampa armada contra Venezuela. ILa Corte Internacional de Justicia y sus violaciones al derecho procesal a daño de Venezuela1.- Para que la Corte Internacional de Justicia pueda decidir el fondo de un asunto, sobre la base de su sistema de “jurisdicción obligatoria” tiene que cumplirse con un principio o requisito imprescindible, que forma parte de dicho sistema: Los Estados partes en una controversia, deben hacer una declaración de aceptación de la mencionada jurisdicción (criterio de «mutualidad»). Es indispensable que en virtud de tales declaraciones reconozcan la “jurisdicción obligatoria” para la controversia concreta de que se trate, es decir que hayan aceptado el uno para con el otro, la misma obligación jurisdiccional de someter dicha controversia a la Corte (criterio de «reciprocidad»). Solamente en la medida en que la controversia quede subsumida en la jurisdicción obligatoria, aceptada o reconocida por ambos Estados, esto es que entre en el área en que el consentimiento del uno y del otro Estado a la jurisdicción se superpongan o coincidan, tendrá la Corte competencia para decidir el asunto. VENEZUELA NUNCA JAMAS HA HECHO UNA DECLARACIÓN DE ACEPTACIÓN DE LA JURISDICCIÓN OBLIGATORIA DE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA.2.- En el párrafo anterior hemos mencionado dos términos propios del derecho procesal: mutualidad y reciprocidad, que evocan un principio básico del derecho procesal, la igualdad procesal e igualdad en todas las etapas del proceso, conforme a la práctica y procedimientos seguidos por la Corte Internacional de Justicia. La igualdad es un concepto que se relaciona con la posición que los Estados partes de una controversia mantienen ante la CIJ, con los derechos y obligaciones que les corresponden ante dicha Corte. Principios de justicia, ordenadores de los procesos judiciales contenciosos que se llevan ante la Corte imponen esta igualdad procesal, magnificados por el hecho de que se trata de Estados soberanos, quienes son los protagonistas de la causa. En estas circunstancias, pretender que Guyana pueda llevar a Venezuela ante la CIJ, como si se tratara de una controversia de orden civil por la posesión de un terreno, es un acto que viola los principios de mutualidad, reciprocidad e igualdad procesal de estados soberanos, un hecho jurídico violatorio de la práctica y procedimientos de la CIJ, sin precedentes en su jurisprudencia. Por estos dos órdenes de razones, me sea consentido decir: A la Corte internacional de Justicia la han montado como una trampa-jaula en la que han metido a Venezuela.3.- En esta misma secuencia de ideas, en los procesos contenciosos que se siguen ante la Corte, tienen suma importancia las limitaciones que acompañan las declaraciones de aceptación de la jurisdicción obligatoria, siempre que sean aplicables. Cuando las declaraciones contengan estipulaciones que constituyan auténticas «reservas», y no meras condiciones a la vigencia de la declaración como instrumento, dichas estipulaciones condicionan la «jurisdicción obligatoria» que la Corte puede ejercer en el caso. En consecuencia, la Corte se verá obligada a dar efecto a tales «reservas» aunque ello pueda conducir a una constatación de incompetencia para decidir el fondo del asunto. Esto quiere decir, que en el sistema de jurisdicción obligatoria el consentimiento de los Estados es necesario y tiene siempre que respetarse el alcance con que haya realmente sido dado. El consentimiento y las reservas son imprescindibles en el sistema de jurisdicción obligatorio de la Corte.4.- Ahora bien, al aceptar Guyana la jurisdicción obligatoria de la Corte, ha formulado sus reservas, que la Corte está obligada a respetar, siempre y cuando estas sean pertinentes. Desde el momento en que Venezuela no ha hecho declaración alguna de aceptación de la jurisdicción obligatoria de la Corte, al parecer tampoco ha hecho reservas, esto coloca a dos Estados soberanos en una posición de desigualdad procesal ante la Corte y me permite hacer un símil: La CIJ se ha montado como un embudo, en el cual su parte ancha corresponde a Guyana y el tubito pequeño a Venezuela. La CIJ puede decidir a su antojo y sin limitaciones, sobre cualquier asunto que afecte los intereses vitales de Venezuela -tan solo para citar un ejemplo, delimitación de espacios marítimos, cuando esta delimitación deben hacerla Guyana y Venezuela directamente- por esta razón volvemos al argumento de la CIJ como una trampa-jaula en que han metido a Venezuela. IILa Corte Internacional de Justicia o el Acuerdo de Ginebra1.- Por qué Guyana siempre ha querido llevar a Venezuela ante la Corte Internacional de Justicia, mientras que Venezuela en la historia de su diplomacia, siempre se ha negado a comparecer ante la Corte, jamás ha reconocido su jurisdicción obligatoria y en todo momento se ha mantenido apegada al acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966. Lo explico de seguidas: Porque Guyana ante la Corte no tiene nada o muy poco que perder, mientras que Venezuela lo puede perder todo. Me extiendo en estas consideraciones a continuación.2.- El único título válido que Guyana tiene para considerar al territorio Esequibo como un territorio que le pertenece es el “Laudo sobre la cuestión de límites con la Guayana inglesa” París, 3 de octubre de 1899. Venezuela en todo momento, desde siempre, hablando con rigor jurídico, ha considerado esta sentencia como un acto viciado de nulidad o como dicen muchos juristas más apegados a la tradición un acto nulo. Gran Bretaña y Guyana preguntan ¿Por qué es una sentencia viciada de nulidad o un acto nulo? Venezuela responde: Porque es un acto írrito, esto significa que fue un laudo dictado violando las reglas con que se constituyó el tribunal arbitral, establecidas en el “Tratado de Arbitramento sobre Limites con la Guayana Británica” Washington, 2 de febrero de 1897.3.- Sobre este nefando tratado se pueden decir muchas cosas acerca

Rafael León Morales, monarca del trincherazo

