La Biblioteca Real de Dinamarca
1.- Una biblioteca de merecida fama mundial Siempre escuché decir que la Biblioteca Real de Dinamarca es una de las más importantes del mundo –de hecho, se encuentra catalogada en internet dentro de las diez primeras a nivel planetario- esto me causaba sorpresa, pues se trata de un país cuyos habitantes hablan una lengua conocida apenas por 5 millones y pico de daneses. ¿Cómo podía ser posible este hecho tan singular? Un buen día encontré a su director Erland Kolding Nielsen, en una comida entre diplomáticos celebrada en Copenhague y le pregunté sobre el asunto. A continuación, les cuento lo que me respondió y quiero compartirlo porque me parece muy interesante, junto a otros sucesos que viví en esa biblioteca: 2.- Una explicación excitante, en el interés por descubrir mundos ocultos -Apreciado Embajador Álvarez Pifano, como usted sabe muy bien, Vikingos es el nombre dado a los pueblos nórdicos, originarios de Escandinavia, famosos por sus invasiones a otros pueblos de Europa, con la finalidad de apropiarse de joyas, oro, piedras preciosas, obras de arte y sobre todo de libros. En un mundo que no conocía la imprenta –invención del genio alemán de Johannes Gutenberg en 1440- los libros eran diseñados y hechos a mano por monjes que trabajaban en monasterios dedicados a crear verdaderas obras de arte: ilustraciones religiosas de una calidad artística, como la humanidad no había conocido hasta entonces. Ahora bien, la aparición de los Vikingos en la escena política europea adquiere relevancia con el saqueo del monasterio de Lindisfarne (793 D C) en el norte de Gran Bretaña, al que pronto siguieron ataques a otros monasterios en la búsqueda de libros. En pocas palabras, la Biblioteca Real de Dinamarca se nutrió de miles de incunables que el pillaje de los vikingos le dejó como curadora de un maravilloso mundo artístico único en la historia de la humanidad. Por lo demás la Biblioteca Real tiene todos los libros publicados en Dinamarca a través de toda su historia, del primero al último. Entonces me dijo: – Embajador, yo lo invito a que venga a conocer nuestra biblioteca, soy muy amigo de la señora Virginia Betancourt, directora de la Biblioteca Nacional de Venezuela, una persona por la cual siento gran admiración y aprecio, por su trabajo en la conservación del patrimonio cultural de Venezuela, a través de los libros. 3.- Ningún libro de autor venezolano En la oportunidad que visité las colecciones de la Real Biblioteca de Dinamarca me interesé por saber cuáles escritores de Venezuela se encontraban allí. Pregunté ¿tiene las obras completas de Rómulo Gallegos? la respuesta: No; Arturo Uslar Pietri: No. Mariano Picón Salas: No; Dígame, nuestro poeta nacional Vicente Gervasi, quien fue Embajador de Venezuela durante 6 años en Dinamarca, tiene alguno de sus libros de poesía en esta biblioteca. La respuesta fue la misma, no tiene ningún libro. Esto me entristeció, pues el poeta Vicente Gervasi forma parte de mi familia: es hijo de una Pifano, su madre se llamó, Anna María Federico Pifano, fue prima hermana de mi abuelo: Carmelo Pifano Federico (prima hermana doble, por los Federico y por los Pifano) fue el quien trajo al matrimonio a Venezuela. En su Italia natal era maestra de escuela y una excelente ejecutante de piano. En lo personal, los Pifano siempre hemos mantenido la idea: que el formidable talento poético y la inalcanzable vena artística de Vicente Gervasi le viene de los Pifano. Su honestidad como venezolano ejemplar, la heredó de su padre, Giovanni Batista Gervasi a quien dedicó su famoso poema: “Mi padre el emigrante”. Venezuela fue su nueva patria, a la que amó muchísimo y trabajó por ella para el resto de su vida. En estas circunstancias, le ofrecí al director de la Real Biblioteca de Dinamarca un trato: voy a realizar las gestiones necesarias para obtener todos los libros de la Biblioteca Ayacucho y donarlos a esta institución que usted dirige. 4.- La más completa colección de libros de América Latina La Biblioteca Ayacucho, como es sabido, editó la más completa colección de autores clásicos de la literatura latinoamericana. Su idea, concepción y desarrollo fue obra de un notable poeta, político y jurista venezolano: José Ramón Medina. Acto seguido llamé al presidente y fundador de la Biblioteca Ayacucho y le propuse la idea. El resultado fue que José Ramón Medina –a través de Oswaldo Trejo, quien poseía una colección completa- me envió a Dinamarca la entera Biblioteca Ayacucho, que para esa época había editado unos 230 volúmenes. El primer libro de la colección tiene por título: “Doctrina del Libertador” y contiene escritos de política y cuestiones sociales de Simón Bolívar. Ese fue el libro que puse en las manos del director de la Biblioteca Real, para en forma simbólica hacer acto de entrega de la entera colección (ver la foto que ilustra la presente crónica). Yo me cuidé muy bien de dejar en claro y así lo dije en mi discurso, que la donación la realizaba el Dr. José Ramón Medina, fundador y presidente de la Biblioteca Ayacucho, con lo cual se le hacía un merecido reconocimiento a este destacado intelectual venezolano: escritor, poeta, político y abogado. Este hecho fue recogido con agrado por los medios de comunicación internacionales: el evento tuvo una cobertura total en Venezuela, Dinamarca y en todos los países latinoamericanos que tienen sus escritores en esa colección. Todos los embajadores latinoamericanos acreditados en Dinamarca me acompañaron en este acto y ellos se ocuparon de las noticias de prensa en sus respectivos países. Un éxito absoluto. 5.- La donación de la Biblioteca Ayacucho provocó la ira del canciller de Venezuela Al día siguiente, muy temprano, tenía en el teléfono al canciller de Venezuela, Miguel Ángel Burelli Rivas, quien me espetó: Como es eso, que usted anda haciendo donaciones de libros a nombre del gobierno de Venezuela y dando declaraciones de prensa a los medios internacionales sin que yo sepa nada de esos asuntos. No me venga con el cuento de que usted recibe instrucciones de José Ramón