El personal diplomático y el Estado
JUAN FRANCISCO CONTRERAS ARRIECHE – La profesionalización del Servicio Exterior, desde siempre ha sido una preocupación del Colegio de Internacionalistas de Venezuela (CODEIV), recientemente el tema ha sido abordado por dos expresidentes del Colegio como son Freddy Álvarez Yanes y Alonso Pérez Marchelli quienes han hecho acertados señalamientos sobre la importancia de la necesaria profesionalización del Servicio Exterior venezolano. Los miembros del personal Diplomático de un país, son funcionarios de Estado, por lo tanto, el ingreso al Servicio Exterior no debe partir del establecimiento de cuotas, parcialidades políticas o nepotismo, ya que, en el ejercicio de sus funciones, deben velar y responder por los intereses de la nación y no a los de un partido o una ideología política. Estos funcionarios no se pueden improvisar, debido a que representan la cara más visible del país en el exterior. La formación debe responder a un proceso integral, que abarcan entre otras materias las teorías de las relaciones internacionales, el derecho internacional (público y privado), la geografía, la historia, economía, la negociación, protocolo y ceremonial y por supuesto los idiomas. Por esta razón, le corresponde al Estado, invertir importantes recursos y tiempo en la preparación de este personal. En Venezuela se han formado cerca de cuatro mil (4.000) profesionales, egresados de las Escuelas de Estudios Internacionales de la UCV y recientemente en la USM que aspiran a desarrollar la vocación en la profesión que escogieron. La eliminación de la carrera diplomática un gran retroceso Se ha producido un gran daño al país, al eliminar la carrera diplomática, en las últimas dos décadas Venezuela camina en sentido contrario al resto de los países que pugnan por tener mejores profesionales cada vez más preparados y competitivos, los cuales ingresan por concurso al rango inferior de la carrera, que es tercer secretario de allí van ascendiendo, formándose y madurando en los distintos rangos hasta después de muchos años en el Servicio, logran por méritos propios cumplir los requisitos, obtener el conocimiento y la experiencia para desempeñar el rango de embajador. Si bien es cierto, el artículo 236, de la Constitución vigente, le otorga al presidente de la Republica, la atribución de dirigir las relaciones exteriores, pero esto no significa que cada presidente cuando asume el poder, debe remover y posteriormente, a todos los funcionarios del Servicio Exterior, como pretende la última e ilegal Ley de Servicio Exterior que se aprobó en la Asamblea Nacional, el año 2013, donde todos los cargos pasan a ser de libre nombramiento y remoción. Esta lamentable practica solo ha servido para colocar fichas políticas, familiares y funcionarios públicos fracasados, que solo responden a una parcialidad política. La profesionalización y la meritocracia Los internacionalistas, junto a otros profesionales afines, aspiramos devolver el brillo que el Servicio Exterior venezolano tuviera durante los años de la democracia y que concluyo el 30 de mayo del año 1999, cuando, Chávez despidió del Ministerio de Relaciones Exteriores. a la mayoría de embajadores y cónsules, muchos de ellos funcionarios de carrera que habían alcanzado rangos superiores en base a méritos académicos y profesionales, de igual forma se persiguió, se acosó y en muchos casos se le quitaron las funciones a una gran cantidad de personal diplomático, a los cuales, legalmente, no podían despedir, de todos los rangos que se vieron en la necesidad de renunciar o acogerse a las “jubilaciones graciosas”. Esto ha representado un inmenso daño a la República, dilapidando la experiencia y conocimientos acumulados por décadas de estos funcionarios. Estas acciones continuadas, solo fueron superadas tiempo después por el despido de los veintitrés mil (23.000) gerentes y personal técnico de la industria petrolera nacional ocurrida en el año 2.003. Como resultado de estos dos casos, que no han sido los únicos, hoy en día, ya son palpables las trágicas consecuencias, que estas decisiones, han traído para nuestro país. Desde el año 2005, no se realizan concursos para el ingreso de funcionarios a la Cancillería, por esta razón exhortamos que en el momento que comience la transición política, se designe Ad-hoc, una Junta de Evaluación para el ingreso y la reestructuración de la Cancillería, que inicie el proceso de profesionalización del personal, para que se pueda marchar en paralelo con la elaboración y aprobación de una nueva Ley de Personal del Servicio Exterior, que contemple la carrera diplomática basada en la meritocracia, como la promulgada en 1962 y que de forma sustancial la mejore, atendiendo los nuevos tiempos y circunstancias, pero siempre dirigida a promover la profesionalización y excelencia de nuestro Cuerpo Diplomático y Consular. Internacionalista UCV / Magister en Seguridad y Defensa/ Presidente del CODEIV @jfca