Por Hugo Álvarez Pífano

Hugo Álvarez Pífano

Simón Alberto Consalvi situado, a un largo y ancho trecho del camino recorrido en su fecunda existencia (1927-2013), ha sido percibido por los venezolanos de diversas maneras y en modo especial, en el rol de un personaje de muchas caras de gran interés: un político republicano, situado al centro-izquierda de la democracia, lo que le costó en tiempos del dictador Marcos Pérez Jiménez, 3 años de reclusión en la cárcel de Ciudad Bolívar y un exilio (1953) en Cuba y Nueva York; más tarde, desde las filas del partido Acción Democrática, tuvo participación activa como constructor de la república liberal y democrática que Venezuela fue en los 40 años, que corrieron  de 1958 a 1998; así mismo, fue diplomático de importante trayectoria – especialmente como Representante Permanente de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas, Embajador en los Estados Unidos de América y Embajador en Yugoslavia- periodista de agudos análisis políticos, promotor cultural, historiador y escritor; pero más allá de todas estas consideraciones, para los diplomáticos venezolanos ha sido uno de los más sobresalientes Cancilleres que ha tenido nuestro país en toda su historia. Creo que esa es la opinión generalizada entre la gente de la Cancillería que tuvimos el privilegio de trabajar con él y que está corroborada por algunos hechos históricos. En efecto, Simón Alberto Consalvi alcanzó a realizar muchos logros personales, pero a diferencia de buena parte de los políticos venezolanos, no se quedó solamente en lo propio o egoísta de sus realizaciones, sino que la casi totalidad de sus metas y alcances exitosos fueron en beneficio de Venezuela y de amplios sectores de la comunidad internacional. A continuación, al hacer esta afirmación, nos proponemos a demostrarla.

1.- Tercer Canciller en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Consalvi llegó al Ministerio de Relaciones Exteriores como el tercer canciller que designó Carlos Andrés Pérez en su primer gobierno, lo precedieron Efraín Schacht Aristeguieta, un jurista de importantes contribuciones en el área del derecho internacional, partidario de una política internacional de principios, hombre de mundo –con excelentes relaciones personales a nivel planetario- gran Señor, maestro inigualable en el arte de libar con gracia, encanto y buen gusto; y Ramón Escovar Salóm, uno de los intelectos más vigorosos que ha pasado por la cancillería venezolana, hombre de inteligencia brillante y bien cimentada cultura política, realizó en 3 años de su actividad, 25 visitas oficiales al exterior, con importantes logros en beneficio del país. Todo esto ha debido ser un acicate para Consalvi. Por otra parte, era el momento en que Venezuela ante la comunidad internacional asoma  su perfil como líder del Tercer Mundo y lo hace a través de su participación en procesos de gran importancia como son la devolución del Canal de Panamá por parte de los Estados Unidos de América; el desarrollo de la Revolución Sandinista, para dejar atrás la negra noche de la dictadura de los Somoza y desembocar años más tarde, de la mano de Daniel Ortega en la más cruel dictadura de este continente; la concertación de un Pacto Amazónico, entre los países de la región, para hacer frente a la amenaza de declarar a esa cuenca hidrográfica “ un gran protectorado internacional en beneficio de la humanidad” El ingreso de Venezuela a los Países No Alineados. La reclamación histórica de la Guayana esequiba y la delimitación de arias marinas y submarinas con Colombia, en el Golfo de Venezuela. Estos son, entre otros, los retos que debía enfrentar el Canciller Consalvi al jurar su cargo. Y como los afrontó con éxito, uno tras otro.

2.- Segundo Canciller en el gobierno de Jaime Lusinchi.