Por Hugo Álvarez Pífano El embajador venezolano Rafael León Morales, compartió con el matador de toros mexicano Silverio Pérez, el cognomento de “Monarca del trincherazo” Obviamente ambos recibieron este calificativo por razones diversas: Silverio Pérez fue un torero “torerazo” con pasodoble propio y un sinfín de corridas;  Rafael León Morales, un embajador con expediente de poca monta y más  aún jamás se acercó a un toro de lidia, pero hizo historia en la Cancillería de Venezuela con la interpretación magistral de esta difícil suerte del toreo. ¿Cómo lo hizo?                                                                                   I  ¿Por qué era llamado Rafael León Morales “Monarca del trincherazo” igual que el matador mexicano Silverio Pérez? El trincherazo es una suerte de la “fiesta brava” que se ejecuta con la mano derecha, la pierna de salida avanzada y con un muletazo de sometimiento que obliga al toro a bajar la cabeza casi hasta tocar el suelo. El nombre viene dado porque el matador cita al toro salvaguardado y protegido por la muleta, que oculta su cuerpo a la vista del toro como una trinchera.  En ese momento el animal tiene que abrir mucho las piernas traseras para tomar impulso, de manera que cuando el diestro lleva su muleta en alto y el toro embiste hacia arriba, logran cuajar una figura de gran belleza plástica. Cuando el trincherazo es interpretado de manera magistral, puede llegar a ocupar hasta las primeras páginas y los titulares de crónicas taurinas en los diarios de España, como fue el caso de Curro Díaz en abril de 2017 en la plaza de toros de Las Ventas o Morante de la Puebla en el coso taurino de Palacio de Vistalegre. A lo largo de la historia los intérpretes magistrales de esta suerte han sido Domingo Ortega y el matador mexicano Silverio Pérez, quien fue conocido y así lo canta su pasodoble como: “Monarca del trincherazo” Ahora bien, Silverio Pérez y Rafael León Morales compartieron el calificativo de “Monarcas del trincherazo” obviamente por razones diversas: El primero por ser un ejecutor magistral de esta suerte, el segundo por colocar a las aspirantes a ocupar cargos diplomáticos en las más deslumbrantes ciudades de todo el mundo, en la misma posición que el toro del trincherazo:  Elevación trasera ampulosa y piernas abiertas promitentes, para que el embajador  -al igual que los grandes matadores especializados en esta suerte- pudiera realizar su faena de consagrado ejecutor de estocadas y hurgonazos a las secretarias de embajadas, a las que enviaba después, a satisfacción cumplida, a los mejores destinos diplomáticos. II De dónde salió León Morales y cuál fue su poder en la Cancillería venezolana Cuando el Canciller Arístides Calvani inicio su gestión en el primer gobierno del presidente Rafael Caldera, notó al momento, que un ochenta y cinco por ciento de las solicitudes de audiencia eran para tratar asuntos que se conocen hoy en día como administración de recursos humanos, esto es gerencia de personal. Por ejemplo, el embajador de Venezuela en Turquía tiene seis años en este cargo y quiere ser trasladado a otro país; el general tachirense Jairo Cárdenas Chacón, tiene una hija que desea ser diplomática en un país europeo, tiene estudios universitarios, pero no quiere hacer concurso y pare de contar, pues los tópicos son inagotables, uno más: La esposa de un cónsul sufre artritis deformante de sus manos y el único lugar donde tiene un tratamiento médico adecuado es en Amberes, el Cónsul ruega: Por favor no puedo ser trasladado a otro lugar, pues mi mujer va a languidecer. A este punto es necesario decir que el Canciller Calvani fue un hombre de fuertes convicciones católicas, excelente preparación académica, vocación de servicio y determinación para ocuparse de las líneas gruesas de la política internacional y para moverse con soltura en los grandes escenarios donde se requería la presencia de Venezuela como un gran país de orientación democrática y liderazgo en América latina. Como político indicó con su conducta y su forma de vivir, que las actividades comunes y la vida de todos los días, son un camino para hacer el bien en beneficio de la humanidad. Arístides Calvani comprendió en seguida que él no podía dedicar un ochenta y cinco por ciento de sus actividades a la solución de este tipo de problemas, necesitaba alguien que se dedicara a esto a tiempo completo, le prestara ayuda y conociera a fondo la Cancillería venezolana, para saber si todas estas historias eran verdad o subterfugios. La selección de la persona apropiada para estas tareas recayó en Rafael León Morales, ministro consejero en República Dominicana, activista copeyano del grupo de Luis Herrera Campins, no tenía estudios universitarios ni destreza en el manejo de lenguas. A tal efecto, fue ascendido a embajador y nombrado asesor del ministro de relaciones exteriores, dependía solamente del Canciller, por encima del jefe de personal y todos los otros directores de la Cancillería. Al montar esta estructura de poder el Canciller Calvani ignoraba que Rafael León Morales era poseedor de un hervidero de instintos sexuales que regurgitaban muy a flor de piel, tan solo comparable en el mundo moderno, con el célebre primer ministro italiano Silvio Berlusconi, quien le quedaba pequeño. Rafael León Morales (a quien sus correligionarios del grupo de Luis Herrera Campins llamaban “el turco” por su aspecto físico y por su estilo de vida muy similar al de los mamelucos del imperio otomano) se hizo presente en la cancillería venezolana con la llamada “política del colchón” por la cual toda secretaria de embajada o consulado que pretendiera tener un destino de ensueño, debía aprestarse con él para ejecutar la suerte taurina del trincherazo. Esta política le dio muy buenos resultados, por dos órdenes de razones: La cancillería venezolana tenía las mujeres más bellas, hasta reinas de belleza y muchas de ellas -no todas por supuesto- estaban dispuestas a agenciarse un destino diplomático en una deslumbrante ciudad, con tan solo ejecutar uno o dos trincherazos, pocas veces el matador León Morales salía para un tercero y para el quinto menos, aun cuando existe

Ernesto, el hombre que calculaba

