Partidos a la nicaragüense
LUIS DANIEL ÁLVAREZ V. – Maximino Rodríguez es un personaje nicaragüense del que pocos se acuerdan, más allá de ocupar un escaño en el legislativo de su país durante varios períodos. De todas maneras, las páginas de la cotidianidad pueden reservarle algunos espacios que evidencian lo cambiante de su posición y del juego que terminó haciéndole a Daniel Ortega en sus apetencias a perpetuidad. Pese a manifestar que no había condiciones para participar, terminó ocupando el segundo lugar en los comicios de 2016 con la tarjeta del Partido Liberal Constitucionalista. En cuanto al Partido Liberal Independiente, la historia indica que en 2016 un tribunal supremo de dudosa imparcialidad desempolvó un recurso que tenía más de seis años en la instancia y procedió a retirarle la representación legal de la tolda a Eduardo Montealegre, adjudicándosela a Pedro Reyes. La reprochable maniobra trajo malestar en la fracción parlamentaria que manifestó no obedecer a las nuevas autoridades del partido, argumento que se empleó para destituirlos de su escaño de parlamentarios. Con ello, el oficialismo nicaragüense consiguió sacarse de encima a un grupo de parlamentarios y por otra parte hacerse con unos “contendores” que pese a las denuncias sobre las condiciones electorales harían el juego y participarían. Al final Ortega se impuso cómodamente y logró una holgada mayoría parlamentaria que le permite seguir adelante con sus planes. A una oposición dividida y con puntos de vista diversos terminaron dándole una estocada recurriendo a turbios recursos judiciales, a decisiones de organismos polémicos y a la complicidad de sujetos que tienen ansias de protagonismo y probablemente buscan algún otro tipo de incentivo. De esta manera los partidos emblemáticos aparecen manejados por personajes poco emblemáticos y exageran su discurso opositor para aparentar. Lamentablemente en el mundo abundan personajes como Maximino Rodríguez y Pedro Reyes que se dicen opositores pero sus acciones los acercan a los regímenes que anhelan la perpetuidad. Tal vez en las páginas del destino que los aguarda se escriba que consiguieron que sus tarjetas aparecieran en las boletas de unas elecciones, pero nunca podrán mantener la mirada firme porque la militancia de sus partidos y la dirigencia a la que sustituyeron les señala con ahínco su traición. luis.daniel.alvarez.v@gmail.com @luisdalvarezva