VENEZUELA 2021, OTRO AÑO MAS DE OSCURIDAD
Desde hace más de dos décadas Venezuela vive el periodo más oscuro de su historia republicana, no solo por la falta de luz, lo cual también contribuye, en buena medida. El caso es que uno de los países con mayor potencial de desarrollo de Latinoamérica, hoy presenta cifras como las reflejadas en la última encuesta ENCOVI, donde se señala que el 94.2 de los venezolanos, se encuentran bajo los niveles de pobreza y el 76,6 se encuentra en pobreza extrema. Estas vergonzosas estadísticas, se reflejan en los miles de niños que no pueden consumir diariamente las proteínas necesarias para su desarrollo físico e intelectual, en el incremento de la deserción escolar, el aumento de la delincuencia y la prostitución, en el caso de nuestros adultos mayores, que se encuentran pensionados y jubilados, a quienes solo se les cancela 7 (siete) bolívares mensuales, lo cual ni siquiera alcanza a 2 (dos) dólares. Podríamos continuar mencionando casos de una lamentable e interminable lista. En el tema de la salud y la pandemia, el estado del sistema de sanitario es realmente crítico, no solo las instalaciones físicas y la dotación, sino también, en un personal que aún mantiene la mística y amor a su trabajo, pero desmotivado y desmoralizado ya que su salario no les alcanza para comer. Los enfermos también la tienen muy difícil ya que el precio de los medicamentos es realmente surrealista. Por el deterioro de las condiciones sanitarias han vuelto a surgir enfermedades que se consideraban erradicadas, como la malaria. En cuanto a la pandemia, aunque pareciera que ya fue superada la crisis por la falta de vacunas, los venezolanos continúan padeciéndola, sin poder contar con un registro creíble de infectados y fallecidos. Las consecuencias económicas no han sido tan dramáticas como en otros piases ya que desde hace varios años nos encontramos con una economía en caída libre. En el tema económico, todavía continuamos los venezolanos sometidos a la perversa inflación, la cual continúa siendo la mayor del planeta, con la consecuencia de seguir empobreciendo a la población. Para intentar protegerse los venezolanos han dolarizado la economía de forma anárquica y sin control, generando una inflación, que ahora es en dólares. Prácticamente ha desaparecido el bolívar, como moneda, todos los precios y transacciones se realizan en dólares, no así los salarios, sobre todo los que dependen de la administración publica, los cuales luego de quitarles seis ceros al bolívar, la mayoría no pasa un digito. Las remesas desde el exterior se han convertido en el principal ingreso del pais, lo cual permite que algunas familias logren llegar a fin de mes. En los últimos meses ha surgido una burbuja o espejismo de recuperación económica, con el surgimiento de mercados y bodegones repletos de productos importados (con los cuales se cae la tesis del bloqueo), a los cuales tiene acceso un porcentaje muy pequeño de la población. La brecha entre ricos y pobres ha aumentado de forma obscena, prácticamente eliminando la clase media que se había creado en la democracia. El tema de los servicios públicos y la corrupción, están ampliamente relacionados. Es recurrente la falta de luz y agua (que cuando llega es insalubre), por falta de gas doméstico, ahora muchos venezolanos deben cocinar con leña, el deterioro del transporte y la vialidad pública, caso especial es el de la gasolina y diésel, donde los habitantes de este “pais petrolero” se ven sometidos a realizar muchas horas, incluso días, de colas para poder surtir de combustible a sus vehículos y transporte. En el tema de la seguridad pública interna, desde hace varios años vemos el surgimiento de mega bandas delictivas y “los pranes” en todo el pais, los cuales construyen y controlan “ghettos” a donde no llega la acción del Estado. Algunos de los casos más mediáticos son, el “Tren de Aragua” que actúa en el centro del pais, El “Koki” en la Cota 905 en Caracas, El “Wilexis” en Petare, quienes representan al “hombre nuevo creado en revolución”, estos delincuentes se dedican a la extorsión, a la venta de drogas y al secuestro. Debido a ello han conseguido importantes recursos económicos y todo tipo de armamento sofisticado de todos los calibres, incluso explosivos, bajo la mirada impotente de algunos cuerpos de seguridad y en otros casos con complicidad de funcionarios. En el tema seguridad fronteriza y la soberanía, varios grupos armados colombianos actúan a lo largo de la frontera entre ambos países. Hace unos meses se produjo en el estado Apure, un enfrentamiento entre la Fuerza Armada Venezolana y grupos irregulares colombianos con el doloroso resultado de soldados venezolanos fallecidos y heridos, así como varios militares secuestrados. También, se señala que algunos grupos guerrilleros colombianos participan impunemente en el ecocidio, que se realiza al sur del Orinoco. De igual forma, en los últimos meses hemos visto como se ha desatado una “guerra” entre los “disidentes de las FARC” y los “contra disidentes”, por el control de territorios y de las rutas del narcotráfico, donde según informaciones provenientes de Colombia, han caído en territorio venezolano algunos de los más emblemáticos cabecillas de la “Nueva Marquetalia”, como son alias “Santrich, “El Paisa” y “Romaña”. En el tema de los Derechos Humanos, el gobierno de Maduro es considerado a nivel internacional como violador de los derechos humanos, según los informes presentados por los dos últimos funcionarios que han desempeñado el cargo de Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y los dos elaborados por la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos de Naciones Unidas. En estos informes se señala contundentemente las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzosa, las detenciones arbitrarias, la tortura y los tratos crueles, inhumanos o degradante, incluida la violencia sexual o de género. La respuesta que se ha dado a los mismos, ha sido tratar de descalificar a las personas y las instituciones, que han producido estos informes. En el tema de la Justicia internacional, en medio de muchas expectativas el 31 de octubre llego a Caracas, el Fiscal de la Corte Penal