Por Hugo Álvarez Pífano A menudo, el estatus social de una persona viene determinado desde su nacimiento por factores como su riqueza, religión, la raza o clase social a la que pertenezca su familia, pero también es cierto que, en los países de un adecuado nivel de desarrollo, los individuos pueden alcanzar una mejor posición social por méritos propios, a través de logros realizados mediante un alto nivel educativo. En otro orden de ideas, como alguien ha señalado con sobrada razón: necesitamos más arte, cultura y música en las escuelas. No para sacar más artistas, sino para formar mejores seres humanos.                                                                               I                      ERNESTO UN MUCHACHO BIEN DOTADO QUE NO RECIBIO EDUCACIÓN Para el momento en que Ernesto abrió sus profundos y oscuros ojos a un nuevo amanecer en San Felipe, se escuchaba a menudo en todos los pueblos del Yaracuy, una celebre conga cubana que decía en su estribillo: “uno, dos y tres, el paso más chévere, el paso más chévere, el de mi conga es”; y repetía hasta el infinito el mismo ritornelo. Esta sabrosa conga poseía la virtud de ser capaz de poner a bailar a un muerto y hasta a uno de esos monjes tibetanos que durante milenios se dedicaron a la contemplación en sus monasterios y a la visión inmóvil a través del “tercer ojo” (me siento obligado en aclarar a mis lectores que el tercer ojo tibetano se encuentra en la frente, en otras culturas -en especial latinoamericanas-  se localiza en la parte inferior del organismo) Entonces ocurrió algo insólito y sorprendente: la conga no puso a bailar a Ernesto en su cuna, sino que lo enseñó a contar, uno, dos y tres. De este modo sus primeras palabras no fueron mamá o papá, como otros niños, se escuchó más bien uno, dos y tres. En pocos días aprendió a contar hasta tres, en meses se extendió a diez, más adelante llegó a cien y posteriormente elevó sus guarismos a mil y hasta a millones. Ernestico, como también le decían, era llamado a las plazas públicas, bares y ventorrillos de comida callejera, para que realizara sus malabarismos numéricos: sumas muy difíciles, divisiones enrevesadas, reglas de tres en que hacendosos sastres cortaban piezas de telas en complicados horarios en interminables días, quebrados y decimales que se resistían a ser transformados en números enteros. En fin, todo tipo de dificultades y trampas matemáticas que Ernestico resolvía exitosamente. Pero todo se quedó allí, como una constante mecedora, siempre en movimiento, pero que no avanzaba ni para adelante ni hacia atrás, hasta el día en que Ernesto se consumió poco a poco en silencio, en una Venezuela pobre y olvidada en la que nunca tuvo la oportunidad de estudiar y desarrollar los dones que Dios le había dado.                                                                                    II UNA OBSERVACIÓN Y EL NOMBRE DE CUATRO UNIVERSIDADES DE UN ALTO NIVEL ACADEMICO 1.- ¿Por qué debemos estudiar? Con los estudios logras adquirir nuevos conocimientos y habilidades, así mismo éstos te ayudan a desarrollar tu potencial, dotar de amplitud a tus horizontes y alcanzar tus metas personales y profesionales, en pocas palabras: el estudio contribuye a tu crecimiento material y espiritual.  En efecto, la educación universitaria permite adquirir diversas ventajas en la inserción laboral y la trayectoria profesional, asociada a una mayor probabilidad de empleo o una mejor retribución salarial. Esos efectos positivos permiten considerar a la educación universitaria como un factor de promoción social de sus beneficiarios. No obstante, en algunos países las Universidades de élite son un factor para la consolidación de clases económicas dominantes. En estos casos no hay movilidad social alguna.                                                                                                                       1, a.- Cambridge y Oxford. Torino y Florencia Cuando tomamos conciencia en forma responsable, del valor y el mérito que se atribuye a los títulos de estudio, emitidos por las universidades conceptuadas como las de mayor nivel académico del mundo, fijamos la atención en dos “top universities” del Reino Unido de Gran Bretaña, como son Cambridge y Oxford. Luego en un nivel totalmente diverso, pero también elevado, a dos universidades públicas italianas: la de Torino (UNITO) y la de Florencia, ambas famosas en campos diversos: la primera en ciencias y tecnología, al punto de que tres de sus egresados han recibido el Premio Nobel de Medicina; la otra en la diplomacia, pues es la sede de la Escuela de Ciencias Políticas Cesare Alfiere, en honor al diplomático italiano que fue su fundador en 1873. Esta universidad tiene también presencia en las artes con una escuela de arquitectura que goza de gran prestigio en Europa, desde los aires de renovación artística cercanos al Renacimiento. 1, b.- Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad de los Andes (ULA).  Después fijemos la mirada en dos de las universidades públicas de Venezuela, la Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad de Los Andes en Mérida (ULA). La primera posee una escuela de Estudios Internacionales de donde han egresado más de 3.000 profesionales con el título académico de Licenciado en Estudios Internacionales y con este requisito básico son admitidos como miembros en el Colegio de Internacionalistas de Venezuela (CODEIV). Hacemos mención especial a estas dos instituciones porque ellas constituyeron la columna vertebral de la Cancillería venezolana en los tiempos de la democracia (1958-1998) y siempre muchos miembros de ese honorable Colegio hemos sostenido la idea de que, en una futura reestructuración de la Cancillería, esta debe hacerse a partir de estas dos instituciones. Por supuesto, siempre estarán presentes como embajadores los políticos y los militares, pues somos un país que mantiene esta tradición contraria a la profesionalización del servicio exterior y a una diplomacia de carrera. Alguien me dirá que todos los países democráticos cuentan con políticos, militares y miembros de familias acaudaladas que son embajadores. Sí, esto es cierto, pero en una proporción muy baja. En Venezuela ocurre todo lo contrario. Pero no somos ingenuos, como decía un presidente –de infausta recordación- de la Comisión de Política Exterior del Congreso de la República, por cierto muy amante de engavetar los nombramientos de diplomáticos de carrera, Rubén Carpio Castillo, senador de AD por

