Referencias sobre el Salón del Tríptico en el Palacio Federal Legislativo

Por VÍCTOR M. MENDOZA CORONADO Hablar de los salones protocolares existentes del más alto valor simbólico del patrimonio cultural que se encuentran en los distintos palacios de gobierno existentes en nuestro país, es hablar y apreciar algunas de las obras de arte más representativas de la identidad nacional, que han sido fundamento en nuestra historia. Hay Casonas que se han convertido en espacios para ser sede de residencia de Jefes de Estado, Gobernadores entre otros.  Las distintas ceremonias y la experiencia a través de estos cuarenta y ocho (48°) largos años del diario vivir del  Ceremonial y Protocolo,  he observado como los Mandatarios venezolanos han convivido su experiencia palaciega en  Miraflores y en la Residencia Presidencial de la Casona, donde se encuentra salones que han sido testigo de actos protocolarios y con una galería de cuadros hechos por pintores venezolanos que demostraron a lo largo de sus años,  el pincel reflejado en las distintas pinturas de Próceres de la Independencia y de personalidades notables que han servido a la nación, en sus distinta etapas. En el caso del Palacio de Miraflores, podemos observar en el Salón Sol del Perú que es una de las salas más representativas del Palacio. Se utiliza principalmente para el acto de presentación de las Cartas Credenciales de Embajadores acreditados en nuestro país y eventos muy especiales. En su decorado destaca un Sol de Oro donado por el gobierno peruano, así como las pinturas «El Día» y «La Noche», de Arturo Michelena; un retrato ecuestre de Simón Bolívar (1936) como obra central del salón y un retrato del primer Presidente de Venezuela, Cristóbal Mendoza, ambos de Tito Salas. En este mismo palacio, podemos admirar la obra de Martín Tovar y Tovar, que se encuentra en el Salón de Embajadores, donde muy acertadamente refleja la figura de los primeros dueños del Palacio de Miraflores; ellos eran el General Joaquín Crespo y su dilecta esposa Jacinto Parejo de Crespo.  Asimismo, se observa en el Salón Boyacá un cuadro del pintor y muralista Gabriel Bracho, quien representa con su característico estilo la gesta heroica en el puente de Boyacá. Los rostros de Bolívar, Santander y José Antonio Anzoátegui ponen de manifiesto la acción protagónica de estos personajes en dicha Batalla. El cuadro fue inaugurado por el Presidente Rafael Caldera durante su primer gobierno, el 1 de agosto de 1973. En el marco de la Conmemoración del Centenario de la Declaración de la Independencia, el Gobierno del General Juan Vicente Gómez, decidió crear e integrar a la colección del Palacio Federal Legislativo dos nuevas piezas integradas en el Palacio Federal: la obra    TRÍPTICO de Tito Salas., y en el Salón Elíptico, el Arca, realizada en bronce y granito, rematada en un busto de Bolívar, que conserva el Libro de Actas firmado el 5 de Julio de 1811.  La mayoría de los historiadores nos hablan de las distintas obras existentes de artistas del siglo XIX y de artistas del siglo XX, reflejadas en las telas ejecutadas por los grandes maestros en las distintas galerías, Museos de Artes, casas históricas, inclusive de familias muy distinguidas que tienen cuadros originales de pintores venezolanos y han demostrado como conservar e integrar colecciones inéditas, tanto en obras de arte, mobiliario y decoración.  El Salón del Tríptico, denominado así a partir de la inclusión de la obra de Tito Salas, el espacio está ubicado en el cuerpo norte del Palacio Federal Legislativo; es un amplio Salón que fue transitado desde 1877 hasta 1911 como sala de reuniones del Ejecutivo Nacional, hoy día es de carácter protocolar.   En consecuencia, hoy traigo como comentario, la importancia de un salón llamado Salón del Tríptico, que sirve de antesala al Primer Mandatario Nacional, cuando asistía al extinto Congreso de la República hoy denominada Asamblea Nacional, a actos oficiales en el Salón Elíptico, Hemiciclo Protocolar entre otros.  Es importante acotar que cuando se tiene prevista la visita oficial de un mandatario extranjero, es natural que se reciba en el Salón Elíptico, escenario de una galería de cuadros de Próceres de la Independencia y de Batallas que alcanzaron darle la Libertad a Venezuela, justamente pintado por otro gran maestro de maestro como lo fue Martín Tovar y Tovar. En el caso de la obra interpretativa del Tríptico de Tito Salas, recoge tres secciones que se insertan en el marco de madera, conforman tres momentos de la vida y muerte de El Libertador Simón Bolívar.  En cada sección de la obra se puede observar un vigoroso dinamismo rítmico; en la moldura una, es hablar del Juramento de Bolívar en Roma, sobre el Monte Sacro,   Se observa a su maestro, Simón Rodríguez, en una charla casual, pero trascendental para el futuro de la América, justo el pasado 15 de Agosto de 2020, se cumplieron doscientos quince (215°) años en 1805, El Libertador realiza el juramento de liberar al continente del imperio español y crear una gran nación en democracia, y con igualdad para todos los conciudadanos; donde extiende  su brazo izquierdo en un gesto sopesado, mientras su maestro le mira fijamente a sus ojos. En el panel central que posee un movimiento propio de las grandes obras del Renacimiento, que se denomina el Paso de los Andes.  La composición nos ofrece una imagen de la hazaña del Padre de la Patria.  Simón Bolívar, decide cruzar los Andes en 1819, y llegar al Perú para liberarlo por esta vía, una proeza de trascendencia e impacto para la liberación de América, la cual presumió un gran esfuerzo por parte de las tropas y de los oficiales. El tercer compartimiento de la obra, Salas da conocer su destreza en el manejo de una paleta rica de colores y maestría en el dominio del pincel.  “Detrás de la cama, un incendiario genera una nube sobrenatural que sube en espiral, según asegura Rafael Pineda, en su libro “La pintura de Tito Salas”, el espiral del espíritu que se eleva al cielo.  La nube está poblada de siluetas de figuras y acciones, momentos trascendentales en la vida de