Por Maria Valeska Celis
El Análisis de la Política Exterior de los Estados (APE), representa un área de estudio importante y especializada en la disciplina de las relaciones internacionales, puesto que busca identificar, mediante diversos niveles de análisis, teorías y estudios de casos; los procesos actores, paradigmas y relaciones en los diferentes ámbitos que influyen en la toma de decisiones de la misma. A todo esto, habría que agregar la implementación de acciones para su reorientación, a objeto de lograr influir en el escenario internacional.
Actualmente, existen inquietudes acerca del por qué, las decisiones en materia de la política exterior pueden resultar exitosas o conducir a un fracaso. Esta interrogante puede encontrar respuestas en el APE, dado que la misma proporciona información acerca de posibles hechos internos inherentes a las políticas de Estado, los cuales pueden estar interviniendo errada o exitosamente en las relaciones exteriores de un país.
La literatura es abundante en estudios referidos al APE. El análisis que ocupa esta reseña, se enfoca en la política exterior de la República de Turquía, a consecuencia principalmente del interés que en los últimos años ha despertado su posición geoestratégica, que actúa como puente entre Europa y los países orientales. También participa activamente en organismos como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que lo convierte en un aliado para la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos, pero con ciertos matices.
En consecuencia, desde el punto de vista de las relaciones internacionales resulta interesante analizar el comportamiento de la República de Turquía durante el período comprendido entre (2002-2022). El APE de un Estado contempla numerosos factores, por lo que resultaría difícil abordarlos en su totalidad, a partir de un solo punto de vista. Por tanto, en el análisis que se presenta, se seleccionó los principales elementos que la caracterizan, desde los factores socioeconómicos, las relaciones diplomáticas, comerciales y en materia de seguridad y defensa con los países de la región y los paradigmas que la sustentan.
Estado
Turquía se define como un Estado democrático, laico y social desprendido del nacionalismo de Mustafa Kemal Atatürk, respetuoso de los derechos humanos y las libertades fundamentales, con un carácter unitario, indivisible en territorio y nacionalidad. La Constitución es el marco que permite organizar las diversas instituciones y la acción general del Estado. La primera Constitución de Turquía se remonta a 1921 y posteriormente en 1923 se declaró la República como sistema de gobierno.
Para analizar el papel del Estado como actor de la política exterior en Turquía, es pertinente realizar brevemente un recuento histórico desde 1923 hasta la actualidad. Esta independencia provocó cambios en la antigua sociedad otomana generando una fusión entre la cultura occidental con la cultura preislámica, creándose así una nueva “Turquía” con muchas reformas. Tras la muerte de Atatürk en 1938, el proceso político estuvo marcado por la introducción de la democracia multipartidista (1946), y un período de crecimiento económico.
Las décadas de los años sesenta y setenta, estuvieron marcadas por una extrema inestabilidad política con diversos golpes militares. Sin embargo, se firmó un Acuerdo de Asociación con la Comunidad Económica Europea, perjudicado por la Operación Atila en Chipre en 1974. Durante esos años, Chipre y la UE fueron los ejes de sustento de la política exterior turca. Finalizada la dictadura, se retoma la democracia en el gobierno encabezado por Turgut Özal, quien dirigió personalmente la política exterior, que se centró en la integración económica global a través de la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). También, incorporó un proceso de exportaciones e importaciones que caracterizaron sus relaciones internacionales. Estas acciones marcaron un nuevo acercamiento con los Estados Unidos.
Culminada la Guerra Fría, Özal consideró de vital importancia el acercamiento con los nuevos Estados independientes de Asia Central, aunque sus relaciones exteriores seguían enfocadas en los Estados Unidos. En ese período destacan el interés de ingresar como candidato a la UE, pero debido a la problemática respecto a la situación del mar Egeo con Chipre y Grecia, se constituyó en un gran obstáculo para la consecución de esta meta.
En el 2002, llega al poder Recep Tayyip Erdogan con su partido AKP (el Partido de la Justicia y Desarrollo). Su primer período de gobierno (2002-2007) generó cambios importantes en la política exterior, gestionando nuevamente las negociaciones con la UE (2005). Además, se producen las reformas constitucionales mediante referéndums en 2007 y 2017, que influyeron notoriamente en la política exterior del país, la cual hasta 2007 estuvo direccionada hacia las relaciones con los Estados Unidos y algunos países europeos como los principales factores externos. Al respecto, Erdoğan al asumir el cargo de Primer Ministro, promovió algunas reformas en el ámbito constitucional exigidas por la UE, tales como libertad religiosa, modificaciones en las fuerzas armadas, abolición de la pena por adulterio y libertad condicional, entre otras.
