Por Carlos Espert

Carlos Espert

No terminamos de salir de una Pandemia y el Planeta ya enfrenta un nuevo reto que compromete su seguridad. Rusia invade Ucrania convencida de que es parte consustancial de su territorio y declara que lo ha hecho para liberar esa nación de un Presidente amante del fascismo y la zoofilia, lo que evidentemente se muestra como propaganda dirigida a un colectivo que, ante la imposibilidad de contrastar versiones, puede caer en la tentación de confiar en una determinada fuente de desinformación y parcialidad política.

 Ucrania ha resistido mas de lo esperado. Los rusos han encontrado dificultades logísticas y un pueblo valeroso dispuesto a dar la vida con tal de no perder su libertad.

Para Vladimir Putin, la toma de Kiev es imprescindible. No puede retroceder a su atroz plan de conquista porque perdería los apoyos que lo sustentan como autócrata y Jefe de un gran conglomerado de actividades delictivas. Basta con ver los pocos países que apoyan a Rusia en esta campaña, para entender perfectamente las líneas de negocios turbios que se vinculan con el Zar del siglo XXI.

Algunas voces del Mundo libre advierten que la caída de Ucrania es solo la antesala para que Rusia decida avanzar igualmente sobre los países Bálticos e incluso reconstruir una esfera de influencia previa a la caída del Muro de Berlín. No estoy tan seguro de que las ambiciones de Putin lo involucren en un enfrentamiento bélico con la OTAN, pero lo cierto es que en su pensamiento más íntimo prevalece la construcción de un imperio lo más parecido a la antigua Unión Soviética, lo cual es en lo absoluto algo para subestimar.

China, por su parte, concede apoyo a Rusia con el único objetivo de ver los resultados y consecuencias de la ocupación en Ucrania. China está interesada en conocer cuál sería su costo en caso de ocupar Taiwan.

Como se puede apreciar, de los 4 actores internacionales que dominan la escena mundial y mantienen el equilibrio entre totalitarismo y democracia, léase Rusia y China VS Estados Unidos y la Unión Europea; los dos primeros han iniciado ya claras ofensivas. China propagando su criminal virus de laboratorio y Rusia ocupando Ucrania. El imperio del mal aprovecha la falta de cohesión intra-europea y la debilidad de la actual administración Biden (ambas afectadas por agudos procesos de estanflación) para imponer su agenda de dominación global.

El mundo libre carece de las herramientas necesarias para hacer frente a tiranías nucleares que no requieren de mayor consenso para tomar decisiones. Incluso se puede observar con gran facilidad como existen Parlamentos occidentales en el que se verifican voces de apoyo a Rusia y China e incluso forman parte de Gobiernos de coalición. No hay forma de que lo mismo ocurra en esos países, por cuanto la disidencia es inmediatamente neutralizada.

A mi juicio solo existe una forma de hacer frente a tiranías perfectamente definidas y reconocidas en el mundo y es mediante la creación de un protocolo transparente de reacción que obvie procedimientos y consensos ante hechos consumados. Las agresiones provenientes de autocracias totalitaristas, deben recibir contundentes respuestas con la misma intensidad con que las inflija, incluso en sus propios territorios.

Estamos siendo testigos de una invasión que tiene como objetivo borrar Ucrania de la faz de la Tierra, ante lo cual el mundo libre reacciona con tímidas sanciones económicas. A los asesinos no se les amenaza con quitarles la tarjeta de crédito; eso no los amilana para seguir cometiendo atrocidades. ¿Dónde está la Corte Internacional de Justicia?; ¿por qué la Corte no inicia procedimientos contra Putin y sus Generales? ¿Por qué hay renuencia de los Estados Unidos a reconocer que se están cometiendo crímenes de guerra en Ucrania? ¿Por qué las sanciones no alcanzan a Putin en lo personal? ¿Por qué se le sigue dando cobijo y residencia en el Mundo Libre a los familiares de los victimarios? ¿Por qué no se ha impuesto un embargo al petróleo y gas ruso?

Ciertamente el mundo libre es víctima de sus propios entramados. Tenemos líderes especializados en justificar las razones del por qué no se pueden lograr o hacer ciertas cosas, aunque parezcan totalmente lógicas y pertinentes.

Las Naciones Unidas se ha manifestado contundentemente frente al genocidio Ucraniano que incluso está a punto de replicar un nuevo Chernóbil, debido al bombardeo que sufrió una central nuclear y la renuencia de las tropas rusas a que los bomberos lleguen al lugar del desastre. Pero esas Naciones Unidas no hacen mas que mantenerse en la retórica y las condenatorias. ¿Por qué no puede Naciones Unidas intervenir en Ucrania para salvaguardar la vida y posesiones de los ucranianos víctimas de Putin?

La trágica respuesta a una pregunta tan ingenua es básicamente que uno de los países con poder de veto es quien los está destruyendo. En otras palabras, se encuentran maniatados jurídicamente por acuerdos de mediados del siglo XX en el que un mundo bipolar subsistía bajo la amenaza de la destrucción mutua asegurada de un actor que ya no existe, pero cuyo heredero está dispuesto a replicarlo.

Nada mas anti-democrático que el hecho de que una sola de 5 naciones con puesto permanente en el Consejo de Seguridad, pueda invalidar la decisión de la mayoría del concierto de naciones. Hoy mas que nunca se prueba que es un instrumento anacrónico que básicamente concede Licencia para matar a cualquier líder inescrupuloso que gobierne alguna de esas 5 naciones con poder de Veto.

Los acontecimientos actuales evidencian la imperiosa necesidad de un Nuevo Orden Internacional. Un ente más ágil capaz de realmente prevenir y enfrentar hechos como los que vive Ucrania a manos de un megalómano asesino y degenerado que amenaza al mundo libre con su armamento nuclear si interfieren con sus aspiraciones imperialistas. Se hace necesaria una estructura que elimine toda posibilidad de volver a encontrarnos en una situación como la actual, en la que un montón de líderes occidentales se encuentran temerosos y unos Estados Unidos declaran abiertamente su incapacidad e indisposición de actuar.

O el mundo libre se reorganiza, o esta será la primera de muchas aberraciones que encontraremos en el escenario internacional. Ya es bastante permitir gobiernos autoritarios, cercenadores de la voluntad popular al servicio del crimen organizado; como para dejarlos que crucen fronteras e impongan sus regímenes de fuerza. Basta ya. ¡Hay que actuar!!!

Carlos Espert

Internacionalista UCV, Ex-diplomático

@EspertCarlos

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