Más tarde en los años 80 Consalvi es designado como el segundo canciller del presidente Jaime Lusinchi, su antecesor fue un personaje gris, de muy pocas actuaciones acertadas, vanidoso e inflado como un “pez globo” afortunadamente de corta duración en el cargo: Isidro Morales Paúl. Tan solo duró tres meses y medio, pero fue un verdadero desastre, su sucesor tuvo que llegar como un apaga fuegos, para retomar la decencia en la Cancillería. Nuevos retos para el Canciller Consalvi fueron las negociaciones de Contadora, la búsqueda de un clima de paz para Centroamérica, los grandes avances en la integración, el impulso a la reclamación territorial con Guyana y las fuertes presiones de Colombia para el establecimiento de un condominio sobre el Golfo de Venezuela, que desembocará en el grave incidente del Caldas, el cual vale la pena señalar in extenso porque es un buen ejemplo de coordinación entre la Presidencia de la República, la Cancillería y las Fuerzas Armadas (vede 6).

3.- Representante Permanente de Venezuela ante la ONU

La llegada de Simón Alberto Consalvi a Nueva York como Representante de Venezuela ante la ONU coincide con la existencia y agravamiento de cinco situaciones muy delicadas en el ámbito internacional: a) una confrontación cada vez más creciente de parte de las dos superpotencias; b) la guerra fría en pleno apogeo, lo que ofrecía cada día novedosas e intimidantes sorpresas; c) la carrera armamentista en rápida progresión exponencial; d) el sistema para las transacciones de comercio y de pagos establecidos en los acuerdos de Bretton Woods se hacen añicos y e) la crisis energética con su listón indicativo en su punto más alto. Es oportuno decir también, que en ese mismo momento la OPEP se encontraba muy bien cohesionada para aumentar a buen ritmo y mantener los precios del petróleo. Como es sabido, infortunadamente, todos los países miembros del organismo estaban en manos de gobiernos autoritarios, con jefes de estado crueles y despóticos, solamente Venezuela se perfilaba como una democracia, con un presidente cuya estatura y prestigio iba creciendo, se podía decir con acierto que Carlos Andrés Pérez estaba adquiriendo volumen dentro de su propia piel como un líder por excelencia del tercer mundo. Para un hombre como Consalvi acostumbrado a moverse en los escenarios políticos, en forma inteligente, aprovechó dos Asambleas Generales Extraordinarias -que iniciaron en 1974 con el objeto de hacer frente a estos cinco asuntos- para realizar intervenciones muy bien ajustadas en favor de que no fuesen los países pobres quienes pagaran los altos precios del petróleo, así mismo indicó el camino para que la crisis económica que golpeaba con fuerza a todos los países, no se cebara con mayor dureza sobre los más pobres, también abogó a favor de que los países en vías de desarrollo tuvieran una mayor participación en las decisiones internacionales, entre otras muchas cosas. Para la ocasión lo acompañó Manuel Pérez Guerrero, Ministro de Estado para los Asuntos Económicos Internacionales, quien por lo demás era uno de los diplomáticos venezolanos de mayor prestigio en los ambientes de las organizaciones internacionales. Esta fue una época de oro para la diplomacia venezolana, después de las intervenciones de Consalvi ante la Asamblea General de la ONU centenares de diplomáticos hacían largas colas para felicitarlo.

Más aún y esto es importante señalarlo, Simón Alberto Consalvi y Manuel Pérez Guerrero, luego de negociaciones difíciles y laboriosas, a mediados de diciembre de 1976, hacen que se lleve a cabo en París lo que se llamó “el Diálogo Norte-Sur” esto es: una conferencia sobre la cooperación económica internacional -fuera del marco de la ONU- con la participación de un grupo representativo de países escogidos sobre la base del principio de la distribución geográfica equitativa.