Entre 2009 y 2014 la política exterior estuvo dirigida por los Ministerio de Asuntos Exteriores y de Comercio y Seguridad. Para ese entonces, se implementó la estrategia conocida como “profundidad estratégica”, cuyo objetivo fue estabilizar y ahondar las relaciones con sus vecinos para diversificar su alianza ante el estancamiento de sus relaciones con los Estados Unidos y Occidente, y de esta manera lograr una mejor integridad regional e influencia internacional. La estrategia resultó exitosa evidenciada en una mayor autonomía en la política exterior turca orientada hacia un enfoque más autónomo.
Factores socioeconómicos
La política exterior de Turquía, desde su fundación, como República, ha estado motivada por principios económicos y políticos que le ha permitido posicionarse en el sistema internacional. Este basamento, fue y continúa siendo utilizado para la solicitud de adhesión de Turquía a la UE, en su búsqueda para complementar los tratados que ha firmado con este organismo.
Actualmente, estas motivaciones siguen siendo las mismas, tanto a nivel europeo como con otros socios. En primer lugar, con respecto a la UE, constituyen una importante fuente de ingresos para ambas partes. Turquía es hoy en día el sexto socio comercial de este organismo, sólo superado por los Estados Unidos, China, Suiza, Reino Unido y Rusia. De esta forma, la mitad de las exportaciones turcas tienen como destino final los mercados europeos. Igualmente, la mayor parte de la inversión extranjera directa que recibe Turquía proviene de Europa, con el Reino Unido, Países Bajos, España y Alemania como principales inversores extranjeros del país.
El aspecto social es igualmente importante al económico, debido a que aproximadamente cinco millones de turcos viven en Europa, mientras que más de doce millones de turistas europeos visitan el país. Esta situación, ha aumentado de manera exponencial los vínculos con los países europeos a consecuencia del constante interés por parte de Turquía y de la UE por estrechar las relaciones, en los últimos veintidós años. Por otro lado, el desarrollo económico de los países vecinos también ha contribuido a su acercamiento.
Fuerzas Armadas
El poder militar de Turquía está directamente relacionado con la política exterior y la política de defensa, lo que demuestra la necesidad de mantener altas capacidades militares en caso de conflicto armado con cualquier país. Turquía es uno de los países con mayor potencial militar del mundo (6° lugar en fuerzas armadas, 13° lugar en importación de armas y 19° lugar en gasto militar). Los argumentos para explicar esta situación están vinculados con el estatus internacional y regional del país, así como, con su política interna.
Para comprender su poder militar a nivel internacional, es importante destacar algunos eventos ocurridos en el pasado cuya base es la posición geoestratégica del país. En este sentido, desde el final de la Segunda Guerra Mundial y las primeras décadas de la posguerra estuvieron marcadas por la implementación de la Doctrina Truman y el inicio de la Guerra Fría. La relación de Turquía con los Estados Unidos fue clave para contener a la Unión Soviética, así como, su adhesión a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en 1952, que definieron los valores y la misión de su pertenencia al bloque occidental.
En principio, el interés de los Estados Unidos estaba centrado en el posible ingreso de Turquía a organizaciones de seguridad regional como el Pacto de Bagdad y la OTAN, para limitar la actividad soviética en ciertas partes del mundo. La estabilidad política de Medio Oriente se vio afectada por perturbaciones significativas a consecuencia de cambios de regímenes, radicalización política, los enfrentamientos bélicos árabes-israelíes y el debilitamiento de las garantías de acceso a los hidrocarburos del Golfo Pérsico, lo que contribuyó a que Turquía beneficiara a los Estados Unidos al proyectar su fuerza militar en la región.
Factores externos
La política exterior de Turquía experimentó cambios importantes a partir del año 2002 especialmente durante la gestión del entonces Ministro de Asuntos Exteriores Ahmet Davutoglu (2009-2014). La misma ya no se basaba en la relación con los Estados Unidos, sino en un enfoque más autónomo. Los sucesos surgidos en la región generaron impactos en los aspectos político, económico y social de Turquía.
Entre los cambios más significativos, se encuentran las relaciones de Turquía con el Medio Oriente. Aunque Turquía ha estado activa en la política de esa región desde la Guerra del Golfo Pérsico, su activismo ha cambiado cualitativamente durante el siglo XXI. El AKP rebajó progresivamente la securitización de la política turca sobre Medio Oriente y mejoró las relaciones con los países de la región. En este contexto, también destacan los cambios políticos en Siria que contribuyeron a mejorar las relaciones bilaterales desde la crisis de 1998, cuando ambos países estuvieron al borde de la guerra.