Visita del Canciller de Venezuela Ramón Escovar Salom a la Unión Soviética del 18 al 24 de diciembre de 1975

Por Hugo Álvarez Pífano La gira tuvo dos objetivos fundamentales: Hacer posible la visita del presidente Carlos Andrés Pérez a la URSS, la cual se encontraba empantanada y el segundo: Abrir una vía para la participación de Venezuela en la política de distensión que la Unión Soviética estaba llevando a cabo con el mundo occidental, en el marco de la doctrina de la coexistencia pacífica. ¿Cómo se lograron ambos objetivos? Lo explico a continuación.IConsideraciones preliminares1.- ¿Por qué se encontraba colgada a medias la visita del presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, a la Unión Soviética?Para el momento de la visita de Carlos Andrés Pérez a la URSS (1976), existía en ese país una estructura de gobierno a la cual se le denominaba troika o “dirección colegiada” del poder soviético. La troika estaba integrada por los tres más altos funcionarios de la Unión Soviética, a saber: Nikolái Podgorny presidente del Presídium del Soviet Supremo (1965 a 1977) cargo equivalente al de Jefe de Estado de la URSS, posición que compartía “primus inter pares” con Leonid Brézhnev, Secretario General del Partido Comunista, el hombre fuerte de la Unión Soviética, “el amo del poder” como se suele decir y con Alekséi Kosiguin -un funcionario de gran capacidad de trabajo y organización, a quien sus colaboradores y camaradas reconocían como el más eficiente de todos- Presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética.Esto significaba en relación con la visita de Pérez, que la contraparte del Presidente de Venezuela era el Presidente de la URSS Nikolái Podgorny, así mismo para la ocasión, el presidente del Consejo de Ministros Alekséi Kosiguin, tendría con el presidente de Venezuela una reunión de trabajo, ambos acompañados de sus respectivos equipos, pero Leonid Brézhnev “el amo del poder” como lo hemos llamado, no tenía nada que ver con esta visita, conforme al protocolo de la URSS Brézhnev solo atendía personalmente a los Jefes de Estado que eran al mismo tiempo Secretarios generales del partido comunista en sus respectivos países, como Erich Honecker de Alemania Oriental, Nicolae Ceaușescu de Rumania, Enver Halil Hoxha de Albania, Tódor Jrístov Zhívkov de Bulgaria y Władysław Gomułka de Polonia, tan solo para citar algunos ejemplos. Sobre el respeto a esta norma protocolar no había excepciones.Para Pérez una visita oficial a la Unión Soviética sin un encuentro con Brézhnev para conversar sobre el escenario del mundo político, no tenía ningún sentido. En estas circunstancias, menuda tarea diplomática que debía lograr Ramón Escovar Salom: Hacer que Brézhnev hiciera una excepción, recibir en audiencia a Carlos Andrés Pérez, perseguidor implacable de los comunistas en Venezuela durante el gobierno de Rómulo Betancourt. Algo verdaderamente inverosímil o para decir lo menos, inaudito.2.- La política de “distensión” de Brézhnev y su contradicción frente a los países que defendían la vigencia de los derechos humanos.La política exterior de la época de Leonid Brézhnev hizo uso, hasta más no poder, del término “distensión”. La distensión se tradujo en una serie de iniciativas para mejorar las relaciones con el mundo occidental, en especial, con los Estados Unidos de América. Venezuela también entró con gran interés de la URSS en su política de distensión. En este contexto se puede ubicar la visita de Carlos Andrés Pérez. También en este tema de la distensión había objeciones vinculadas a la defensa de los derechos humanos: Intelectuales soviéticos disidentes de fama internacional como el físico Andréi Sájarov y el escritor Alexandr Solzhenitsyn sufrieron graves violaciones a sus derechos individuales. En 1980 Sájarov fue desterrado a la ciudad de Gorki y Solzhenitsyn fue privado de la ciudadanía soviética y desterrado en 1974. Como si fuera poco, había mucho descontento de las autoridades soviéticas hacia el embajador de Venezuela, Regulo Burelli Rivas, a quien acusaban de prestar ayuda a los disidentes soviéticos: A los artistas plásticos les compraba sus obras, a los escritores le llevaba en valija diplomática sus escritos a Viena y a los músicos les prestaba ayuda económica. Esta era también una difícil misión que el Canciller Escovar debía llevar a cabo y que exigía gran tacto diplomático: Cómo mantener un equilibrio sustentable entre un país democrático como era Venezuela y que, además se presentaba como defensor de los derechos humanos, frente a una potencia imperialista avasalladora de los derechos humanos y protagonista de acciones de desprecio hacia los mismos, como ocurría con la Unión Soviética. Misión esta también muy difícil.IIVisita del Canciller Escovar Salom a la URSS1.- Delegaciones de ambos países. Ceremonial protocolar en el aeropuerto de Moscú.1, A.- La delegación de Venezuela estaba integrada por Ramón Escovar Salom, Canciller de Venezuela, su señora esposa Carmen Delia León de Escovar y su hija María Gabriela Escovar León; Hugo Alvarez Pifano, director de gabinete del Canciller de Venezuela; Pedro José Castillo, Coordinador General; Rubén Franco Guzmán, jefe de logística y Olga Messuti, secretaria de la delegación.En el aeropuerto de Moscú el 18 de diciembre de 1975 lo esperaba Andréi Gromyko, el legendario Canciller de la Unión Soviética por más de 25 años, conocido por impulsar acciones de distensión en el marco de la doctrina de la coexistencia pacífica entre regímenes comunistas y capitalistas, su cónyuge Lydia Gromyko y su hija Emilia Andreevna Gromyko, un agregado civil, un agregado militar y numeroso personal de la cancillería soviética. Por supuesto, el embajador de Venezuela Regulo Burelli Rivas y el personal diplomático de la embajada. 1, B.- Después de la ceremonia protocolar: Himnos Nacionales, alfombras rojas, ramos de flores y un oportuno piscolabis, fuimos trasladados a un pequeño palacio imperial símbolo de la aristocracia zarista, con un bellísimo jardín estilo italiano de grandes arboledas e intrincados laberintos de setos y tejo. A cada miembro de la delegación le fue asignada una habitación muy bien equipada y de refinado lujo, con servicio personalizado de transporte, camareros, comida y todo tipo de bebidas, durante las 24 horas. Como hecho anecdótico, a Olguita Messuti le dieron la habitación de una niña de corta edad y tuvo que dormir en una hermosa cuna, confortable y de grandes proporciones: una cuna de princesa. Jamás