4.- Embajador de Venezuela en los Estados Unidos de América

Al hablar de la labor del embajador Consalvi en los EUA, por razones de espacio, nos referiremos a una sola de sus actuaciones, en esta ocasión en materia energética, que consideramos muy importante para los intereses de nuestro país. Como es sabido, el presidente George H. W. Bush padre, presentó ante el Congreso estadounidense una importante Ley de Política Energética (The Energy Policy Act of 1992) y logro su aprobación, apoyado por demócratas y republicanos. Esta ley tuvo una repercusión positiva en el desarrollo futuro de todas las fuentes de energía, tanto fósiles como renovables, así mismo estableció estándares máximos de emisión de gases tóxicos de efecto invernadero, estimuló la manufactura de vehículos híbridos y fijó metas de conservación y eficiencia energética para construcciones civiles, entre otros objetivos. Puede afirmarse, sin temor a exagerar que, esta normativa legal constituyó la más amplia y comprehensiva legislación energética aprobada en los Estados Unidos de América hasta entonces.

Conforme a instrucciones del embajador Consalvi, la diplomacia venezolana desplegó una intensa actividad e influyó para que se incorporara una cláusula en dicha Ley sobre cooperación energética hemisférica, de alto interés para Venezuela, por la cual nuestro país era reconocido como principal proveedor de energía del hemisferio y poseedor de vastas reservas de petróleo y gas natural. Resultaba obvio que Venezuela sería el epicentro de esta iniciativa, la cual también perseguía la seguridad y posible autosuficiencia energética del continente, eventualmente minimizando o liberando a los EUA de fuentes de suministro inseguras extracontinentales. Así mismo, la cláusula estableció una comisión de cooperación para las Américas. En esta labor diplomática el embajador Consalvi contó con la colaboración de su ministro consejero para asuntos de petróleo Luis Xavier Grisanti, de cuyos informes a Cancillería hemos elaborado este escrito.

5.- Embajador de Venezuela en Yugoslavia

Simón Alberto Consalvi llega a Yugoslavia como embajador de Venezuela a los inicios del año 1961, las relaciones diplomáticas entre ambas repúblicas se habían establecido, pero no existían las embajadas en las capitales de los dos países, la misión del embajador venezolano “prima facie” era abrir las oficinas y buscar la residencia del embajador en la ciudad de Belgrado. Precisamente, esta no es una tarea muy fácil, a quienes nos han confiado la labor de abrir embajadas -como mi caso personal en Nairobi, Kenia- sabemos las complejidades que esto encierra: llegar completamente solo a un país sin conocer a nadie, darte a la búsqueda de quien tenga la buena voluntad de ayudarte e iniciar una agenda de relaciones con las autoridades gubernamentales y el cuerpo diplomático acreditado. Yo comencé por visitar al Nuncio Apostólico en Nairobi, las embajadas del Papa disponen de muy buena información y son muy organizadas, así mismo cuando recomiendan a una persona para trabajar es un católico, competente y eficiente, en la Nunciatura me indicaron a una chica del Opus Dei a quien nombré mi secretaria. María, la mejor selección que pude hacer en toda mi vida. El Nuncio resulto ser un arzobispo napolitano ¡Quien encuentra a un napolitano, en cualquier lugar del mundo, encuentra un tesoro! Un año después de este encuentro, tuve que volver a él en solicitud de ayuda, pues un inglés, cura párroco en Nairobi, se negó a bautizar a mi hijo Manuel Antonio, porque yo no tenía certificado de bautismo (yo fui bautizado en la Iglesia de San Jerónimo de Cocorote, hace 84 años y en esa época no se daban certificados) Entonces el Nuncio me dijo: Pifano, no te preocupes, si los curas ingleses -Ah estos benditos curas ingleses- no te quieren bautizar “o pichirilo” yo te lo bautizo, aquí en la Nunciatura estamos en Nápoles de donde somos nosotros.

