El 31 de enero, se cumplen 66 años de la fundación del Colegio de Internacionalistas de Venezuela, como es sabido el Colegio se funda ocho días después de la que creíamos sería la última dictadura en Venezuela. En esos días recorría el país un clima de optimismo, de esperanza, ya que se había logrado la ansiada libertad.
Se abrían de nuevo las puertas de los calabozos para liberar a los presos políticos, comenzaban a regresar los exiliados y la democracia comenzaba a dibujarse. Lideres políticos como Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, entre otros, infundían la confianza necesaria a la mayoría de la población para creer en un futuro mejor.
Hoy, luego de 66 años de existencia (con lo difícil que resulta en nuestro país mantener institución, por más de un lustro), el país se encuentra en medio de una de las peores, sino la peor, crisis de su historia republicana, tenemos un país dividido, donde el liderazgo político carece de credibilidad y de legitimidad, cerca de un 25% de la población ha huido del empobrecimiento que afecta a la gran mayoría de los venezolanos, incluso en muchos casos arriesgando sus vidas.
A nivel interno, en la antigua potencia petrolera del hemisferio occidental, es una tragedia conseguir gasolina (después de realizar colas infinitas para llenar el tanque del vehículo), situación parecida se presenta con el gas, esto como consecuencia del colapso de sus refinerías. El día a día de los venezolanos, transcurre entre los servicios públicos que no funcionan y la inseguridad.
Las fallas de energía eléctrica, son recurrentes, en cuanto al agua (cuando llega), la misma incumple con los mínimos parámetros de calidad, lo cual es una vergüenza, teniendo ríos. De las dimensiones del Orinoco y el Caroní, entre otros. En materia de transporte público y el sistema de salud público están colapsados. Desde hace varios años hemos tenido la inflación más alta del planeta, hoy en día, continuamos compartiendo el podio de honor con otros dos países, entre ellos Argentina.
A pesar de la terrible inflación, desde hace varios años, el monto del salario mínimo y las pensiones mensuales, permanece en 130 Bs. Mientras el valor del dólar oficial sube constantemente se cotiza en 36,2 Bs. Con lo cual, un trabajador o pensionado en Venezuela debe subsistir al mes con el equivalente a 3,5 dólares, pulverizando cualquier estadística de pobreza de la Organización de Naciones Unidas. Por el otro lado la corrupción, da para llenar al país de “bodegones” con toda clase de productos importados, inaccesibles a la mayoría de la población.
En lo político, los partidos políticos tradicionales están intervenidos, hay políticos inhabilitados, existen cientos de presos políticos con denuncias de torturas y malos tratos. Desapariciones y ajusticiamientos. En el tema de la libertad de expresión, se clausuran de medios, existe permanente intimidación, acoso y restricciones a los medios y a los periodistas. También se ataca y persigue a las organizaciones de la sociedad civil. En el caso de los sindicatos y gremios, se intentan dividir para debilitarlos, a través de la promoción de entes paralelos, como es nuestro caso.
A lo externo, el país se encuentra cada vez más aislado, solo algunos países afines ideológicamente y otros considerados forajidos se atreven a manifestar su apoyo al régimen venezolano. Los informes presentados en el Consejo de Derechos Humanos del Naciones Unidas, sobre la violación de derechos humanos en Venezuela, colocan a nuestro país en la lista de los países violadores de los DD.HH.
Queremos hacer mención especial a la situación de la reclamación de territorio Esequibo, después de muchos años de no atender, incluso desvirtuar nuestros intereses, súbitamente reaparece el tema, lo cual es positivo. Sin embargo, Guyana aprovecho este letargo para avanzar y logro convencer a los dos últimos, secretarios generales de Naciones Unidas, de llevar el tema a la Corte Internacional de Justicia, cuando lo único que debía hacer la Cancillería era mantener la reclamación del territorio Esequibo dentro de los mecanismos establecidos en el Acuerdo de Ginebra, distintos a la Jurisdicción de la Corte. Ante tal circunstancia, esperamos que se presenten de los argumentos y alegatos de Venezuela, que respalden nuestra histórica posición, de que el Laudo Arbitral de Paris, de 1899, es nulo e irrito.
En el Colegio de Internacionalistas de Venezuela, consideramos que la salida para solucionar la crisis y regresar a la Democracia, es realizar un proceso electoral, para elegir un nuevo Presidente de la Republica y una nueva Asamblea Nacional, sin inhabilitados, con un nuevo Consejo Nacional Electoral, que sea equilibrado, que dé garantías de trasparencia y con observación internacional reconocida.
Mientras tanto en el Colegio estamos dedicados al tema de la formación y mejoramiento profesional de nuestros colegas, aportando nuestro grano de arena a la construcción del Pais que merecemos.
Estimados colegas a pesar de los pesares,
les deseamos un FELIZ ANIVERSARIO, numero 66