Visita a Nicaragua de Ramón Escovar Salom, Canciller de Venezuela (1.976)

….y su entrevista con Anastasio Somoza Debayle, presidente de Nicaragua. Por Hugo Álvarez Pífano                                                                                                                             La misión a Nicaragua de Ramón Escovar Salom, Canciller de Venezuela, tenía dos objetivos: Uno oficial, establecer las modalidades de implementación del Acuerdo de Puerto Ordaz sobre facilitación petrolera y otro real, relacionado con la defensa de los derechos humanos: Lograr la liberación de una ciudadana venezolana, esposa de un líder opositor nicaragüense, quien se encontraba detenida en una de las peores cárceles del régimen. Ambos objetivos fueron logrados ¿Cómo se hizo? A continuación, narro la historia. I                       La familia Somoza, dinastía de cuarenta y dos años de terror en Nicaragua Anastasio Somoza Debayle conocido internacionalmente con el apodo de “Tachito” -de 55 años de edad para la fecha de su muerte ocurrida en Asunción, Paraguay, mediante una emboscada con disparos de bazuca, que destruyó completamente su automóvil, solo quedó en la vía su antebrazo izquierdo con un lujoso reloj Rolex de oro macizo, como indicativo de la excelencia del reloj- fue el tercer hijo de Anastasio Somoza García, llamado “Tacho Somoza” hombre fuerte de Nicaragua y jefe de la Guardia Nacional (desde 1937 a 1947 y en una segunda ocasión de 1950 a 1956, en total dieciséis años de ejercicio dictatorial) Se le atribuye el asesinato de Cesar Augusto Sandino, líder de reivindicaciones sociales. La madre de “tachito” llevó el nombre de Salvadora Debayle de Somoza. Era hermano menor de Luis Somoza Debayle quien fue antes de él presidente de Nicaragua (1956-1963) Murió a la edad de 44 años de un infarto agudo al miocardio. Toda Nicaragua dio Gracias a Dios. La historia conceptúa a Anastasio Somoza Debayle “tachito” como un político de alto vuelo, militar de academias de los Estados Unidos de América (Academia Militar de La Salle en Oakdale), ingeniero hidráulico (Academia West Point, 1946) y como uno de los dictadores más crueles, despiadados y depredadores del mundo. Fue jefe de la Guardia Nacional desde 1947 (nombrado por su padre) hasta 1979, un año y poco antes de su muerte. Su presencia física era impactante, con una estatura que rondaba los 1,90 de altura y un lenguaje corporal, ademanes y forma de conducirse que denotaban una bien lograda formación militar. En sus momentos de máximo esplendor la familia Somoza era una de las más adineradas a nivel planetario. Contrajo matrimonio con la señora de nacionalidad estadounidense Hope Portocarrero de Somoza, con la cual procreó 5 hijos todos de nacionalidad estadounidense como la madre, por esta razón el gobierno USA aceptó que fuera enterrado en ese país. Fue el último miembro de la dinastía Somoza en gobernar Nicaragua.                                                                           II        Misión en Nicaragua encomendada a Ramón Escovar Salom, Canciller de Venezuela. La delegación de Venezuela estuvo integrada: Dr. Ramón Escovar Salom, Canciller de Venezuela, su señora esposa Carmen Delia León y su hija menor María Gabriela Escovar León; Dr. Hugo Alvarez Pifano, director de gabinete del Canciller de Venezuela; Pedro José Castillo, coordinador general; Rubén Franco Guzmán, jefe de logística y Silca Alcalá Domínguez, secretaria privada. La embajada en Nicaragua se encontraba a cargo de un segundo secretario de origen armenio, faramallero y fanfarrón, quien se hizo famoso en la Cancillería venezolana por haberse lidiado a puñetazos con el embajador Rafael León Morales, quien lo echo a patadas y trompicones de su oficina por tratar de ganarse los favores de su secretaria Raquel Obregón. Por lo demás, se hacía pasar por optometrista graduado en una universidad de USA, cuando en realidad en su juventud, fue vendedor de anteojos para el sol colocados en una lámina de anime, esa fue la única óptica de su propiedad que tuvo en toda su vida. Este personaje no participó en ninguna de las actividades de esta visita oficial. II, A.- Inicio de la visita al presidente de Nicaragua. El 18 de octubre de 1976 el Canciller Ramón Escovar Salom y quien escribe esta crónica, Hugo Alvarez Pifano, se presentaron al Palacio Presidencial de Nicaragua para la entrevista con Anastasio Somoza Debayle. El director del protocolo nos comunicó que la única persona que tenía la llave del despacho del presidente de Nicaragua era el presidente mismo, en tal virtud el General Somoza en persona abría y cerraba su puerta. Conforme al protocolo debíamos parar frente a la entrada y esperar. En efecto, así se realizaron los hechos la puerta se abrió y Anastasio Somoza Debayle nos recibió con las siguientes palabras: – Señor Canciller de Venezuela Ramón Escovar Salom, bienvenido al palacio presidencial de Nicaragua, para mi es un honor recibirlo, acto seguido dio un pequeño giro y me dijo: Doctor Pifano, mucho gusto en saludarlo, sea usted también bienvenido. Pasen adelante. Ya en su despacho nos sentamos en un elegante recibo con una mesa provista de servicios de café, té y diversos tipos de bebidas, además pasteles, galletas y canapés variados. Una vez que el valet que nos sirvió se hubo marchado nos quedamos tres personas enfrascadas en el siguiente dialogo: -Canciller Escovar, cómo esta ese líder de importancia continental el señor Carlos Andrés Pérez. -Está muy bien y me ha encomendado la tarea de ser portador de sus mejores saludos y las seguridades de su estima y más alta consideración. -Canciller Escovar, quiero que usted sepa que yo admiro mucho a su país, a la gesta emancipadora a cargo de El Libertador Simón Bolívar, al precursor General Francisco de Miranda y al más valeroso guerrero de todo el continente el General en jefe José Antonio Páez. Venezuela es un país que a lo largo de su historia siempre ha tenido grandes políticos. Esa situación no existe aquí en Nicaragua, nosotros no hemos tenido ni grandes héroes ni grandes políticos, en Nicaragua lo único que cuenta a través de toda su historia es la familia Somoza y yo le aseguro, que cuando esta familia desaparezca, todo lo que vendrá en Nicaragua es mucho peor, eso se lo puedo asegurar. Al escuchar esta declaración inesperada, yo me sentí sorprendido y estupefacto, me dije a mi

