Petróleo y Democracia

Por Rafael Gallegos

Venezuela posee el insólito récord de haber echado por la borda a una próspera industria petrolera. Hoy debería estar produciendo más de 5 millones de barriles diarios y apenas rozamos los 800.000. Igual sucede con el gas, deberíamos estar cerca de 10.000 millones de pies cúbicos diarios y tan solo producimos unos 4.000 millones, de los cuales se quema la mitad en el oriente del país (más del doble de lo que exportan Trinidad y Tobago). En cuanto a las refinerías, ni hablar, en un momento llegamos a tener una capacidad de procesamiento de unos 3 millones de barriles por día (1,3 en Venezuela y 1,7 en USA, Europa y Curazao), y hoy a duras penas llegamos al 10 o 15 % de esa cifra, colocándonos muy lejos de la seguridad energética, que era costumbre en la República Civil.

Adicionalmente, las “heroicas” expropiaciones de la “revolución” generaron demandas contra Venezuela por un cuantioso monto que nos puede hacer perder Citgo, el último mohicano de aquella exitosa internacionalización de los años 80.

También, el insólito derrumbe de Pdvsa dejó a Venezuela con muy pocas divisas, que se reflejan en los indigentes salarios y pensiones que sufrimos usted, su vecino y yo.

LAS CAUSAS

Habría que remontarse a la campaña de Chávez en 1998. ¿Recuerda aquello de Pdvsa es un estado dentro del estado, o la campaña de “las colitas de Pdvsa”? Puras pamplinas pagandísticas.  La realidad es que ya en los primeros años de “revolución”, el gobierno hizo a Pdvsa más opaca que nunca y acabó, no con las “colitas” … sino con la flota aérea de la empresa.

Para no entrar en tanto detalle, enfoquémonos en las principales causas de la destrucción de la industria petrolera:

–      El despido ilegal de más de 20.000 trabajadores de Pdvsa… la mayor lobotomía empresarial de la historia.

–      La politización … hasta el logo de Pdvsa lo pintaron de rojo. Rafael Ramírez hizo historia cuando le dijo a los trabajadores que quien no fuera rojo rojito tenía que irse, que todo lo que tenían se lo debían a Chávez y que al que no entendiera se lo iban a hacer entender a “carajazos”.

–      La nueva filosofía…  Pdvsapasó de ser una empresa petrolera con contenido social, a una empresa social con algún contenido petrolero.  ¡Ah!, y una gigantesca caja chica.

Como se observa, en esta destrucción no juegan ningún rol las sanciones ni el bloqueo. Estos llegaron cuando el mal estaba hecho. Además, si a ver vamos la primera sanción fue: “exprópiese”.

EL PEQUEÑO SALTO DE PDVSA

La verdad es que en los últimos tiempos – luego de la impune “desaparición” de 23.000 millones de dólares – se observa un esfuerzo por rescatar a Pdvsa. A nuestro entender, muy incompleto porque ataca parcialmente un problema sistémico. Además, las condiciones del entorno político gubernamental apenas permiten un brinquito. Veamos:

La producción se ha incrementado paulatinamente. Ya llega a 800.000 barriles de petróleo por día. Chevron – el bastión del incremento- está produciendo alrededor de 160.000 barriles diarios. Eso ha ayudado. Pero no se observan otras fuentes de importancia, y para realmente levantar la producción petrolera harían falta miles de millones de dólares que permitieran estudios de yacimientos, activaran más de cien taladros, movilizaran muchas empresas de servicios, y un largo etcétera.

Además, es imperativa una nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos.

Ninguno de estos factores está presente, contimenos la confianza de los inversionistas. Por ello son demasiado optimistas las proyecciones hasta un millón de barriles diarios que hace el oficialismo.

