Impacto de las políticas aplicadas por la Unión Europea para prevenir la esclavitud moderna en Mauritania

Por Karla Laya y Genesis Gil

La esclavitud moderna es un término general que abarca una amplia gama de prácticas de explotación que privan a las personas de su libertad. Se caracteriza por el uso de la fuerza, el fraude o la coerción para obligar a las personas a trabajar en condiciones inhumanas a cambio de poco o ningún pago. Las políticas aplicadas por la Unión Europea (UE) para prevenir la esclavitud moderna en Mauritania tienen diversos impactos, algunos incluyen la presión política.
En este sentido la UE ejerce presión política sobre el gobierno mauritano para que tome medidas más efectivas contra la esclavitud moderna y cumpla con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. Esto lleva a una mayor atención y acción por parte de las autoridades mauritanas para abordar el problema.
Diversos aspectos a considerar:
Apoyo financiero.
La UE proporciona fondos para programas y proyectos destinados a prevenir la esclavitud moderna en Mauritania, así como para apoyar a las víctimas. Este apoyo financiero contribuye a fortalecer las capacidades institucionales y la infraestructura necesaria para abordar el problema de manera más efectiva.
Cooperación internacional.
La UE fomenta la cooperación entre Mauritania y otros países en la región para abordar el problema de la esclavitud moderna de manera coordinada y eficiente.
Sensibilización y educación.
La UE apoya iniciativas de sensibilización y educación en Mauritania para aumentar la conciencia sobre los derechos humanos y la ilegalidad de la esclavitud moderna. Esto ayuda a cambiar actitudes sociales y culturales que perpetúan la práctica de la esclavitud.
Monitoreo y evaluación. La UE desempeña un papel en el monitoreo y la evaluación de las políticas y medidas implementadas por Mauritania para prevenir la esclavitud moderna. Por lo tanto, las políticas aplicadas por la UE tienen un impacto significativo en la prevención de la esclavitud moderna en Mauritania al proporcionar presión política, apoyo financiero, fomentar la cooperación internacional, promover la sensibilización y educación, y facilitar el monitoreo y la evaluación de las medidas implementadas.
El presente estudio aborda el problema de la esclavitud como un desafío en las relaciones entre la Unión Europea y Mauritania, desde la perspectiva de los derechos humanos. Mauritania se destaca como uno de los pocos países en el mundo donde la esclavitud sigue siendo legalmente reconocida y practicada en la actualidad y se conoce como “esclavitud hereditaria” y afecta principalmente a los afrodescendientes de ascendencia subsahariana, considerados como propiedad de sus amos blancos o haratines. Según las estimaciones más recientes, existen alrededor de 100.000 personas en condición de esclavitud en Mauritania, lo que representa alrededor del 2% de la población total del país.
La esclavitud se define como la posesión de una persona, especialmente en lo que respecta a su trabajo; se refiere en particular al «estado de una persona sometida a servidumbre forzosa». En el siglo XXI existe la llamada “esclavitud moderna” que es aquella condición cuando una persona es obligada a trabajar en condiciones infrahumanas sin que pueda negarse debido a la coerción, las amenazas o el abuso de poder, entre otros. Generalmente se incluyen la trata de personas por sexo, trabajo u órganos, trabajo forzado, trabajo basado en la ascendencia, servidumbre doméstica, trabajo infantil, matrimonio precoz (infantil) y forzado. Otras formas de esclavitud moderna incluyen el rapto de bebés y niños para su venta o para su adopción. Si bien la esclavitud ha existido desde la antigüedad, el primer instrumento internacional que condenó esta práctica fue la Declaración de 1815 relativa a la abolición universal de la trata de esclavos. El movimiento abolicionista se inició con objeto de poner término a todo tipo de control de personas. Existe un gran número de acuerdos multilaterales y bilaterales que datan de principios del siglo XIX y contienen disposiciones por las que se prohíben esas prácticas tanto en tiempo de guerra como de paz.
Este hecho, violatorio de los derechos humanos fundamentales, se ha mantenido en secreto durante mucho tiempo debido a la estigmatización y la oposición social a su abolición. Los esclavos son tratados como propiedad y se les impone trabajo forzado en actividades como agricultura, ganadería y minería, sin ninguna compensación ni derechos laborales. Además, se le niega la educación y el acceso a la salud, lo que repercuta en un ciclo de pobreza y marginalización intergeneracional.
Esta situación ha sido denunciada por organizaciones internacionales y grupos de derechos humanos, quienes han llamado a la comunidad internacional a intervenir y presionar al gobierno de Mauritania para abordar este problema. Sin embargo, el gobierno ha demostrado resistencia a la abolición de la esclavitud y ha acusado a los activistas de exagerar el problema y desestabilizar la sociedad. Esta esclavitud moderna es un problema urgente y complejo que requiere una respuesta coordinada y multidimensional de la comunidad internacional, la sociedad civil y el gobierno de Mauritania. Es necesario abordar la esclavitud desde una perspectiva de derechos humanos, igualdad y desarrollo, y promover la educación, la conciencia social y la participación de las víctimas en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Cabe destacar que la Sociedad de las Naciones, predecesora de las Naciones Unidas, persiguió activamente la abolición de la esclavitud. Después de la Primera Guerra Mundial la atención internacional se centró en la eliminación de la esclavitud y las prácticas relacionadas con ella. Al concluir la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas siguieron esforzándose por eliminar la esclavitud y, como consecuencia de ello, ya es un principio arraigado en el derecho internacional que la prohibición de la esclavitud y de las prácticas relacionadas con ella forma parte del derecho internacional consuetudinario, y las normas pertinentes tienen el carácter de ius cogens. Entre las principales causas de la esclavitud moderna se encuentra la pobreza, que vuelve más vulnerables a las personas que la sufren, y los grupos más afectados son los refugiados y migrantes, los grupos minoritarios, las mujeres y las personas que viven en pobreza extrema.
Especialmente, los niños y las niñas que por su situación se ven obligados a trabajar bajo explotación tanto para beneficio de terceras personas como para su propia supervivencia, más de 150 millones de niños y niñas (casi uno/ de cada diez) se hallan sujetos al trabajo infantil en todo el mundo. Las técnicas utilizadas por los tratantes y las formas en que se manifiesta la explotación son varias. La esclavitud moderna incluye la explotación de personas en una situación de trabajo. Se obliga a hombres, mujeres y niños a trabajar en condiciones inaceptables y en ocasiones peligrosas, a menudo con salarios inadecuados e incapaces de salir de ese empleo. Las víctimas de esclavitud han sido sometidas a menudo a numerosas violaciones de derechos humanos, no suelen tener acceso a justicia dada la limitada sensibilización y las múltiples limitaciones estructurales, incluyendo en las autoridades responsables de apoyar o procurar estas reivindicaciones.