Otro factor externo incluye la situación en el Egeo (confrontación Grecia-Turquía), que surgió como resultado de la Primera Guerra Mundial y se mantiene vigente en la actualidad. Dicha confrontación se centra fundamentalmente en: 1) la expansión de la plataforma continental en las islas griegas frente a las costas de Turquía; 2) las aguas territoriales de estas islas; 3) la demarcación del espacio aéreo entre ambos sobre el Mar Egeo y 4) la protección militar de algunas fortificaciones insulares.
Las rivalidades históricas entre Grecia y Turquía incluyen, además, una serie de cuestiones apremiantes como, por ejemplo; los aviones de combate turcos que sobrevuelan el espacio aéreo de Grecia, las fronteras marítimas, los recursos de hidrocarburos en el Mediterráneo, Chipre y los refugiados que cruzan la frontera. Todo esto conlleva a que la disputa por territorios marítimos e islas entre ambos países pudiera ser calificada de irreconciliable.
Relaciones con otros países
Turquía mantiene importantes relaciones con diversos países, destacando Alemania, Suecia, Finlandia y Rusia. Los aspectos de la política exterior analizados se enfocaron en las relaciones diplomáticas, comerciales y seguridad y defensa.
ALEMANIA
Turquía y Alemania mantienen relaciones diplomáticas desde 1925, las cuales se han caracterizado por una estrecha cooperación en áreas como el comercio, la seguridad, la educación y la cultura. Sin embargo, en los últimos años surgieron algunos desafíos, a consecuencia de diferencias políticas y tensiones en temas como los derechos humanos y la inmigración. En cuanto a las relaciones comerciales, Alemania se ha convertido en el principal socio comercial de Turquía en Europa durante el periodo 2002-2022. En 2002, las exportaciones a Turquía ascendieron a 5.5mil millones de euros, mientras que las importaciones de Alemania fueron de 3.6mil millones de euros, mientras que, en 2022, las exportaciones a Turquía ascendieron a 14.2mil millones de euros y las importaciones alemanas a 9.9mil millones de euros. Esto refleja un aumento significativo en el comercio bilateral entre ambos países.
En la arquitectura de seguridad y defensa europea, Alemania es uno de los aliados más importantes de Turquía, integrantes de la OTAN, cooperaron previamente en temas de seguridad y defensa pero también tuvieron marcadas diferencias en los últimos años, entre ellos: la política interna turca y cuestiones de derechos humanos, debido a que el gobierno alemán criticó repetidamente el historial de derechos humanos, incluida su represión de la oposición política y los medios independientes así como, la detención de ciudadanos alemanes en Turquía en los últimos años, incluidos periodistas y activistas, aumentando las tensiones entre los dos países.
SUECIA
Las relaciones comerciales entre Turquía y Suecia han crecido significativamente en las últimas décadas. En 2020, las exportaciones turcas ascendieron a 870 millones de dólares y las importaciones turcas fueron de 1.3mil millones de dólares. Los principales productos exportados por Turquía son textiles, productos químicos y automóviles. En el año 2020, tras las críticas de Turquía por la decisión de Suecia de vetar la unificación nórdica, se suspendieron las cooperaciones en materia de seguridad y defensa. Sin embargo, en 2022 durante la Cumbre de la OTAN en Madrid, Turquía decidió levantar el veto a Suecia, que permitió reanudar las exportaciones militares con Ankara.
FINLANDIA
Las relaciones diplomáticas entre Turquía y Finlandia se establecieron en 1924. Durante las últimas décadas, han mantenido vínculos de amistad, cooperando en áreas como la educación, el turismo y la energía. Finlandia como integrante de la UE y de la OTAN, proporciona un marco para la cooperación en asuntos regionales y globales. Por otra parte, las relaciones comerciales aumentaron notoriamente en los últimos años.
Turquía es un socio comercial importante para Finlandia. Las inversiones directas de Finlandia entre 2002-2022 ascendieron a 446 millones de dólares. Las inversiones directas turcas en el mismo período han sido de 66 millones de dólares. En cuanto a la cooperación en seguridad y defensa, ambos países han cooperado en áreas como la defensa aérea y la lucha contra el terrorismo. Además, Finlandia ha participado en operaciones de mantenimiento de la paz lideradas por la ONU y la OTAN, en las que Turquía también ha estado involucrada.
RUSIA
Las relaciones diplomáticas entre Turquía y Rusia datan desde 1920. En los últimos años, los vínculos han sido complejos a causa de las diferencias de posiciones políticas respecto a Siria y Ucrania, así como al derribo de un avión de combate ruso por parte de Turquía en 2015. Sin embargo, ambas partes han buscado mantener el diálogo político y la cooperación en áreas diplomática, comerciales y de energía. El intercambio comercial entre Turquía y Rusia es bastante significativo y ha experimentado un aumento constante en los últimos años. En 2020, las exportaciones a Rusia ascendieron a 5.5mil millones de dólares y las importaciones de Rusia fueron de 25.6mil millones de dólares. Para el 2022, Turquía duplicó las exportaciones respecto al año anterior y exigió a sus bancos utilizar el sistema de pagos ruso, Mir, en sustitución del sistema estadounidense SWIFT, y de esta manera facilitar la cooperación económica con Rusia.