Cruz Ramón Galíndez, un irrepetible periodista venezolano

Por Hugo Álvarez Pífano Nació para ser un verdadero periodista, pues siempre sintió un gran respeto a la verdad y a la búsqueda de la objetividad, no obstante, a menudo destacaba su opinión por encima de la obligación de informar simplemente, sin opiniones personales. Su mayor fuerza, fue la defensa del derecho que tiene el profesional de información a no trabajar en contra de sus convicciones e ideas, esta fue su contribución invalorable en las últimas tres décadas del periodismo en Venezuela.                                                                            I                                                     CONSIDERACIONES GENERALES Antes de escribir una crónica sobre un amigo al cual se le tiene gran afecto -me refiero al periodista del Yaracuy, Cruz Ramón Galíndez- es oportuno consultar la opinión de otras personas, que transitaron con él un camino de experiencias diarias y vivencias comunes: Vale a decir, lo conocieron en su dimensión humana, actuaciones profesionales y con él compartieron afectos y sinsabores. Hablo en este momento de un buen amigo de Galíndez: Horacio Elorza Garrido, abogado, político, historiador, productor de programas de radio y televisión, promotor cultural, escritor de temas costumbristas, quien ha publicado centenares de escritos y varios libros, uno de ellos “San Felipe de ayer” tuve la honra de escribir su prólogo, más aún, muy por encima de todo esto Jesús Horacio tiene la virtud de ser un gran comedor de empanadas, cuentan las historias que su madre la distinguida señora Pastora Garrido de Elorza, en lugar de darle su primer biberón, lo puso a chupar una deliciosa empanada de guiso, así llaman en Yaracuy a las empanadas de carne guisada, a partir de ese momento desarrolló una pasión irrefrenable por las empanadas. Cuando traté de hablar con él en San Felipe, la señora que le prepara las empanadas me dijo que esto no era posible, pues se encontraba en plena degustación y no permitía interrupción alguna -en sus propias palabras, se trataba de un acto de carácter sacramental, una comunión espiritual con la empanada- tajantemente no podía ser interrumpido. Me retiré, no sin antes obtener las recetas de las empanadas que ella le prepara y posteriormente la primera crónica que se escribió sobre Cruz Ramón Galíndez, el día mismo de su muerte: 14 de junio de 2018. Me sea consentido presentar a la benevolencia de mis gentiles lectores, las recetas de las empanadas que esta buena señora cocina para los desayunos de Horacio Elorza Garrido: 1.- Empanadas de morcilla, marinada en agua de azahares, zarzaparrilla o zarza morisca e infusión muy ligera de camomila, en modo de mantener un delicado equilibrio de sabores. Aromatizada con esencia de rosas, flores de lavanda y palitos de romero, sin romper este fino gusto de exquisiteces. Un balanceado y ligero manjar digno del paladar más exigente de gourmet alguno. 2.- Empanadas de longaniza, cocinada en grasa de pato silvestre y flambeada con Coñac Napoleón V.S.O.P. mezclada con brotes de espárragos, corazón de alcachofa y champiñones portobello fileteados en Brunoise, Mirepoix o Juliana. 3.- Empanadas de chicharrón con pelo, saborizado con bísquet de langosta, fumet de bogavante y una reducción de Moet & Chandon Brut Imperial Champagne. 4.- Empanadas de bofe (pulmón de res, esponjoso, blando y flexible), mondongo (finamente picado en mirepoix) y patas de pollo (sin las uñas y sin la gruesa piel) cocinados en salsa bechamel, ricota de cabra y queso “gorgonzola di venatura dolce”, perfumados con azafrán y un “bouquet de fine herb a la mode francaise”. Todo cubierto con delgadas rebanadas de dátiles argelinos -fileteados en cortes tipo pluma o láminas- y macerados en licor Grand Marnier. Es una empanada muy delicada. 5.- Y, al final, la reina de las empanadas, la más importante y magnificente de todas, cómo podríamos decir al poner un ejemplo: Se me ocurre un argentino -la gema más brillante del planeta- en una reunión social de élite. Hablamos de la empanada de lomito de lechón, de un cerdito de dos meses de edad, solamente alimentado con la leche de su madre. El lomito cortado en rebanadas y sazonado con sal y ají campana. El ají campana es una variedad de ají bastante picante que se cultiva en el Yaracuy, se le llama campana porque “pica y repica” pica al entrar -en la boca- y pica al salir -en el rabiñan- Hay muchas personas que disfrutan del “pique y el repique” y más aún del repiquetear del ají con la furia de una campana en alborozo, de aquí el éxito de estas empanadas preparadas con un sustancioso mojito del nunca bien ponderado ají campana. Advertencia: Estas deliciosas empanadas no son recomendables para personas que sufren de hemorroides o almorranas, a menos que se trate de auténticos masoquistas, siempre bien dispuestos a sufrir por una justa causa como esta: Comer exquisitas empanadas aderezadas con un ají que nos evoca el tañer de las campanas.                                                                                 II                                      ESTADÍA DE CRUZ RAMÓN GALÍNDEZ EN ROMA En el año 1961, al mes de mayo, en plena primavera visito Roma en labores periodísticas, tuve el placer de atenderlo, al final de su estadía tenía que tomar un vuelo nocturno de KLM, vía Roma-Ámsterdam- Maiquetía, 30 de mayo de 1961. Pues bien, había tiempo suficiente para descansar en mi casa, tomar algunos vasos del buen vino de los castillos romanos y comer una especialidad de mi cocina de esos lejanos años: Espaguetis con salsa napolitana hecha con salchichas finochiona y sopressata. Al efecto, compramos una generosa cantidad de vino de esa procedencia, muchas salchichas y fetuccini de pasta fresca. “I Castelli Romani” son una región histórica de Italia, famosa por su producción de vinos de excelente calidad, de un sabor único y gran versatilidad, combinan muy bien con pescados, aves, carnes rojas y de cacería. Son muy reconocidos en todo el mundo. “I vini dei Castelli Romani” más apreciados son el Frascati, el Est Est Est de Montefiascone, el Grechetto de Orvieto y el Verdicchio di Matelica. Lo que siempre me hizo admirar a los vinos de los Castillos romanos fue su espléndido color similar al sol de Roma, blanco