 No sé cómo comenzó el embajador Consalvi, pero en esa época el arzobispo de Yugoslavia, Alojzije Stepinac se había enfrentado al mariscal Josip Bros Tito, fue detenido en un Convento por cárcel, acababa de morir el año anterior y ese país no tenía relaciones con el Vaticano. El embajador Consalvi se dirigió al Hotel Metropol, un lugar frecuentado por artistas -pintores y escritores- intelectuales y sobre todo por personas desafectas al régimen comunista, allí el embajador venezolano no tarda en hacer buenos amigos, en especial se aproxima a los escritos políticos de Milovan Djilas, un antiguo comunista, compañero de luchas armadas del Mariscal Josip Broz Tito contra los nazis, Exvicepresidente de Yugoslavia y Presidente de la Asamblea Nacional, caído en desgracia tras denunciar en su libro -extraordinariamente agudo- La nueva clase, los desvíos del sistema y la formación de una élite comunista que no abandonaría jamás el poder, de esto existe una amarga experiencia en la Cuba de Castro, Venezuela de Chávez, Nicaragua de Ortega y Korea del Norte de Kim il-Sum. Consalvi ve una realidad muy dura: un país de gente muy pobre, donde lo único que brilla es la burocracia comunista. En tres años en que Consalvi permaneció en Yugoslavia se da cuenta del espejismo de las revoluciones comunistas y regresa a una verdadera vocación democrática. Son los tiempos del presidente Raúl Leoni y debe regresar a su país: Misión cumplida, lo aguardan las realizaciones de nuevas tareas en la Venezuela democrática.

6.- La Crisis de la corbeta Caldas.

La “Crisis de la corbeta Caldas” tuvo lugar el 9 de agosto de 1987, cuando un barco de guerra colombiano –la corbeta ARC Caldas- cruzó el paralelo de Castilletes rumbo al sur y se colocó en el Golfo de Venezuela, en el centro del área reclamada por Colombia, allí fue interceptada por el patrullero venezolano ARV Libertad y tuvo lugar el siguiente dialogo, muy revelador:

-Corbeta Caldas, usted se encuentra sin autorización en aguas jurisdiccionales venezolanas, le sugiero su inmediato retiro.

-Bienvenido patrullero Libertad al mar territorial colombiano, zona económica exclusiva, nosotros estamos en navegación de rutina en nuestras aguas.

-No existe tal zona económica exclusiva, le repito usted está en el Golfo de Venezuela donde hemos ejercido soberanía desde antes de la independencia. Sepa usted que la Armada y la Fuerza Aérea de Venezuela haremos lo que sea necesario para defender nuestra soberanía sobre el Golfo de Venezuela, por lo tanto ¡Le ordeno desalojar estas aguas!

Eran a la sazón Virgilio Barco el presidente de Colombia y su canciller Julio Londoño, los responsables de haber provocado esta grave crisis diplomática; el presidente de Venezuela era Jaime Lusinchi y su canciller Simón Alberto Consalvi. Con premura el presidente Lusinchi convocó una reunión de “alto gobierno” en Miraflores (formaba parte de ese “alto gobierno”, como Ministro de la Defensa el general Heliodoro Guerrero Gómez), el presidente ordena el estado de “alerta militar” y constituye un “teatro de operaciones” comandado por el inspector general del ejército, general José María Troconis Peraza. La conclusión de la reunión fue que la excursión del Caldas en aguas venezolanas no era un hecho fortuito, sino un plan de acción premeditado, en consecuencia Venezuela debía prepararse para una acción de mayores proporciones. Ese día el batallón Bravos de Apure fue desplazado al río Limón, así mismo fueron movilizados a posiciones estratégicas los batallones de infantería Arismendi y Girardot, igualmente el grupo de artillería Freites, el batallón de ingenieros Carlos Soublette, el batallón de apoyo José Escolástico Andrade y el grupo de artillería lanza cohetes José Gregorio Monagas. Con anterioridad dos aviones caza F16, de la Fuerza Aérea de Venezuela, procedentes de la costa del estado Falcón habían volado en apoyo del patrullero Libertad. Al anochecer, el Canciller Simón Alberto Consalvi hizo entrega a Pedro Gómez Borrero, embajador de Colombia en Caracas, de una nota diplomática donde Venezuela reafirma su soberanía sobre el área marítima ocupada por el Caldas y exige la inmediata salida del barco de guerra colombiano y advierte “el gobierno venezolano ha evitado tomar las medidas que las circunstancias justifican”

