Los hijos de los mandatarios
Por Abraham Clavero Por lo general, al hace referencia de las actividades de los familiares cercanos de los mandatarios, el nepotismo constituye una constante. La historia de la humanidad está llena de cientos de casos de esta índole, que han puesto en entredicho el cabal desempeño de un sinnúmero de gobernantes. La debilidad de cruzar esa línea que conduce a la intromisión en los asuntos de estado, representa un hecho a la que no escapan incluso los gobiernos democráticos, mientras que en regímenes de cualquier otro signo constituyen una constante aceptada. En fechas recientes, los hijos de los mandatarios de Colombia y los Estados Unidos han sido centro de este tipo de acusaciones, debiendo soportar infinidades de críticas provenientes de la opinión pública en general y de los medios de comunicación en particular, al igual que denuncias en las instancias gubernamentales. Las actividades de Nicolas Petro y sus recientes confecciones que involucran al gobierno del presidente colombiano, así como las acusaciones contra Hunter Biden, que han llevado al nombramiento de un fiscal especial, constituyen situaciones que han enturbiado el desempeño de las administraciones de Gustavo Petro y Joe Biden. Al revisar el historial de estos dos casos, se pueden observar diversas conductas violatorias de los principios de una sana y diáfana gobernanza. En el caso colombiano, los señalamientos contra Nicolas Petro, unida a su confesión han desencadenado circunstancias apremiantes que constituyen pruebas fehacientes para someter al actual gobierno a un escrutinio más detallados, poniendo en peligro su devenir político. Al respecto, se argumentan cuáles serán las acciones que el presidente deberá tomar ante la develación de situaciones de tanta envergadura. Su hijo Nicolas, ha sido prácticamente centro de atención casi desde el inicio del actual gobierno, por hechos de corrupción que han desembocado en la apertura de acción judicial por parte de la Fiscalía General de la Nación. Sus declaraciones colocan a su progenitor, en el ojo del huracán, cuando recién cumple su primer año de mandato. Egresado de la Universidad Pontificia Bolivariana, diputado a la Asamblea del Departamento del Atlántico, con estudios sobre Cambio Climático en la Universidad Iberoamericana y una maestría en Gobierno y Gestión Pública de la Universidad Pompeu Fabra, (Barcelona-España), es el más conocido de los hijos del mandatario colombiano. Es el único que se decantó por seguir una carrera política. Es hijo de Katia Burgos con quien Gustavo Petro mantuvo una relación durante su militancia en el M-19. El presidente tiene dos hijos de otra relación. Posteriormente, contrajo matrimonio con Verónica Alcocer, con quien tuvo dos hijas. Por su parte, la primera dama aportó al núcleo familiar un hijo quien también lleva el nombre de Nicolás. Radicado en Barranquilla, se puso al frente del movimiento político de su padre “Colombia Humana”, manteniendo una relación fluida hasta concluida la campaña electoral y la elección presidencial. Esa buena disposición contribuyó, fundamentalmente, a la reconstrucción de los lazos familiar que los había mantenido separados. Participó en todos los actos electorales, manteniendo una actitud de bajo perfil, y se dice que trató de asimilar la capacidad de su progenitor de llegar con su discurso a los sectores más populares. El pasado 1 de febrero, se produce un vuelco de 180 grados a raíz de las declaraciones de su ex esposa, Day Vásquez, que sirvieron para abrir una especie de Caja de Pandora. Sobresalió en esa denuncia, las grandes cantidades de dinero de empresarios que creían estar aportándolo a la campaña de su padre. Lo más grave es que algunas de esas donaciones fueron realizadas por elementos relacionados con el narcotráfico y el contrabando. Ante esta evidencia el primer mandatario debió solicitar a la Fiscalía una investigación a fondo. Hay que destacar que la revista Semana, en una edición reciente, publicó una amplia entrevista con la señora Vásquez, en la cual se refirió con lujo de detalles a toda esa situación aportando prueba que incluí sus chats con Nicolás. Estos acontecimientos han servido para dar un vuelco total a la armonía familiar, y al mismo tiempo convirtiéndolo en un elemento incómodo sobre quien pesa la acusación de haber aprovechado el nombre de su padre para enriquecerse. Todas estas revelaciones constituyen una verdadera amenaza para la democracia colombiana, según lo han revelado diversos dirigentes colombianos quienes consideran que “el testimonio de Nicolas Petro es una bomba que estremece los cimientos de la democracia y pone en estado de coma el gobierno actual, quien tendrá que pasar el resto de sus días defendiéndose, sus políticas quedarán en entre dicho y desatarán más odios, rabias y frustraciones”. El caso de Robert Hunter Biden (Wilmington, Delaware; 4 de febrero de 1970), es mucho más complejo, con una serie de ramificaciones de carácter internacional. Graduado en la Universidad de Georgetown (1992) con una licenciatura en historia, y voluntario jesuita en una iglesia en Portland, Oregón. Casado con Kathleen Buhle (1993), se graduó de abogado en la Escuela de Derecho de Yale, (1996). Hunter Biden comienza su vida profesional desempeñándose en una importante compañía bancaria, (MBNA América), y contribuyendo de manera significativa a las campañas políticas de su padre. Para 1998, ascendido al rango de vicepresidente ejecutivo. De 1998 a 2001, trabajó en el Departamento de Comercio de Estados Unidos. Se dedica entonces a la actividad de lobista (2001), participando en la fundación de la firma Oldaker, Biden & Belair. Según la revista The New Yorker, los Biden establecieron una relación en la que “Biden no le preguntaría a Hunter sobre sus clientes, y Hunter no le diría a su padre información sobre ellos”. En 2006, fue nombrado por el presidente George W. Bush vicepresidente de la junta directiva de Amtrak (nombre comercial de la red estatal interurbana de trenes de pasajeros de Estados Unidos) cumpliendo funciones hasta enero de 2009. Fue cofundador de la firma de inversión Rosemont Seneca. También se unió al bufete de abogados Boies Schiller Flexner LLP y estableció la firma de capital de riesgo Eudora Global. En mayo de 2013, se aprobó su solicitud para un puesto de