Además, aumentó sus importaciones de petróleo ruso debido a las sanciones impuestas por Occidente, por lo que Estados Unidos, advirtió a las empresas turcas, sobre penalizaciones por su relación comercial con entidades sancionadas. Posteriormente, ambos países se comprometieron a cumplir el acuerdo de exportación de granos de Estambul, obstaculizado por Moscú, para que no solo Ucrania, sino también Rusia puedan exportar granos y fertilizantes sin obstáculos. Turquía es un socio importante para Rusia debido a que garantiza el tránsito fluido de gas a los mercados y socios europeos a través del Canal del Bósforo, con una cifra anual de 26.000 millones de metros cúbicos de gas.
En cuanto a la cooperación en seguridad y defensa, Turquía y Rusia han realizado actividades en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. Además, han participado en iniciativas de paz en Siria y Libia, aunque con enfoques diferentes. También han cooperado en sistemas de defensa antimisiles rusos, lo que causó tensión con otros miembros de la OTAN.
Paradigmas que han orientado la política exterior de Turquía
El análisis indica la presencia de elementos característicos del modelo Estado-céntrico o realista en los primeros años del período democrático, observándose desde el año 2002, que el país viene posicionándose en la comunidad internacional con avances importantes en sus relaciones. Así la política exterior turca entre 2009 y 2014, se desarrolla en un contexto global con algunos elementos que caracterizan el paradigma globalista, como, por ejemplo, que además del Estado y las organizaciones gubernamentales e intergubernamentales, incluye también otros actores como los grupos económicos y financieros, los medios de comunicación y sindicatos entre otros, que forman una red de interacciones. Este hecho produjo la proyección de Turquía en el escenario internacional a través de nuevos actores, orientó la política exterior hacia un modelo más próximo al globalismo. Muchos de los cambios fueron ideados por Ahmet Davutoglu, quien ocupó cargos como Asesor de política exterior y Ministro de Asuntos Exteriores.
Entre algunos de sus planteamientos en cuanto a la política exterior, destacan, la necesidad que el país dejara la pretensión de ser el puente entre el islam y Occidente, el desarrollo de estrategias centradas en el fomento de los lazos históricos y culturales, al igual que en el poder blando y la resolución de conflictos. De igual manera propuso impulsar la presencia de Turquía en todo el mundo defendiendo sus intereses económicos, aunado a la conveniencia de la participación de la sociedad civil, las organizaciones empresariales y otras organizaciones en la toma de decisiones en la política exterior. Estos criterios de Davutoglu, fueron aplicados exitosamente, dando como resultado una política exterior multidimensional, lo cual se mantiene hasta la actualidad.
Por último, es importante mencionar el papel que ha jugado Turquía para el ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN, que solicitaron su entrada en la Alianza Atlántica el año pasado como reacción a la guerra entre Rusia y Ucrania. En 2022, Turquía se opuso a la unión de estos países imponiendo un veto. El Presidente Recep Tayyip Erdoğan basaba su oposición, acusándolos de albergar miembros del PKK, Partido de los Trabajadores de Kurdistán, el Partido de la Unión Democrática (PYD), Unidades de Protección Popular (YPG), y de apoyar a organizaciones terroristas que junto con Estados Unidos respaldan a una milicia afiliada al PKK en Siria, donde el grupo luchaba contra el Estado Islámico. También los acusaba de dar refugio a seguidores de Fetullah Gülen, a quien responsabilizan de orquestar un intento de golpe de Estado en 2016. Afortunadamente, gracias a las intensas negociaciones realizadas en la última Cumbre de la OTAN, en Madrid, su pudo solventar la situación, y el régimen de Erdogan acordó permitir la adhesión de estos países, bajo ciertas condiciones, que no incluyan violaciones de derechos humanos. Igualmente, de apoyar a Turquía en asuntos de seguridad.
Esta noticia representa un cambio sorprendente en la actitud del Presidente Erdoğan, quien previamente sugirió que sólo podrían unirse a la OTAN después de que su país fuera aceptado en la Unión Europea. La inclusión de estos dos países a la Organización la amplía a 32 miembros y aumenta la frontera directa de la Alianza con Rusia, además, les permitiría invocar al artículo 5 que se refiere a la defensa colectiva en caso de ataque a un integrante de la OTAN.
Licenciada en Estudios Internacionales USM
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