¡Que manera ejemplar de defender nuestra soberanía e integridad territorial! Eran otros tiempos, cuando el Canciller venezolano y su Cancillería estaban respaldados por un bien formado equipo de diplomáticos de carrera, con vocación de servicio.                                                                  

Efectivamente, el Caldas salió de nuestro golfo, pero vean ustedes el dialogo final entre los capitanes de los dos barcos: capitán Alfredo Castañeda Giral de Venezuela y capitán Sergio García de Colombia:

Capitán del Caldas: Procedo a abandonar el área, he cumplido mi misión de hacer presencia y ejercer control sobre esta área marítima colombiana. Terminado.

Capitán del Libertad: usted no ha podido hacer presencia ni ha ejercido control alguno, su retirada reafirma la soberanía venezolana sobre el Golfo de Venezuela. Terminado.

¡Qué actitud más gallarda y noble de nuestra armada! Eran tiempos, de militares con un gran sentido del deber.

7.- Algunas anécdotas.

7, a.- Un brindis con copas de plata

En ocasión en que se desempeñaba como Representante permanente de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, Simón Alberto organizó un acto social en su residencia, entre los invitados se encontraba presente el General Fernando Paredes Bello, a la sazón Comandante General de la Fuerza Aérea, quien gozaba la fama de ser dentro de la Fuerza Armada el oficial más condecorado. En efecto, esa noche lucía sobre su pecho una abigarrada constelación de condecoraciones de todo tipo, tamaño y formas. A un cierto momento de la velada alguien sugirió hacer un brindis con champaña, rápidamente los camareros retiraron de la vitrina un conjunto de copas de plata que formaban parte de la vajilla de la embajada y las colocaron en una charola. Acto seguido el portador de la bandeja dio un traspié y todas las copas cayeron sobre el piso con un gran estrépito. En la sala se hizo un profundo silencio, todos los presentes quedamos consternados pues no sabíamos cuál era la causa de ese ruido de metales tan ensordecedor, entonces el Embajador Consalvi se puso de pie y con una sonrisa exclamó: ¡Ah caramba! Parece que se cayó el General Paredes Bello.

7, b.- Mejor jalar mecate a la sombra, que jalar escardilla a pleno sol

La otra anécdota que me involucra personalmente es la siguiente: Seis días después de la fecha de presentación de mis cartas credenciales como Embajador de Venezuela en Guyana, recibí una llamada telefónica de la persona que me precedió en el cargo, el embajador Enrique Peinado Barrios, quien me dijo: -Embajador Álvarez Pifano lo estoy llamando porque necesito que usted me ayude a mantener una promesa. Como es de su conocimiento yo formé en el Instituto de Cultura y Cooperación venezolano-guyanés una biblioteca, una tarea de varios años. Pues bien, usted deberá inaugurar esa biblioteca el mes próximo. Ahora bien, yo prometí al Sr. Luis Alfaro Ucero que esa biblioteca llevaría su nombre. Yo espero que usted proceda a inaugurar la biblioteca con ese nombre. De seguidas le respondí: -embajador yo lo siento mucho pero no puedo hacer eso, yo no tengo instrucciones de la Cancillería para proceder en ese sentido. A lo que me respondió: -eso ya está acordado entre Luis Alfaro Ucero y yo, si no procede de este modo, aténgase a las consecuencias. Luis Alfaro Ucero era a la sazón el Secretario de Organización del partido Acción Democrática y uno de los hombres más influyentes dentro del gobierno. Huelga decir que me quedé muy preocupado, entonces decidí llamar al Canciller Consalvi y contarle mi conversación con Enrique Peinado Barrios. La respuesta del Canciller Consalvi fue una sonora carcajada y me dijo: -nunca pensé que la adulancia llegara a esos extremos, eso parece más bien una patología de adulancia aguda. Hugo, yo conozco a Alfaro Ucero, ese hombre no está interesado en eso. Entonces le pregunté: ¿Puedo estar tranquilo? Esta usted seguro de que Alfaro no tomará represalias porque no le pongo a la biblioteca su nombre. A lo que me respondió: -te voy a aclarar las ideas, quien te va a botar de la Cancillería soy yo, si tú le pones a esa biblioteca el nombre que te sugirió Peinado Barrios. – Ah, pero entonces, le dije: tengo otra mejor idea. Y si le pongo Biblioteca Simón Alberto Consalvi. – Caramba, parece que la patología es contagiosa y eso me obliga a botarte más rápido, tú no estás en condiciones de echarme a mi esa vaina. Soltó una reconfortante carcajada y dio por terminada la conversación cerrando el teléfono.

