Simón Alberto Consalvi, un sobresaliente Canciller del Siglo XX venezolano
Por Hugo Álvarez Pífano Simón Alberto Consalvi situado, a un largo y ancho trecho del camino recorrido en su fecunda existencia (1927-2013), ha sido percibido por los venezolanos de diversas maneras y en modo especial, en el rol de un personaje de muchas caras de gran interés: un político republicano, situado al centro-izquierda de la democracia, lo que le costó en tiempos del dictador Marcos Pérez Jiménez, 3 años de reclusión en la cárcel de Ciudad Bolívar y un exilio (1953) en Cuba y Nueva York; más tarde, desde las filas del partido Acción Democrática, tuvo participación activa como constructor de la república liberal y democrática que Venezuela fue en los 40 años, que corrieron de 1958 a 1998; así mismo, fue diplomático de importante trayectoria – especialmente como Representante Permanente de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas, Embajador en los Estados Unidos de América y Embajador en Yugoslavia- periodista de agudos análisis políticos, promotor cultural, historiador y escritor; pero más allá de todas estas consideraciones, para los diplomáticos venezolanos ha sido uno de los más sobresalientes Cancilleres que ha tenido nuestro país en toda su historia. Creo que esa es la opinión generalizada entre la gente de la Cancillería que tuvimos el privilegio de trabajar con él y que está corroborada por algunos hechos históricos. En efecto, Simón Alberto Consalvi alcanzó a realizar muchos logros personales, pero a diferencia de buena parte de los políticos venezolanos, no se quedó solamente en lo propio o egoísta de sus realizaciones, sino que la casi totalidad de sus metas y alcances exitosos fueron en beneficio de Venezuela y de amplios sectores de la comunidad internacional. A continuación, al hacer esta afirmación, nos proponemos a demostrarla. 1.- Tercer Canciller en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez. Consalvi llegó al Ministerio de Relaciones Exteriores como el tercer canciller que designó Carlos Andrés Pérez en su primer gobierno, lo precedieron Efraín Schacht Aristeguieta, un jurista de importantes contribuciones en el área del derecho internacional, partidario de una política internacional de principios, hombre de mundo –con excelentes relaciones personales a nivel planetario- gran Señor, maestro inigualable en el arte de libar con gracia, encanto y buen gusto; y Ramón Escovar Salóm, uno de los intelectos más vigorosos que ha pasado por la cancillería venezolana, hombre de inteligencia brillante y bien cimentada cultura política, realizó en 3 años de su actividad, 25 visitas oficiales al exterior, con importantes logros en beneficio del país. Todo esto ha debido ser un acicate para Consalvi. Por otra parte, era el momento en que Venezuela ante la comunidad internacional asoma su perfil como líder del Tercer Mundo y lo hace a través de su participación en procesos de gran importancia como son la devolución del Canal de Panamá por parte de los Estados Unidos de América; el desarrollo de la Revolución Sandinista, para dejar atrás la negra noche de la dictadura de los Somoza y desembocar años más tarde, de la mano de Daniel Ortega en la más cruel dictadura de este continente; la concertación de un Pacto Amazónico, entre los países de la región, para hacer frente a la amenaza de declarar a esa cuenca hidrográfica “ un gran protectorado internacional en beneficio de la humanidad” El ingreso de Venezuela a los Países No Alineados. La reclamación histórica de la Guayana esequiba y la delimitación de arias marinas y submarinas con Colombia, en el Golfo de Venezuela. Estos son, entre otros, los retos que debía enfrentar el Canciller Consalvi al jurar su cargo. Y como los afrontó con éxito, uno tras otro. 2.- Segundo Canciller en el gobierno de Jaime Lusinchi. Más tarde en los años 80 Consalvi es designado como el segundo canciller del presidente Jaime Lusinchi, su antecesor fue un personaje gris, de muy pocas actuaciones acertadas, vanidoso e inflado como un “pez globo” afortunadamente de corta duración en el cargo: Isidro Morales Paúl. Tan solo duró tres meses y medio, pero fue un verdadero desastre, su sucesor tuvo que llegar como un apaga fuegos, para retomar la decencia en la Cancillería. Nuevos retos para el Canciller Consalvi fueron las negociaciones de Contadora, la búsqueda de un clima de paz para Centroamérica, los grandes avances en la integración, el impulso a la reclamación territorial con Guyana y las fuertes presiones de Colombia para el establecimiento de un condominio sobre el Golfo de Venezuela, que desembocará en el grave incidente del Caldas, el cual vale la pena señalar in extenso porque es un buen ejemplo de coordinación entre la Presidencia de la República, la Cancillería y las Fuerzas Armadas (vede 6). 3.- Representante Permanente de Venezuela ante la ONU La llegada de Simón Alberto Consalvi a Nueva York como Representante de Venezuela ante la ONU coincide con la existencia y agravamiento de cinco situaciones muy delicadas en el ámbito internacional: a) una confrontación cada vez más creciente de parte de las dos superpotencias; b) la guerra fría en pleno apogeo, lo que ofrecía cada día novedosas e intimidantes sorpresas; c) la carrera armamentista en rápida progresión exponencial; d) el sistema para las transacciones de comercio y de pagos establecidos en los acuerdos de Bretton Woods se hacen añicos y e) la crisis energética con su listón indicativo en su punto más alto. Es oportuno decir también, que en ese mismo momento la OPEP se encontraba muy bien cohesionada para aumentar a buen ritmo y mantener los precios del petróleo. Como es sabido, infortunadamente, todos los países miembros del organismo estaban en manos de gobiernos autoritarios, con jefes de estado crueles y despóticos, solamente Venezuela se perfilaba como una democracia, con un presidente cuya estatura y prestigio iba creciendo, se podía decir con acierto que Carlos Andrés Pérez estaba adquiriendo volumen dentro de su propia piel como un líder por excelencia del tercer mundo. Para un hombre como Consalvi acostumbrado a moverse en los escenarios políticos, en forma inteligente, aprovechó dos Asambleas Generales Extraordinarias -que iniciaron en 1974 con el objeto de hacer frente a estos