La Unión Europea, por su parte, ha expresado, de manera firme, su objetivo de contribuir con la paz y la seguridad y al desarrollo sostenible del planeta; contribuir a la solidaridad y el respeto mutuo entre los pueblos, el comercio libre y justo, la erradicación de la pobreza y la protección de los derechos humanos; en el estricto respeto del Derecho Internacional. Ha reiterado igualmente, que en muchos países la esclavitud es una práctica común que genera millones de euros a expensas de millones de víctimas, razón por la que la Unión Europa se ha comprometido a “luchar contra toda forma de esclavitud”.

La Unión Europea condena firmemente la esclavitud moderna y considera que es una grave violación de los derechos humanos. La misma, ha adoptado una serie de medidas y políticas para combatir este fenómeno y proteger a las víctimas. Ha establecido un marco legal sólido para prevenir y combatir la trata de seres humanos, que incluye la Directiva y el Plan de Acción de la UE contra la trata de seres humanos. Estas medidas buscan fortalecer la cooperación entre los Estados miembros, mejorar la identificación y protección de las víctimas, así como aumentar las penas para los traficantes y los responsables de la explotación.

Se ha comprometido en la lucha de la esclavitud moderna y la trata de personas, tanto a nivel interno como a nivel internacional, para erradicar esta forma de explotación y proteger los derechos humanos de todas las personas. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, esclavitud moderna está presente en varios países de África, en algunos de ellos, se ha identificado un alto nivel de esclavitud moderna incluyen Mauritania, Sudán, Libia y Níger, que han sido señalados en informes y estudios internacionales como lugares donde persisten prácticas de esclavitud, como la trata de personas, el trabajo forzado y la servidumbre por deudas.

La mayor cantidad de esclavos del mundo en la actualidad se encuentran en Mauritania. Aunque para 1980 la esclavitud había sido abolida oficialmente en este país, cientos de miles de sus más 4 millones de ciudadanos viven en “completa subyugación”. Aunque el gobierno mauritano ha tomado medidas para abordar este problema, la esclavitud todavía persiste en el país. Según informes de organizaciones de derechos humanos, incluyendo Amnistía Internacional y Anti-Slavery International, miles de personas en Mauritania siguen siendo víctimas de la esclavitud, especialmente aquellos pertenecientes a comunidades marginalizadas, como los haratin (descendientes de esclavos) y los afro-mauritanos.

