Las “opciones” argentinas

Por Luis Daniel Álvarez V. Argentina está a punto de llegar a la primera vuelta electoral en medio de una preocupante actuación por parte de los candidatos presidenciales que lejos de vislumbrar variaciones sustanciales en lo que respecta al cuestionable y controversial gobierno de Alberto Fernández, pareciera evidenciar que la nación quedará sumida en un desorden absoluto, desembocando en una mayor descomposición. Javier Milei fue la primera votación en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), pero no deja de ser una incógnita bastante acentuada. Su perfil de economista excelso -cuestionado marcadamente por referencias sustanciales del área económica- habla de un Estado mínimo con poca participación. El patético video de Milei en el que con desprecio anuncia que eliminará ministerios y oficinas, no solo es una fanfarrona muestra de discurso, sino que constituye una irresponsable estrategia de campaña. Aunado a ello, el abanderado no pierde la oportunidad de fustigar a sus adversarios recurriendo a ofensas, englobándolos en una categoría denominada “la casta” y señalando que todo el que se le opone forma parte de los actores que tienen doscientos años equivocándose en la conducción del país. Adicionalmente, Milei es acompañado en la fórmula por Victoria Villarruel, un polémico personaje que reivindica la dictadura y que según se ha denunciado, colaboró estrechamente con el régimen militar. Patricia Bullrich es la candidata de Juntos por el Cambio, agrupación en la que confluyen, entre otros, los seguidores del expresidente Mauricio Macri y miembros de la socialdemócrata Unión Cívica Radical. Bullrich, quien fue ministra de Seguridad, esgrime un discurso duro y frontal. Sin embargo, da la impresión de no tener consigo el carisma necesario para imponerse, ni la capacidad de poder transmitir con fuerza sus ideas, además de que sus planteamientos parecieran pelearse el electorado con Javier Milei, personaje que no pierde oportunidad -pese a que tanto Macri como Bullrich le han dirigido palabras de reconocimiento- de fustigar a la aspirante cuestionándole su discurso, sus propuestas, su pasado y su entorno. Sergio Massa tampoco la tiene fácil, pues además de candidato presidencial del oficialismo, es el ministro del área económica del gobierno de Alberto Fernández. Pudiendo haber renunciado al cargo, mantuvo el puesto, teniendo que hacer malabarismos para deslastrarse de una gestión caótica de la que irónicamente debe desmarcarse, pero en la que tiene que apoyarse para poder llegar. Su discurso de habilidad lo lleva a ofrecer, frente a Milei, la continuidad de una forma de vivir y de un ejercicio del país que se viene presentando. Por ello, llama constantemente a que no se sufrague con rabia o molestia, sino que se emplee la razón y se asuman los escenarios. Juan Schiaretti también se presenta a la contienda, con un enfoque sustentado en la experiencia y el ejercicio público. Sin embargo, pareciera que salvo por el escenario local, el gobernador de Córdoba tiene poco que buscar, asociando su campaña a la variable regional, como si se tratase de la reelección para la gobernación. Myriam Bregman es la quinta de las aspirantes. Tal vez sin la angustia de tener que mantenerse en unas preferencias, se mueve con libertad, defendiendo sus convicciones, hablando de derechos humanos y clamando por una sociedad más justa. Ninguna opción representa alternativas ideales para Argentina, teniendo que señalarse con preocupación que la mejor ganancia es que se imponga el menor mal.   Luis Daniel Álvarez V. Internacionalista UCV, Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en la UCV y UCAB. Ex-Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Secretario General del CODEIV alvarezvanegasluisdaniel@gmail.com @luisdalvarezva