Tres Santos con el nombre Tomas

Por Hugo Álvarez Pífano La relación de estos tres santos, de la más alta importancia en la Iglesia Católica, con la política exterior y la Cancillería venezolanas.                             I                                     Santo Tomás de Aquino (1225-1258) Se cuenta que una vez le preguntaron a Santo Tomás de Aquino -el intelecto más vigoroso de la Iglesia Católica en toda su historia- cuál de los múltiples dones que Dios le había otorgado, era el más apreciado por él, Tomás sin vacilar respondió: mi capacidad de entendimiento, quiero decir, que de todos los libros que he leído, no existe ni uno solo que yo no haya comprendido a cabalidad. Esto lo escuché en una conferencia y en seguida cruzó por mi mente la figura de un reputado economista venezolano: Domingo Felipe  Maza Zavala (1922-2010) y me dije a mí mismo, el buen santo hace esa afirmación porque nunca tuvo que leer algún libro de Maza Zavala, de haber sido así, con toda seguridad se le hubiera “trancado el serrucho” Al profesor Maza Zavala no hubo nadie que pudiera entender lo que escribía (salvo sus congéneres: los comunistas y unos pocos genios venezolanos de la economía), así ocurrió hasta la recta final de sus días, cuando siendo Director del Banco Central de Venezuela, este fue privado de su autonomía y el afamado economista guardó un profundo silencio, tan insondable como el entendimiento de su pensamiento económico. Sin dudas Tomasso d´ Aquino fue un genio, dotado de brillantez intelectual, inconmensurable erudición y un ícono del catolicismo que hasta nuestros días, goza la bien merecida fama de ser el más respetado y mejor conceptuado teólogo de la Iglesia Católica. A todo esto, podemos añadir algunas notas más: Hombre de gran bonhomía, modesto, sencillo, de un radiante sentido del humor, muy simple y completamente alejado de las pedanterías intelectuales. Corren fundados rumores que, cuando joven sus otros compañeros en el convento, monjes de corta edad, en una aparente confusión de su inocencia con la falsa percepción de estar en la presencia de un tonto, le dijeron: Tomás asómate a la ventana centenares de marranos están volando en el cielo. Tomás con prontitud se levantó de su cama y corrió a la ventana. Sus compañeros se morían de la risa, celebraban la ocurrencia con sonoras carcajadas. Tomás les respondió: Prefiero darme cuenta con gran alegría y risas que no existen cerdos volando en el cielo, antes de comprobar que mis compañeros monjes, se ríen a carcajadas por haberme engañado con una mentira.  II   Santo Tomás Apóstol (Año 1 de nuestra era) 1.- Santo Tomás de Aquino -a quien llamaban “el buey” por su corpulencia física- no debe ser confundido con Santo Tomás apóstol, uno de los doce apóstoles, discípulo de Nuestro Señor Jesucristo, tal vez uno de los apóstoles más significativos en la edificación de la primitiva iglesia cristiana llevada a cabo por San Pablo. Existe un Evangelio de Santo Tomás considerado apócrifo por la iglesia católica. Pues bien, a este santo le tocó desempeñar en aquella pequeña comunidad cristiana, el mismo papel que en las novelas de Sherlock Holmes llevó a cabo el doctor Watson: Era el compañero del afamado detective a quien formulaba preguntas interesantes, para que este expusiera sus ideas y conclusiones, por ejemplo: -Amigo Sherlock ¿Cómo supiste que el asesino era un marinero? Elemental querido Watson, porque en el barro dejó las huellas de unas botas que en Inglaterra solo las usan los marineros. Así mismo, Santo Tomás hace a Jesús preguntas muy interesantes e inteligentes que le permiten explanar sus ideas sobre su papel como salvador de la humanidad. Me sea consentido exponer un ejemplo: Al final de la última cena Jesús se despide de sus discípulos, las palabras del Señor referentes a su inminente separación de ellos afligieron a todos los apóstoles, es el momento en que Jesús les anuncia que irá a preparar un lugar para los discípulos, a fin de que también ellos estén donde él se encuentre; y especifica: «Y adonde yo voy sabéis el camino» (Jn 14, 4).  Entonces Tomás le pregunta: “Señor, no sabemos a dónde vas ¿cómo entonces, podemos saber el camino?” Esta intervención de Tomás da la entrada a la más famosa frase de Cristo -la más bella, conmovedora y llena de esperanzas para la salvación de toda la humanidad, sin tener en cuenta a pueblos elegidos y exclusivos- contenida en el Evangelio de San Juan: YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA (Juan 14:5–6). 2.- Santo Tomás Apóstol, testigo de la resurrección de Cristo Existe otra frase atribuida a Santo Tomás apóstol: “Ver para creer” Nunca el santo pronunció esta afirmación. Entonces, ¿Qué ocurrió realmente según los evangelios, especialmente el de San Juan que otorga mucha importancia a las intervenciones de Tomás? Lo explicaremos a continuación. 2, a.- Su famosa actitud de escepticismo que dio lugar al nacimiento de las religiones cristianas  Cuando sus compañeros le cuentan que han visto al Señor resucitado: “Si no veo -dice- las señales dejadas en sus manos por los clavos y meto mi dedo en ellas, si no meto mi mano en la herida abierta en su costado, no creeré” (Juan 20,25) Jesús le permite hacer esto, entonces Tomas manifiesta su proclamación de Fe: “Señor mío y Dios mío” (Juan 20,26-29). ¿Cómo es posible que un discípulo que acompaño a Jesús durante tanto tiempo no lo reconozca al ver su rostro? y tenga que meter sus dedos y sus manos en sus heridas para cerciorarse de su presencia en ese momento. Aquí radica la importancia de Tomás, lo que este apóstol está buscando no es una prueba real de la presencia de Cristo, el busca otra cosa: Una evidencia de la resurrección de Cristo. SIN LA RESURRECCIÓN DE CRISTO NO EXISTIRÍAN LAS RELIGIÓNES CRISTIANAS.  La invitación de Jesús al apóstol Tomás de «Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Sus heridas son para Tomás una prueba de su resurrección,

José Ángel Lamas

La luz de las estrellas desaparecidas Por Hugo Álvarez Pífano Hace millones de años desaparecieron del universo muchas estrellas, pero la luz que una vez ellas dieron continúa viajando por el espacio infinito y puede verse durante las noches en todo su esplendor. Así ocurre con José Ángel Lamas, ni siquiera sabemos a dónde han ido a parar sus restos, pero la música que el compuso brilla como la luz de las estrellas desaparecidas, acompañando siempre a los venezolanos durante la Semana Mayor. Cuando tomamos conocimiento de lo que fue la vida de José Ángel Lamas (1775-1814), una pregunta inquietante se nos plantea: ¿Por que sufren los hombres justos? Esta pregunta es tan antigua como la primera lagrima que derramo el ser humano que sintió dolor por vez primera y tan nueva, como una carta cuajada de esperanzas que nos llega a través de un servicio de correos que funciona con prontitud y eficiencia, un bien que nunca hemos conocido los venezolanos. Siempre el hombre se ha sentido desconcertado ante la injusticia del mundo que lo rodea. Cuando hacemos esa pregunta a los teólogos cristianos- y es a ellos a quienes debemos dirigirnos, ya que José Ángel Lamas es esencialmente uncompositor de música religiosa y nuestro músico más importante en este genero- ellos nos indican que Dios, conforme a su propia naturaleza, no puede hacer distinciones: El hace nacer el sol para buenos y malos. Hace que la lluvia caiga sobre justos y pecadores. En pocas palabras, la ley de la causalidad prescinde de que seamos o no virtuosos. Los teólogos también nos enseñan, que los buenos padecen porque el sufrimiento es el medio de que Dios se vale para sacar a la luz lo mejor del ser humano y proyectar la elevación moral de nuestra especie. Entonces, aquí hemos llegado al concepto clave que nos lleva a entender la música de José Ángel Lamas y el sentido de su breve, modesta y fructífera vida: el sufrimiento como inspiración para la música y su música misma como una forma de elevación moral de la condición humana. Pocas veces ha habido en las obras universales de la música un cristo más lleno de dolor, más dotado de la condición humana del sufrimiento que el redentor concebido por José Ángel Lamas para su Popule Meus. En este compositor se combinan en forma muy bella, la emoción intensa de sus sentimientos con una gran pureza espiritual,para crear en su música una profunda tristeza, pocas veces lograda por otros músicos. Lamas tuvo la rara cualidad de trasmitir a través de su creación musical y en la forma de un mensaje dirigido al corazón humano su propia vivencia interior: el sufrimiento. Pero, veamos, ¿Que ocurrió con José Ángel Lamas? Lamas fue un músico a quien sus contemporáneos nunca evaluaron adecuadamente, estaba tan por encima de ellos que fueron incapaces de darse cuenta del alto nivel de su espíritu y de su condición de hombre superior. Algo que ocurre a menudo con los verdaderos artistas. Posteriormente, los autócratas y demás gobernantes que ha tenido Venezuela, tampoco han podido encontrar alguna diferencia entre él y los otros hombres y mujeres de su entorno, a quienes ellos conceptúan como grandes figuras del gentilicio venezolano. Pero lo curioso de esta historiaes que ha sido precisamente el pueblo de Venezuela quien ha recibido a José Ángel Lamas como el músico que ha llegado a lo más profundo de su corazón. En efecto, desde que se estreno el Popule Meus en el año de 1801, nunca ha dejado de interpretarse los jueves o los viernes santos, en todas las iglesias de Venezuela, aun en las más remotas y más humildes. ¿Qué venezolano no ha escuchado el Popule Meus durante la Semana Mayor? Cuando yo rondaba los cinco años de edad lo escuche por vez primera. Entonces mi madre nos llevaba a la vieja Catedral de San Felipe, en el Estado Yaracuy, allí existía un órgano aflautado, presunto heredero de los antiguos “hidraulos.” El sochantre de la Catedral, el Maestro Rafael Limardo, un viejo de muy mal carácter, pero de gran talento interpretativo, con pasos lentos y pausados subía al instrumento musical, como esos experimentados capitanes de mar suben a sus grandes navíos. Después se escuchaban los graves y solemnes acordes de la música de Lamas. Yo sobrecogido por la emoción me acurrucaba muy pequeñito al costado de mi madre. Popule Meus (Miqueas 6:3-4) es el angustioso grito del hombre que se siente abandonado. Pero, ¿cuan abandonado ha debido sentirse este músico introvertido, profundamente místico y sensible, como pocos? A Lamas le toco vivir una época terrible para Venezuela: sequías, pérdidas de las cosechas, hambre y miseria; conspiraciones contra el poder real, sofocadas en sangre; espantosas matanzas perpetradas por los realistas, etc. Al final de sus días, a la edad de 39 años murió en la miseria. Según el acta de defunción, no hizo testamento porque no tenía bienes. Se le dio sepultura en el cuarto tramo de la iglesia de San Pablo, la cual fue demolida en 1876, por orden del presidente Guzmán Blanco. Los difuntos allí enterrados no fueron exhumados. Cuatro años más tarde se inicio la construcción del Teatro Municipal. Nuevamente en 1948, el peristilo del Municipal fue amputado para ensanchar la calle, en ocasión de los trabajos de construcción del Centro Simón Bolívar. Apareció entonces el fragmento de una lapida con las primeras tres letras del apellido Lamas y algunos huesos. Todo esto fue colocado en un cajón, que se depositóen la barraca donde los obreros guardaban sus herramientas y materiales. El dictador de turno exigía que las obras públicas fueran entregadas en fecha convenida. Todo debía estar limpio y en orden para ese momento. La barraca, el cajón y lo que parecían ser unos restos mortales, desaparecieron en el fragor de los preparativos para una inauguración en fecha ya fijada: 2 de diciembre, día del “Nuevo Ideal Nacional”. Venezuela es un caso singular: los restos de José Ángel Lamas- el más grande de los artistas de