LUIS DANIEL ÁLVAREZ V. –
El 5 de julio de 1976 España dio un paso fundamental en la consolidación de su visión de Estado y de concretar el esperado anhelo del retorno de la democracia. Con la toma de posesión de Adolfo Suárez como presidente de gobierno se cierra un oscuro capítulo en la historia del país y se abre la puerta para un sistema de plenas garantías y libertades.
El juramento de Suárez ante el rey Juan Carlos I es un hecho que trasciende un mero ejercicio protocolar, pues es un hito que adquiere la relevancia de poner punto final a una era que se había iniciado con un sistema republicano ejercido de manera errática, pasando luego a una guerra civil y culminando con una criminal dictadura que no se cansó de vulnerar los derechos fundamentales y de someter a los ciudadanos a deplorables niveles de vida.
Si bien Suárez era un hombre provisto de una juventud que daba rostro nuevo a la España que estaba por venir y que en nada debía parecerse a la anquilosada tiranía que gobernaba, sus vínculos con el sistema anterior creaban inquietud en ciertos círculos que notaban que su participación en el modelo precedente podía, si no perpetuar, al menos demorar los cambios que se requerían.
Sin embargo, Suárez se erigió como el gran hombre de la transición española, llevando con cautela y calma un gobierno que no podía darse el lujo de optar por el mantenimiento del viejo sistema o radicalizarse. Poco a poco la amplitud fue imponiéndose y la tranquilidad desembocó en los cambios que el país requería, dejando en el olvido, esperemos que para siempre, lo lúgubre de una tenebrosa era.
Suárez tuvo que enfrentar una asonada que intentó revivir los viejos fantasmas del militarismo. La derrota de los desadaptados, contando con el decidido apoyo del monarca, evidenció que España había madurado rápidamente y que los extremos no tenían cabida en el país. Suárez terminó perdiendo el poder y su movimiento diluyéndose en otras fuerzas. Sin embargo, la tarea que lo llevaría a la posteridad, la de ser el hombre que sembró la transición española, estaba hecha y su legado, sin lugar a dudas, le da la vuelta al mundo.
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@luisdalvarezva
Internacionalista UCV, Doctor en Ciencias Sociales. Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV