Por Agustin Urreiztieta
La literatura, el teatro, la narrativa, el arte en general… verdaderos espejos de la sociedad, lecciones
del pasado, diagnóstico certero del presente, inspiración para el futuro… En cada esquina de la vida,
vemos reflejadas situaciones similares descritas y diseccionadas por autores excepcionales.
¿Quién no se asombra ante eventos de la vida real, cercanos al realismo mágico de García Márquez?
O, también, ¿quién no compara con humor escenas de cine con la vida cotidiana? A veces, hacemos
citas de novelas o de guiones de teatro que nos sirven de consuelo, inspiración o humor. El genio
humano siempre al rescate. Y así, Eugène Ionesco, o mucho antes, Lope de Vega, nos recuerdan su
excepcional talento.
El paralelismo con “Rinoceronte” de Ionesco y la Venezuela del presente, es inevitable. En la obra los
personajes sucumben a la presión social y se transforman en rinocerontes, abandonando su
humanidad y cediendo al totalitarismo. En Venezuela, el chavismo ha ejercido una influencia similar,
transformando el paisaje político y social del país. María Corina Machado, al igual que Berenguer, el
protagonista de “Rinoceronte”, ha resistido esta metamorfosis, permaneciendo fiel a sus principios y
valores democráticos.
En una Venezuela donde el chavismo ha ejercido un poder transformador similar al de los
rinocerontes de Ionesco, ella se ha mantenido como una de las pocas voces disidentes que se niega a
ser silenciada. A lo largo de los años, ha resistido firmemente a la conversión política y social que ha
envuelto al país, recordándonos a Berenguer, quien lucha por mantener su humanidad frente a una
sociedad que sucumbe al conformismo y la uniformización chavista.
Ante las embestidas de los Rinocerontes, ha sido una figura constante en la oposición venezolana. Su
trayectoria está marcada por una defensa inquebrantable de los valores democráticos y los derechos
humanos contra viento y marea y… cornadas de Rinocerontes. Desde la fundación de Súmate,
dedicada a la promoción de la democracia, hasta su rol como diputada en la Asamblea Nacional, ha
sido una crítica vocal del régimen chavista, hoy en su peor versión, enfrentándose a amenazas,
persecuciones y ataques.
Sin embargo, la historia de Venezuela no se detiene ahí. Con el paso de los años, ha surgido una
nueva esperanza que recuerda a la rebelión colectiva en “Fuenteovejuna” de Lope de Vega. En esta
obra, un pueblo entero se une para enfrentar y derrocar la tiranía, proclamando al unísono
“Fuenteovejuna lo hizo” cuando son interrogados. Hoy, el pueblo venezolano parece estar
despertando de su letargo, inspirado por líderes como María Corina.
Las manifestaciones y apoyo masivos en todo el país reflejan un descontento generalizado y un
deseo de cambio. Las recientes Primarias y la gigantesca movilización espontánea del pueblo
venezolano han mostrado una resistencia cada vez mayor al régimen chavista, con una ciudadanía
que se niega a seguir bajo la sombra de la opresión. La unidad y solidaridad de los venezolanos
evocan la determinación de los aldeanos de Fuenteovejuna, quienes, al actuar colectivamente,
encuentran la fuerza para luchar por la justicia y la libertad.
María Corina sigue siendo una figura central en este despertar. Su lucha constante y su valentía han
inspirado a muchos venezolanos a no rendirse. A medida que la sociedad venezolana se moviliza y se
une en su clamor por un futuro mejor, su figura resalta como un símbolo de resistencia y esperanza.
Como en “Fuenteovejuna”, el poder de la unidad del pueblo puede ser la clave para superar la tiranía
y recuperar la dignidad perdida.
En un país donde el conformismo parecía haber ganado, la voz de María Corina y la creciente
movilización del pueblo venezolano nos recuerdan que la lucha por la justicia y la libertad nunca está
perdida. La historia nos ha enseñado que, cuando un pueblo se une en su resistencia, puede desafiar
cualquier opresión y transformar su destino.
Hoy, Venezuela está escribiendo su propia versión de “Fuenteovejuna”. Responderemos “Venezuela
lo hizo”
Agustín Urreiztieta
Abogado especializado en banca y finanzas con enfoque en América Latina. Ha ocupado posiciones ejecutivas en bancos y despachos internacionales en Luxemburgo, Nueva York, Ginebra, Zurich y Panamá. Apasionado observador de la escena internacional, obtuvo un Máster en Finanzas de la Universidad de Rochester (2018), Máster en Administración Internacional de la Universidad Paris 1 Panthéon-Sorbonne (1994), Abogado Universidad Santa Maria (1992) y Licenciado en Estudios Internacionales por la Universidad Central de Venezuela (1991).