Las víctimas son sometidas a condiciones de trabajo inhumanas, restricciones a su libertad y violencia física y sexual. A pesar de los esfuerzos del gobierno mauritano para criminalizar la esclavitud y establecer mecanismos de protección para las víctimas, la aplicación de las leyes sigue siendo deficiente y las denuncias de casos de esclavitud a menudo no se investigan ni se castigan adecuadamente. La sociedad civil y las organizaciones de derechos humanos en Mauritania continúan luchando contra la esclavitud y abogando por un cambio real en la situación. Sin embargo, se necesita un mayor compromiso del gobierno mauritano y una cooperación internacional continua para abordar esta grave violación de los derechos humanos.

A manera de conclusión de este estudio, se ofrecen importantes reflexiones sobre la necesidad de una colaboración efectiva entre la Unión Europea y Mauritania para abordar de manera integral la problemática de la esclavitud moderna y garantizar la protección de los derechos humanos de las víctimas. Tales reflexiones incluyen, que no obstante las políticas implementadas por la Unión Europea, el número de casos de esclavitud moderna y trata de personas en Mauritania ha aumentado significativamente, pasando de 90,000 en 2019 a 149,000 en 2023. Esto sugiere que los esfuerzos actuales pueden no estar abordando eficazmente los factores subyacentes que contribuyen a la esclavitud moderna.

Aunque el nivel de pobreza en Mauritania ha disminuido de manera constante de 31.80% en 2019 a 22.70% en 2023, la esclavitud moderna sigue siendo un problema grave. Esto podría indicar que la pobreza, aunque es un factor importante, no es el único factor que contribuye a la esclavitud moderna. Existen otros factores socioeconómicos y culturales en juego que necesitan ser abordados.

El índice de percepción de corrupción se ha mantenido relativamente estable durante el período de 2019 a 2023, oscilando entre 28 y 30. Esto sugiere que, a pesar de las políticas de la Unión Europea, la percepción de corrupción y posiblemente la gobernanza en Mauritania no han mejorado significativamente. Esto podría estar obstaculizando la efectividad de las políticas y programas destinados a prevenir la esclavitud moderna.

Las políticas y medidas adoptadas por la Unión Europea y Mauritania para prevenir y combatir la esclavitud moderna en el país reflejan un enfoque integral que abarca las dimensiones jurídicas, política y económica. A través del Programa de Derechos Humanos en Mauritania, se evidencia un compromiso conjunto para abordar esta grave violación de los derechos humanos desde diferentes frentes. La colaboración entre instituciones internacionales como la OACNUDH y la AECID demuestra la importancia de contar con aliados estratégicos en la implementación de políticas efectivas para erradicar la esclavitud moderna en Mauritania. El impacto de los programas financiados por la Unión Europea, es fundamental para evaluar el progreso en la lucha contra la esclavitud moderna y su adaptabilidad a las necesidades cambiantes del contexto mauritano es clave para garantizar su efectividad a largo plazo. En conjunto, estas acciones y decisiones representan un paso significativo hacia la prevención y combate de la esclavitud moderna en Mauritania, demostrando el compromiso de las partes involucradas en abordar esta problemática de manera integral y sostenible.

La existencia de un nivel de coordinación entre las autoridades nacionales y locales en Mauritania, evidenciado a través de acciones como la visita de la Relatora Especial de la ONU, la promulgación de leyes contra la esclavitud como crimen de lesa humanidad, la creación de tribunales especializados, la revisión de leyes para sancionar a funcionarios negligentes, el monitoreo de medidas y seguimiento judicial, así como la participación activa de la sociedad civil y las víctimas, demuestran un compromiso serio por parte de las instituciones gubernamentales y la sociedad en general para abordar esta grave violación de los derechos humanos.

La ejecución de estas políticas y medidas ha contribuido significativamente a la prevención y combate de la esclavitud moderna en Mauritania, generando impactos positivos en la protección de los derechos humanos y la erradicación de esta práctica inhumana. La colaboración con organismos internacionales como la Unión Europea ha fortalecido las capacidades locales para abordar este desafío, mientras que los informes y evaluaciones internacionales han permitido evaluar el progreso realizado e identificar áreas de mejora.

Si bien las políticas y medidas adoptadas por la Unión Europea y Mauritania para prevenir y combatir la esclavitud moderna representan avances significativos en la protección de los derechos humanos y la erradicación de esta práctica inhumana, persisten desafíos importantes que afectan a las víctimas de la esclavitud. La represión de defensores de los derechos humanos, el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes, la ilegalización de grupos de activistas y la injerencia en sus actividades, así como la persistencia generalizada de la esclavitud y la discriminación, son obstáculos que dificultan la búsqueda de justicia y apoyo por parte de las personas afectadas.

 

Karla Laya y Genesis Gil