LA AUTONOMIA UNIVERSITARIA

La situación de asfixia universitaria sigue siendo alarmante. A unas reformas cosméticas en ciertas universidades y que se hacen desde afuera, sin darle el presupuesto adecuado a las instituciones, se une no solo un arbitrario control en las nóminas, obligándolas a enviar la data de sus trabajadores para que sus sueldos sean cancelados, sino además la nula e inexistente promoción a la investigación, a la modernización de las bibliotecas y a la seguridad. La autonomía está en el olvido, así de simple. La muestra más palpable es la del oscuro manejo que se ha hecho del pago del bono vacacional, en el que según anunciaron unas supuestas agrupaciones sindicales gubernamentales, se pagaría en partes, lo cual hace que la remuneración se diluya ante la galopante inflación que castiga al país. La situación llevó a que se generara un movimiento de protesta que trascendió a las corrientes políticas y partidistas. Finalmente, la presión obligó a que anunciaran que pagarían el bono completo en los próximos días. Aunque el régimen quiso mostrarlo como un triunfo de sus corrientes sindicaleras, la evidencia es que tuvieron que ceder. Sin embargo, puede el régimen pensar que con ello silenciará una protesta nacional, cuando los organizadores, venidos de las propias instancias gremiales académicas de distinto nivel, han dicho que la lucha debe continuar hasta que se derogue la absurda normativa de la ONAPRE, cuya aplicación disminuye la remuneración y según indican los expertos en la materia, menoscaba y desmejora lo que se percibe. Tal vez sin pensarlo, poniendo de manifiesto su arbitrariedad y desprecio hacia la educación libre, plural y autónoma, el régimen aglutinó a una sociedad que nota como maltratan a la educación, articulando a un adversario de envergadura y de profundo arraigo social.  “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción” – Simón Bolívar  .