8.- A modo de conclusión

Para concluir, permítaseme expresar una modesta opinión: Creo que Simón Alberto Consalvi ha sido el Canciller que más ha contribuido a crear la base sólida en que se cimenta el prestigio de una Cancillería. En lo material (fue él quien obtuvo la moderna construcción que le sirve de sede), como en lo espiritual, esto es, en la formación de un idóneo personal de carrera (en todos los años de su gestión se hicieron concursos, para democratizar el ingreso) y en su mejoramiento profesional, a través de los años. Pero, sobre todo esto, siempre ha sido un político y diplomático que ha cultivado el arte de la decencia, en todas las formas en que esta palabra, encierra el más noble y elevado significado de respeto a la dignidad y a la condición de los seres humanos.

Descanse en paz Simón Alberto Consalvi, uno de los más destacados Cancilleres del Siglo XX venezolano.

Foto de presentación:

Simón Alberto Consalvi, uno de los más sobresalientes Cancilleres del Siglo XX venezolano.

Hugo Álvarez Pífano

Diplomático con carrera de 36 años en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela (1964-2000). Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia, (1958-1963); Master en Derecho Internacional del Instituto de Formación Profesional e Investigaciones de las Naciones Unidas, Embajador de Venezuela en Guyana (1986-1990), Haití (1990-1992) y el Reino de Dinamarca (1995-1999); fue Director de Tratados;
Director de América; Jefe de Gabinete Es autor del libro “Manual de los Tratados Bilaterales de Venezuela” Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela (1972)

@hugoalvapi

5 comentarios

  1. Gracias Hugo por esa excelente contribución a conocer historia real de los hombres de Venezuela. Una anécdota de Consalvi: probablemente la artista más importante y destacada que ha tenido el país en cultura es Marisol, persona de pocas palabras y única en un mundo de competencias. Ni antes ni después hubo artista parecido a ella. La mejor entrevista que le realizaron fue de… Simón Alberto Consalvi quien demostró tener inteligencia superior y alta sensibilidad humana.