En cuanto a las refinerías, menos que menos. Los expertos plantean que más allá de los parches, hacen falta planes integrales e inversiones por más de 10.000 millones de dólares, y un personal muy especializado, para recuperar la capacidad de producir nuevamente para consumo y exportación gasolina, diésel y en general los combustibles necesarios para mover el parque automotor y alimentar (gas y gasoil) las plantas eléctricas.

En lo que sí se nota un cambio significativo es en el negocio del gas natural. En el Mar Caribe están por reactivarse los campos Patao, Mejillones y otros por la zona de Paria.  Frente a la costa de Falcón, se puede optimizar el campo Perla, el más grande de Latinoamérica.

En el campo Dragón ya hay acuerdo para producirlo y exportar gas a Trinidad y Tobago.

Estos campos pueden llegar a producir en el corto plazo más de dos mil millones de pies cúbicos diarios, y mucho más en el largo plazo.

Los disparadores del negocio del gas son: los nuevos precios del gas venezolano, la ley respectiva que permite 100 % de capital privado, la profusión mundial del GNL – gas natural licuado – producto de licuar el gas natural a menos 161 grados centígrados, para embarcarlo en metaneros a cualquier lugar del mundo. Todo ello en el marco de la suspensión temporal de sanciones.

El GNL ha revertido la condición de fenómeno local del gas. Con el tiempo, será tan global como el petróleo.

LA RESURRECCIÓN PETROLERA SERÁ EN DEMOCRACIA… O NO SERÁ

Cuando algún político se rasgue las vestiduras pidiendo eliminación de sanciones, hay que exigirle que se rasgue más… pidiendo también elecciones limpias. Lo contrario, es prender velas al modelo chino, es decir, férrea dictadura y alta competitividad.

Y eso, además de indeseable, créame, es improbable en Venezuela. La destrucción del aparato productivo y de la institucionalidad en nuestro país no permite ni el modelo chino, ni el vietnamita. Esas dictaduras aplican estrategias de competitividad y producen toneladas de buenos ingenieros, técnicos y médicos, así como muchas profesiones y oficios que en Venezuela estamos muy pero muy lejos de generar.  

De China sólo estamos capacitados para copiar el autoritarismo, algo así como un modelo cubano. ¿Es eso lo que usted quiere para Venezuela?

Para resurgir la industria petrolera es imperativo un nuevo esquema nacional que genere confianza (credibilidad) en que los inversionistas van a recuperar sus divisas en paz y sin temer a “heroicas” expropiaciones. De lo contrario, se van para Guyana, Argentina, Brasil… Venezuela ya no es el monopolio petrolero de América Latina. 

Y esa confianza requiere separación de poderes, alternabilidad, Poder Legislativo capaz de generar leyes de hidrocarburos, y otras, que reflejen una nueva era.

Es decir, tribunales autónomos, Asamblea capaz de discutir leyes adecuadas, y elecciones limpias… Democracia.

EL PRIMER MOTOR

Para cerrar utilizamos el lenguaje de la “revolución” (los motores). Sí, la industria petrolera es el motor… de arranque. Si no se procede a recuperarla integralmente, no podrá arrancar Venezuela. Así de simple.

Es la hora de la reimplantación de la Democracia. De la recuperación de la industria petrolera más allá de los brinquitos, es decir, hasta por lo menos tres o cuatro millones de barriles diarios, siete u ocho mil pies cúbicos diarios de gas para consumo interno y exportación, para las industrias y para a electricidad; y refinerías que permitan regresar al maravilloso mercadeo interno pre “revolucionario”. ¿Lo recuerda?

Es la hora, el reloj de la transición energética se mueve, lento pero seguro. Es urgente aprovechar las décadas petroleras que nos quedan, antes de que se siga cumpliendo en nosotros la parábola de los talentos por no aprovechar nuestras vastas potencialidades.

Rafael Gallegos Castro

Ingeniero Petrolero. Ex-gerente en PDVSA. Profesor del IESA. Miembro de Gente del Petróleo. Coordinador Académico del Diplomado de “Diplomacia Petrolera y otras Energías” del CODEIV

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