La Paradoja Sorites
Una solución perversa para resolver problemas políticos Por Hugo Álvarez Pífano 1.- ¿En qué consiste la Paradoja Sorites en la historia de la filosofía? La Paradoja Sorites se suele expresar con la frase: “un grano de arena no hace un montón” Después se dice: dos granos de arena tampoco; luego, tres granos de arena siguen sin hacer un montón, hasta llegar al grano 1.000.000 que si hace un montón. Si razonamos en sentido contrario, al referirnos a una persona que tiene la cabeza llena de pelos (alguien que no es calvo) decimos: “la pérdida de un pelo no te hace ser un calvo” Después, la perdida de dos pelos tampoco, con la perdida de tres no eres calvo, hasta llegar a la pérdida de 1.000.000 de pelos, entonces estás completamente calvo. Pero, dos preguntas saltan a la palestra: ¿Es este razonamiento correcto? ¿Existe un grano de arena o un pelo que marca la diferencia entre ser o no ser? Estas son las dos versiones de un célebre problema atribuido al filósofo griego Eubúlides de Mileto (siglo IV a. C.) y que se conoce con el nombre de la Paradoja Sorites. “Sorites” viene del griego “soros” que significa montón y se refiere al montón de arena a que hemos hecho mención al principio. 2.- Qué nos enseña la Paradoja Sorites De hecho, existe un punto en el que añadir un grano de arena produce una diferencia, entre no ser un montón y ser un montón; en que hay un número de pelos que marca el límite exacto entre un calvo y uno que no lo es. ¿Cuál es esa diferencia o ese límite? Hemos escogido la cifra 1.000.000 arbitrariamente, pero podría ser una menor o una mayor. Dicho en otras palabras: ¿Cuándo se produce el cambio de un estado a otro? En honor a la verdad si existe tal frontera, un límite, el punto preciso en que tiene lugar el cambio, no sabemos dónde se encuentra. Más aún, ignoramos si existe una cifra exacta y por demás confiable. Con absoluta certeza podemos afirmar: que nos movemos en el terreno de la vaguedad. Hemos entrado en lo que la moderna filosofía llama la “lógica difusa” iniciada por el matemático Lofti Zadeh (1). 3.- Qué sabemos de trucos y artimañas de la Paradoja Sorites para resolver problemas. Con la Paradoja Sorites se ha tratado de resolver problemas de diversa índole, no solo los que atañen a montones de arena y a cabezas peladas, existen muchos más de utilidad práctica: cuándo una persona debe ser considerada gorda o flaca, alta o baja, rica o pobre, honrada o deshonesta, inteligente o bruto, vivo o pendejo, blanco o negro, para terminar: gobernante democrático o autoritario violador de los derechos humanos; país genocida o país que comete delitos de lesa humanidad. 4.- Dos problemas ligados a la Paradoja Sorites: los fumadores empedernidos y el aborto. Los fumadores son muy propensos a justificar su vicio y recurren al razonamiento fallido que subyace a la Paradoja Sorites: “un cigarrillo más no va a matarme”, después otro y otro…. ¿Cuál es entonces el cigarrillo que lo mata? Es obvio, lo que mata al fumador no es ese cigarrillo siguiente en una progresión sorítica, sino el cuadro clínico que tiene como consecuencia de todos los cigarrillos que ha fumado durante su entera existencia. El otro problema: El aborto es la extracción de tejidos del embarazo o bien, del feto y la placenta, del útero de una madre en plena gestación. Lo que marca la diferencia entre estos dos productos de la concepción, es el término de ocho semanas de gestación: antes de ocho semanas se habla de tejidos del embarazo, después de feto y placenta. ¿Por qué ocho semanas, no un día antes o después? Estamos nuevamente en los predios de la vaguedad, bajo la disciplina de una lógica difusa, dentro de un razonamiento de progresión sorítica. En todo caso, llámese tejido al producto de la unión de un óvulo y un espermatozoide o feto, estamos ante una interrupción del embarazo, algo que no es correcto, antes o después de ocho semanas. Otros nombres para un aborto incluyen: aborto electivo, aborto inducido y aborto terapéutico (2). 5.- Aplicación de la Paradoja Sorites en las relaciones de Venezuela y América Latina 5, 1.- Las dictaduras en América Latina Cuando Chile estuvo atrapado, de la manera más sangrienta, entre las gorilescas manos de Augusto Pinochet, Venezuela adoptó una actitud noble y generosa. En lo personal me tocó -como director del Departamento de América, en la Cancillería venezolana- llevar un avión a Chile para trasladar a Venezuela centenares de detenidos en un estadio de Santiago. Eso lo sentí como abrir a unos seres humanos una gran ventana a la vida, a la dignidad y a la esperanza humana. También -en ese mismo carácter- fui a recibir al Aeropuerto Simón Bolívar en Maiquetía a centenares de exiliados políticos argentinos que huían de las garras de Jorge Rafael Videla, uno de los más feroces dictadores en los anales de la historia de América latina. A ellos los acomodamos en el Hotel Veroes, en la esquina caraqueña del mismo nombre, tuvimos que correr para comprar biberones y leche para los bebés y medicinas para los enfermos. También cuando presté servicios en Brasil durante la dictadura de Ernesto Geisel, uno de los más feroces represores de su propio pueblo, fueron muchos los estudiantes brasileños a los que tuvimos que proteger y aceptar en nuestras universidades para que continuaran sus estudios. En todo caso, siempre Venezuela les tendió una mano amiga y bondadosa. 5, 2.- Trinidad y Tobago un país genocida de venezolanos Desde el año 2017, la miseria y la falta de alimentos ha obligado a los venezolanos más vulnerables por su condición económica, a buscar esperanzas de una mejor vida en algunas islas del Caribe, en particular las más cercanas: las islas A B C, Aruba, Bonaire y Curazao. En el lado oriental, nuestros venezolanos han tenido en la isla de Trinidad y Tobago, un fabuloso