      1. Estimado colega y apreciado amigo Freddy Álvarez Yanes, gracias por tu inteligente comentario. Recuerdo cuando ingresamos a la Cancillería a mitad de la década de los sesenta del siglo pasado, existía una central telefónica que comunicaba todas las llamadas entrantes a un teléfono interno que los funcionarios teníamos sobre nuestro escritorio, a la sazón solamente los directores tenían teléfonos directos, esto es: podían hacer y recibir llamadas sin pasar por la central telefónica. Los dos únicos funcionarios de apellido Álvarez éramos tú y yo. Estábamos solteros, con amigas con quienes compartir la explosión de vida y alegría que ofrecía la ciudad de Caracas. Tu como gran galán de la parroquia San Juan, tenías un enjambre de chicas tan solo comparable con el harén del sultán de “Las Mil y una Noches” No sé por qué la telefonista todas las llamadas dirigidas a Álvarez las mandaba a mí. Al responder: Hola Álvarez, dígame, escuchaba de parte de las damas: Cínico, mala gente, mal agradecido y una extensa suerte de calificativos que no correspondían a mi reputación de buen muchacho, entonces yo respondía: señorita dígale a la telefonista que la comunique con el Licenciado Freddy Álvarez Yanes, esa es la persona con quien usted quiere hablar. Hoy en día, ya no estamos solteros, hemos fundado familias con hijos que desempeñan importantes actividades económicas y sociales. Es mejor contar una sola anécdota, pero tengo muchas y más interesantes.
        Al mirar atrás -confieso con agrado- que tuvimos el privilegio de trabajar con Cancilleres notables: Arístides Calvani, Efraím Schat Aristeguieta, Ramón Escovar Salóm y Simón Alberto Consalvi. ¿Con quién más nos hubiera gustado trabajar en esa Casa Amarilla que nos formó profesionalmente como diplomáticos? En nuestros días solo veo sombras y nada más.

    1. Apreciado amigo Vicente Lecuna Torres, muchas gracias por tu muy culto comentario, este se refiere a una entrevista que Simón Alberto Consalvi en rol de periodista cultural, le hizo a la notable escultora venezolana Marisol Escobar en el año noventa y siete del siglo pasado, bajo el título de “Conversación entre dos silenciosos amantes del silencio” Sin duda, como tu señalas Consalvi se movió con sensibilidad, soltura y habilidad en el mundo de la cultura. Más aún, hay un hecho que me permito destacar: En enero de 1967, Simón Alberto Consalvi asume la presidencia del Instituto Nacional de Cultura (INCIBA) A un poco más de dos años atrás había muerto Mariano Picón Salaz su fundador, a la sazón Consalvi era un exitoso político joven de 49 años de edad, de frescura intelectual, afectuoso y carismático, pero para muchos observadores políticos no calzaba los zapatos para sustituir una figura de la estatura de Picón Salaz. ¿Por qué existía esta idea? En verdad quien sustituyó a Picón Salaz como presidente del Inciba fue José Luis Salcedo Bastardo, un historiador que dedicó buena parte de su vida al estudio de El Libertador y en esto se fundamenta su prestigio como tal, su presidencia de la institución fue de bajo perfil, solo duró dos años y apenas fue notada por algún hecho de importancia. Pero eso sí, antes de dejar la presidencia declaró en forma enfática: que el hombre que lo sustituyera en el cargo debía ser un intelectual reconocido en toda América latina.
      Al tomar posesión de su cargo, en una entrevista realizada por Lorenzo Batallan (El Nacional, 13 de enero de 1967) le lanzó en su cara: ¿Es usted un humanista de fama continental? Asómbrese lector de la respuesta de Simón Alberto Consalvi: “Soy un venezolano que comienza por conocerse a sí mismo, por ello estoy consciente de mis facultades. De ahí que jamás me haya metido en situaciones para las cuales no me creyese sinceramente capacitado. Como nunca he escrito mi currículo vitae no puedo decirle si mi humanismo va más allá de La Guaira. En cualquier caso, si no en área geográfica, creo que tiene la suficiente magnitud como para unirme a la colectiva labor de todos los que deseamos trabajar por Venezuela”
      Por lo demás, la única crítica que se formulo a Consalvi como presidente del Inciba, fue que colocó en importantes cargos directivos a escritores, pintores y músicos gay, además fichas del Partido Comunista de Venezuela. Entonces circulaba un chiste. Un pecador arrepentido le dijo a un cura en el confesionario: Acúseme padre, soy comunista, homosexual y ateo ¿Cree usted que iré a parar al infierno? No hijo, despreocúpate tu irás derechito a trabajar al Inciba, con el patrocinio de Simón Alberto Consalvi.

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