Al mejor estilo nicaragüense

Las elecciones regionales en Venezuela Por Abraham Clavero Las elecciones para escoger al próximo gobernador de Barinas se han convertido en el acontecimiento que ha marcado tendencia en el acontecer político de finales del 2021. El denominado “mejor sistema electoral del mundo”, según las palabras de Jorge Rodríguez, ha comenzado a mostrar sus “costuras” antes de terminar de dar los resultados definitivos del 21 de noviembre. Las recientes críticas, por parte de la Unión Europea, han sido un abre boca a través de su informe preliminar que les valió el calificativo de “espías” de parte de Nicolás Maduro, precipitando su salida del país. No era el momento para que los 130 funcionarios de la Misión de Observación de la Unión Europea permanecieran en Venezuela cuando ya la crisis en Barinas estaba en marcha. Desde el momento mismo del desconocimiento del triunfo del candidato opositor Freddy Superlano, pasando por la decisión de inhabilitar de igual manera a su esposa Aurora, así como la de Julio Cesar Reyes, son una muestra de que estamos en un contexto equiparable al puro estilo nicaragüense de Daniel Ortega con la diferencia de que aquí se puso en práctica las inhabilitaciones exprés. Esta situación llevó al poder ejecutivo a elaborar un libreto en el que las declaraciones del presidente Maduro, anunciando la escogencia del Ministro de Industria y Comercio Jorge Arreaza, destacan como un hecho consumado que el ex canciller será el próximo gobernador de Barinas. Los diversos subterfugios que han tenido lugar desde finales de noviembre sirven para caracterizar aún más uno de los aspectos más nefastos del denominado Socialismo del Siglo XXI: aferrarse al poder a como dé lugar. Tal como lo ha dicho Andrés Caleca: “la peleíta, la zancadilla, la maniobrita, la trapisonda, el madrugonazo, el cacareo, la politiquería”. Estos procedimientos son un reflejo de lo que se ha puestos en práctica en la Bolivia de Evo Morales que llegó hasta modificar la constitución para lanzarse por tercera vez a la presidencia. También lo hizo en Ecuador Rafael Correa y más recientemente Daniel Ortega en Nicaragua inhabilitando y encarcelando a todo el que osaba quererle disputar el poder. Aquí, en unas elecciones de menor jerarquía, el gobierno madurista está ejecutando medidas enmarcadas a no dejarse arrebatar el poder en un feudo tan emblemático para el chavismo, donde la familia del desaparecido comandante ha gobernado sin ningún tipo de control por parte de los órganos del Estado. La gobernación ha pasado de padre a hermanos convirtiendo a Barinas en su coto particular, imponiendo sus criterios para beneficio propio. De acuerdo con las encuestas, todo presagiaba que esa hegemonía se prolongaría después del 21N. Los estudios de opinión no le otorgaron verdadera relevancia al malestar del pueblo barines cansado de tanta decidía, falta de gobernanza, múltiples irregularidades y promesas no cumplidas, saliendo a votar ese domingo por un candidato de cierta talla a nivel regional, que representaba una alternativa de posible cambio de todo lo que había sucedido en ese estado llanero en 22 años de administración de la familia Chávez. Si bien es cierto que el margen fue muy estrecho, el Consejo Nacional Electoral cuenta con toda la data que favorecían a Freddy Superlano y era inminente la proclamación de su victoria hasta que General José Rafael Serrano Gotera retuvo las actas, violando las normativas electorales e irrespetando la voluntad popular. Hasta ahora, no se ha abierto una averiguación administrativa a este militar y ningún organismo del Estado ha manifestado su desacuerdo por semejante comportamiento sectario. En cambio, el Tribunal Supremo de Justicia si actuó de inpso facto convocando a nuevos comicios, para complacer al Presidente Maduro y al mismo tiempo enfrentar la embarazosa situación, tratando de acallar la lluvia de críticas de la sociedad civil surgidas por semejante arbitrariedad. Mención aparte merecen la conducta de los rectores independientes del CNE en la que Enrique Márquez y Roberto Picón no cayeron el juego del gobierno manteniéndose en sus puestos, pero expresando públicamente sus disparidades de criterios respecto a la decisión del TSJ, al insistir que “no se debe permitir” que se perturbe la esencia de la participación ciudadana y “corresponde ahora a los barineses reiterar su derecho a elegir, votando masivamente el 9 de enero y organizando la contraloría electoral ciudadana necesaria para garantizar que en toda Barinas se pueda votar libremente y sin presiones”.   El gran dilema del chavismo era escoger un candidato que cumpliera con el requisito de continuar la tradición, según la cual un integrante dentro del círculo familiar fuese el elegido para optar al cargo. Es evidente que ante las diversas disyuntivas que debieron surgir en el seno de la familia Chávez, prevaleció el criterio del primer mandatario, por encima de otros factores poderosos, imponiendo a Arreaza por ser una ficha cerca y de su confianza. No hay que olvidar, además, que estuvo casado con Rosa Virginia Chávez.   Todo ello está enmarcado dentro de ese libreto cuyo objetivo principal era ganar tiempo, quitarle la iniciativa a los que deseaban presentar una candidatura consensuada dentro de la oposición y nuevamente agregar la variante de algún otro candidato para dispersar los votos como sucedió en varias entidades el pasado 21 de noviembre. A esto hay que añadir que dichos sectores se vieran en la necesidad de escoger un candidato de manera precipitada, ante el cierre inminente del periodo inscripción de los candidatos. Este hubiese sido el caso de Aurora, la esposa de Freddy Superlano quien ya tenía una matriz de opinión bien sustentada y construida durante los meses de campaña electoral. En este aspecto hay que recordar lo sucedido en Táchira y Carabobo, en comicios anteriores, donde las cónyuges lograron triunfos significativos.      Hay que ver en la inscripción del presidente del partido Soluciones Claudio Fermín, esa variante solapada para dispersar los votos. Dentro de este aspecto, es necesario tomar en consideración un aspecto muy significativo que el ex alcalde de Caracas si es de Barinas. Los otros cuatro candidatos admitidos por el CSE, supuestamente de oposición, deben de